Abre en Bilbao una tienda que da una segunda vida a bicicletas olvidadas y a migrantes en busca de un futuro mejor

Más de un centenar de bicicletas de segunda mano esperan una nueva oportunidad en BiziEskola, un proyecto que nació hace cinco años en Arrigorriaga y que, desde hace apenas tres meses, cuenta con tienda en Bilbao, en el número 5 de la plaza Moraza, con el apoyo de Bilbao Ekintza. «Recogemos bicis de trasteros, las reacondicionamos. Si vemos que ya no se pueden aprovechar, rescatamos las piezas útiles y el resto va a reciclaje», explica Pedro Luis Vallejo, coordinador del proyecto que dirige Santi Román. Gracias a ese trabajo minucioso, las bicicletas vuelven a rodar como nuevas, con opciones tanto para adultos como para los más pequeños de la casa. «Tenemos de todo: de paseo, de montaña, de carretera... Con buenas marcas como BH u Orbea, y a precios muy asequibles. Lo normal es que no pasen de los 120 euros, aunque siempre hay alguna excepción», detalla.

Pero BiziEskola es mucho más que un taller de bicicletas: es también un proyecto de inclusión social que ofrece formación y una salida laboral a personas migrantes en situación de vulnerabilidad. «Todo empezó en Arrigorriaga, hace justo cinco años. Queríamos dar una oportunidad a varias personas migrantes que, al no tener papeles, no podían regularizar su situación», recuerda Pedro. Además de cubrir sus necesidades básicas -vivienda y alimentación-, el objetivo era que pudieran aprender un oficio mientras avanzaban en un proceso que, en muchos casos, puede durar años. Lo saben bien Gerard, Marco, Hans o Noah, que hoy se encargan de reparar las bicicletas y gestionar el día a día del local de Bilbao.

«Para nosotros es una oportunidad única hasta que conseguimos regularizar nuestra situación. Yo, por ejemplo, ahora mismo estoy haciendo un curso de fontanería con la Fundación Peñascal, pero como estoy de vacaciones, sigo viniendo al taller», cuenta Hans, migrante procedente de Camerún. Sabe que, cuando logren los papeles y encuentren un empleo, su sitio quedará libre para quienes vengan detrás. Antes que él, otros seis migrantes pasaron por BiziEskola en Arrigorriaga y hoy ya tienen su situación resuelta, con un oficio y un proyecto de vida en marcha.

En estos cinco años, el equipo de BiziEskola ha reparado ya más de 1.500 bicicletas. «Empezamos en Arrigorriaga justo un par de meses antes de la pandemia y teníamos cierta incertidumbre sobre cómo iba a evolucionar todo. Pero en cuanto salimos del confinamiento, todo el mundo quería una bici. Llegamos a vender hasta seis al día», recuerda Pedro. Con el tiempo, aquella fiebre se fue estabilizando, pero la actividad no se ha detenido. Siguen recogiendo, reparando y vendiendo bicicletas cada semana, muchas de ellas a través de Wallapop. «De primavera a octubre es cuando más movimiento tenemos, pero el resto del año también se mantiene bastante bien», apunta. Además, el proyecto participa en iniciativas solidarias: tras las inundaciones provocadas por la DANA, enviaron 300 bicicletas a Valencia para ayudar a personas que se habían quedado sin transporte, en colaboración con una asociación local.

Además de la venta y reparación de bicicletas, BiziEskola fomenta la autorreparación, siendo el primer taller de la zona que permite a cualquier persona aprender a arreglar su propia bici por una cuota anual de 20 euros. También están ultimando un programa especial para que niños y niñas de hasta 12 años puedan ir cambiando su bicicleta por otra más adecuada a su edad y talla, a medida que crecen. Entre sus próximos proyectos figura la organización de un taller de electrificación de bicicletas, una opción cada vez más demandada. «Durante todo el año organizamos actividades en 18 municipios de Bizkaia: mercados de bicis de segunda mano, cursos de mecánica básica y talleres infantiles, en colaboración con escuelas de ciclismo y la Federación Vizcaína de Ciclismo», resume Pedro.

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