Erentxun, Alcalá Norte, Franz Ferdinand y Mujeres, platos fuertes del Santander Music
Buen ambiente en la primera jornada del festival de La Magdalena, donde la gira de Duncan Dhu no tuvo el mejor sonido ni el grupo de 'La vida cañón' la mejor luz
Ya no quedan entradas para hoy sábado en el festival Santander Music 2025, cuyo cabeza de cartel, Amaral, ha agotado el papel en la anticipada gracias a una gira que está dando mucho que hablar. Ayer viernes, primera jornada festivalera, no se agotó el aforo pero hubo mucha gente y muy animada que disfrutó sobre todo en la campa de La Magdalena entre las 21.29 horas y las 01.50 horas, cuando sobre sus dos escenarios, el gigante llamado La Marinera y el secundario llamado La Playuca (éste situado en un lateral del recinto), actuaron en este orden los catalanes Mujeres, el donostiarra Mikel Erentxun, los madrileños Alcalá Norte y los escoceses Franz Ferdinand.
Los tres de Mujeres atrajeron a un público ansioso que vestía muchas camisetas del grupo (la de su eslogan 'rock y amistad' se llevaba la palma) y que generó un pogo constante y casi hostil durante todo su bolo de 13 canciones expansivas y amorosas en 47 minutos. Sí, con títulos como 'Besos', con letras muy de amor sentimental a lo Fresones Rebeldes (o de dolido desamor), y con músicas de pop-rock y hasta de power-pop que abarcaban desde lo yeyé tipo Los Brincos en gradación ('Un gesto brillante') y lo nuevaolero (la sombra de The Jam en la inaugural 'Cae la noche'), hasta el universo indie en su versión ruidosa / shogazer (tres seguidas en el epílogo, caso de 'Cardio y caladas'), pasando por híbridos entre el surf y el punk ('Siento muerte') y temas con vocación de himno para cantar a pulmón, como casi todas sus canciones y en especial 'Un sentimiento importante'.
Luego, ante el escenario grande, el público cantó muchas de las canciones de Mikel Erentxun en su gira DD40 (40 años de Duncan Dhu). En quinteto tocó 14 canciones (una no de DD, sino de su carrera en solitario, 'Mañana') en 63 minutos con dos invitados especiales, dos guitarristas cántabros que han trabajado en su banda: Fernando Macaya, que este viernes colaboró incluso cantando una estrofa en 'Capricornio', y Marina Iñesta, con quien cantó la citada 'Mañana' y un coreado 'Esos ojos negros'.
Lo malo del show de Mikel es que en la tercera canción hubo unos ruidos abruptos y se fue un par de veces el sonido exterior, y parece que se descuadró la ecualización y bajó levemente el volumen, por eso no brillaron tanto como se esperaba canciones como todas estas muy coreadas: 'Una calle de París', una mutada en folk 'Entre salitre y sudor', una 'Cien gaviotas' que la cantó con más resolución que las veces que le hemos visto en los últimos años, y en la más destacada entre todas sus interpretaciones, la de 'Rozando la eternidad', con un carga misteriosa muy Chris Isaak.
A continuación dio la sensación de que había más público ante Alcalá Norte en el escenario pequeño que ante Mikel Erentxun en el grande, por lo apretada que estaba la peña (pero claro, el fondo ante ese escenario era menos profundo o largo). Erentxun dijo al despedirse que íbamos a poder ver «a la mejor banda de rock de España», y los alcalaínos en sexteto (una chica a las teclas góticas) y con unas luces malísimas (a lo Derby Motoreta's Burrito Kachimba) dieron un muy buen show de 11 temas en 51 minutos.
Abrieron con las tinieblas y los ambientes de Derby Motoreta's ('Supermán'), circularon en paralelo a León Benavente ('420N'), exudaron la rabia de Lagartija Nick ('La sangre del pobre'), acataron el el canon de Joy Division (en la versión de Los Planetas '10.000', luego en 'La calle Elfo'), compartieron inspiración con El Columpio Asesino ('Los chavales'; por cierto, por sus pintas los madrileños parecían navarros barrieros: uno con boina y jersey de rayas gruesas por el fondo, el cantante con un chándal por delante...), proyectaron más shoegaze a lo Lagartija Nick también ('Westmister'), y se despidieron poniendo en acción a muchos móviles de la peña, que filmaron su gran éxito: 'La vida cañón'.
Y cerraron la parte del león de la primera jornada del Santander Music 2025 los escoceses Franz Ferdinand, en quinteto y liderados por el cantante y guitarrista Alex Kapranos, que se puso un poco pesado con lo de pedir ondear los brazos en alto y dar palmas también en alto (y en la última canción solicitó a la campa que se agachara, pero hubo varios cienos de objetores, menos mal).
Los de Glasgow dieron un concierto de 20 temas en 89 minutos, con una escenografía sencilla pero que funcionaba gracias a la gran pantalla de fondo. Hubo muchas canciones con lalalás y fafafás para corear con facilidad, y muchas abundaron en el propósito bailón, a menudo en plan los Talking Heads neoyorquinos liderados por el escocés David Byrne (la inaugural 'The dark of the matinee', después su hit 'Do you want to'...), también de modo recurrente mediante el funk esquelético y obsesivo algo The Fall ('Hooked', para acabar en falso 'Outsiders' con su parte rave a lo la película 'Sirat'), y desde el post funk ('Love illumination') hasta la no wave neoyorquina ('Darts of pleasure'), todo preservando siempre su identidad británica: el pionero Ian Dury resonando en 'Walk away', el teatral, operistico y mastodóntico 'Night or day' -y otra vez pidiendo ondear las manos y la gente obedeciendo-, el adiós con 'This fire'...
Y un único título hubo más extraño, más folk, tocado con oúd por este Kapranos de sangre griega, 'Black Eyelashes', una rareza perfectamente encajada en la sonoridad de un buen show que fue al grano, a las canciones.