Vingegaard gana la Vuelta más convulsa
El danés vuelve a saborear el éxito en una edición donde las protestas propalestinas condicionan el recorrido e impiden llegar a Madrid
«El final de La Vuelta no tiene plan B, solo pensamos en llegar a Madrid», dijo hace un par de días Javier Guillén, organizador ... de la carrera. Pero las protestas propalestinas en la capital de España impidieron que el pelotón alcanzara la meta final de la edición de 2025, que pasará a la historia por los incidentes que abortaron la llegada de hasta tres etapas. El habitual paseo de los corredores y la ceremonia de premiación con Jonas Vingegaard en lo más alto del podio dejaron paso a las imágenes de incidentes, de vallas tiradas y de cargas policiales para tratar de contener a la multitud que protestaba por la presencia del equipo Israel en la ronda hispana.
Esa participación fue el detonante de unas protestas que arrancaron en cuanto la carrera llegó a España tras su salida en Italia y su paso por Francia –en la crono por equipos de Figueres– y que fueron creciendo con el paso de los días, dejando sin ganador la etapa de Bilbao, recortando la de Castro de Herville y salvando por los pelos la subida hacia la Bola del Mundo. Se sabía que la llegada a Madrid era una fecha marcada en rojo para la repercusión de las protestas y pese al blindaje del recorrido por parte del Gobierno con más de 2.000 agentes de diferentes cuerpos de la policía, las medidas fueron totalmente insuficientes para contener a los manifestantes en las calles de Madrid.
En esta última etapa, La Vuelta arrancaba desde Alapardo para entrar en la capital y dar nueve giros a un recorrido por las principales calles del Madrid histórico, con paso por la Puerta del Sol, calle Mayor, Oriente, Paseo del Prado, Gran Vía o Callao donde los aficionados podrían aplaudir al pelotón tras tres semanas de esfuerzo. Pero a la hora de la verdad, las manifestaciones que estaban convocadas por numerosos puntos de la capital tomaron protagonismo sobre el ciclismo.
Las cosas se complican
El objetivo era evitar que las protestas propalestinas impidieran llegar a los corredores y la tensión que se vivía desde horas previas se desbordó con los corredores ya en camino hacia Madrid. Las cosas se complicaron cuando cientos de manifestantes saltaron las vallas para ocupar la Gran Vía a la altura de Callao, una situación que auguraba lo complicado que iba a ser que se pudiera llevar a cabo el final de etapa. Los incidentes fueron creciendo con enfrentamientos entre protestantes y la Policía, que se veía incapaz de frenar una situación de creciente tensión, con vallas tiradas ya en diferentes puntos del circuito urbano.
El corredor del Visma recupera la dinámica ganadora que perdió tras sumar dos Tours
Mientras tanto, la organización había buscado sortear los incidentes con un cambio de recorrido en la etapa final que no había sido comunicado previamente. Para entrar a Madrid se evitó el paso por el centro de Alcobendas y los ciclistas fueron por una variante, pero dio igual. En el Paseo del Prado un grupo de manifestantes trataron de bloquear la carrera y poco después la organización neutralizó la etapa. Hubo conversaciones con los corredores para realizar un último intento, planteando acortar el circuito por Madrid, pero era imposible entrar en la capital sin comprometer la seguridad del pelotón. Así que al poco tiempo, la imagen de los corredores entrando en los coches de los equipos para acudir a la zona de autobuses mientras el circuito por Madrid estaba tomado por los manifestantes y la Policía fue el triste colofón a una Vuelta marcada por las protestas propalestinas y en la que Jonas Vingegaard, Joao Almeida y Tom Pidcock se quedaron sin subir al podio.
En una Vuelta donde el ciclismo tuvo que buscar su espacio para sobrevivir entre los bloqueos casi diarios, Vingegaard encontró una victoria muy necesaria para su confianza. El danés, segundo en la ronda que ganó su compañero Sepp Kuus, llegaba a la salida en el Piamonte italiano buscando un éxito que le permitiera olvidarse del dominio de Tadej Pogacar en los dos últimos Tours. Pero no lo ha tenido fácil por el empeño de Joao Almeida en tumbar los pronósticos. De hecho, Vingegaard forjó su mayor ventaja en el puerto menos propicio a priori para ello como Valdezcaray. Pero su ataque pilló mal colocado a Almeida y los 24 segundos que sacó condicionaron la general.
Aumentan las protestas
Mientras tanto, las protestas contra el equipo Israel fueron creciendo. El primer incidente se produjo cuando la carrera llegó a España. En la crono por equipos de Figueres, un grupo de manifestantes saltó a la carretera para frenar la marcha del Israel. Después llegó la etapa de Bilbao, con incidentes al principio, en el alto de Enekuri, y sobre todo al final, cuando los manifestantes invadieron la llegada al estilo de Madrid y la jornada se saldó sin ganador de etapa. Los incidentes también se dejaron sentir por Cantabria y Asturias, y volvieron a condicionar La Vuelta en la etapa gallega de Castro de Hervelle. En la última ascensión los manifestantes llegaron a cortar un árbol para bloquear la carrera y los problemas para alcanzar la cima llevaron a la organización a decretar el ganador a ocho kilómetros de meta.
Tampoco la crono de Valladolid se salvó y ante el temor a protestas durante el recorrido, La Vuelta decidió recortar la etapa de 27 kilómetros a 12,2 para garantizar la seguridad de los ciclistas. Una medida que a nivel deportivo favoreció a Vingegaard, ya que Almeida fue mejor y aventajó al danés en diez segundos. Tras otro error del portugués en Salamanca, ambos llegaron a la decisiva etapa de la Bola del Mundo separados por 44 segundos. Para la organización, completar esta etapa era fundamental. Había que buscar un ganador 'real', que ambos aspirantes midieran sus fuerzas en los muros de hormigón de enormes desniveles sin que las protestas pudieran bloquear la carrera. Y estuvo a punto de suceder antes de empezar el ascenso a Navacerrada, pero los corredores pudieron evitar por centímetros a los manifestantes y en esos tres kilómetros finales, Vingegaard encontró el premio que buscaba. Victoria de etapa y su primera Vuelta a España, un éxito que no pudo celebrar como deseaba porque las manifestaciones en Madrid dejaron sin final a la ronda hispana.
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