El armario de... Yolanda Aberasturi: «Siempre tengo calzado de firma»

La estilista Yolanda Aberasturi, la peluquera bilbaína de las famosas, reconoce que en su armario «está todo apretado». Y eso que tiene uno para zapatos y otro para bolsos, donde ocupa un lugar destacado el bolso de piel de cocodrilo que heredó de su abuela. Le cuesta desprenderse de aquella ropa o complementos que le traen recuerdos. Como la falda o la blusa de raso que lució en las bodas de oro de sus padres o el vestido que se enfundó para celebrar un aniversario especial con su marido. Si sale de casa sin pendientes es por un descuido y nunca se pondría pantalones de pinzas porque con ellos se ve «redonda». Eso sí, se compró unos transparentes con culotte negro incorporado que estrenó para asistir a una fiesta en Marbella. «Me los pongo con blusón largo, ¿eh?, ¡que tape! ¡que tape!», dice con su particular simpatía.

Abusa del negro porque se siente «más a gusto» trabajando con ropa de este color y porque así va a juego con el uniforme del equipo de profesionales de sus tres peluquerías. La estilista bilbaína vive posiblemente su mejor momento profesional. Si hace meses recibió el galardón que la reconocía como mejor peluquera de España, hace una semana obtuvo el prestigioso Zankyou International Wedding Awards 2019, en la modalidad que la distingue como la mejor peluquera de novias del país. Pocas como ella tienen permiso para meter mano en las cabezas de Isabel Preysler, Maribel Verdú, Amaia Salamanca, Naty Abascal, Mar Flores, Paula Echevarría... No hay alfombra roja que se le resista -fue la peluquera oficial de los Premios Feroz 2019 y de los MTV del año pasado-, ni modelito capaz de salvar un peinado desastroso: «El pelo puede darnos imagen o quitárnosla», defiende como un mantra. «Ya puedes ir monísima, vestida a la última, que si el peinado no te favorece...».

En Bizkaia Dmoda hemos querido descubrir los secretos de su armario... y de su vestidor:

-¿Armario o vestidor?

-Tengo un armario muy grande y en la habitación de al lado, como solo somos dos en casa, un vestidor. Y aún así las mujeres guardamos siempre tanta ropa que nos falta espacio.

-¿Orden o caos?

-Buf a días, como siempre voy corriendo llega un momento en el que es un caos, pero de repente me digo: ¡esto no puede ser, hay que ordenar!

-¿A qué huele tu armario?

- Le suelo poner bolsitas de jazmín, limón o vainilla, que me gusta mucho.

-¿Qué ves cuando lo abres?

- Negro, negro, negro, gris, negro, negro, blanco... ja, ja. Abuso un poco del negro, lo reconozco. Trabajo más a gusto con ropa en este color y así voy en armonía con los uniformes del resto del equipo. Además, me siento más sobria con tonos neutros.

-¿Sacas por la noche el modelito que te vas a poner al día siguiente?

-No, eso no me resulta. Casi nunca me pongo lo que he pensado el día anterior, al levantarme elijo otro look, no soy muy programada.

- ¿Cuál es la prenda más antigua que conservas porque la tienes un cariño especial?

-Un traje negro con chaqueta de tipo esmoquín, de Miss Sixty, que me compré hace seis años para una gala de peluquería. Ya no me lo pongo tanto, pero me da muchísima pena tirarlo porque me veo muy favorecida con él. Y también guardo algún chaquetón de piel de mi ama.

-¿Y la prenda con la que más tú misma te sientes?

-Me gustan los pantalones, pero mi pieza principal es un vestido.

-¿Un complemento imprescindible?

-No salgo de casa sin pendientes, son fundamentales. Si algún día se me han olvidado... ¡uy qué mal! ¡voy tapándome! Sin ellos no me veo favorecida, es como que me falta algo.

-¿Cuál es esa prenda que te transporta a un recuerdo especial?

-Pues una falda negra, muy bonita, con una blusa de raso y un collar dorado muy grande que me puse en las bodas de oro de mis padres. Y también guardo con mucho cariño el vestido plateado y el tocado que llevé para celebrar un aniversario especial con mi marido.

-¿Y la más pieza más atrevida de tu armario?

-Un pantalón transparente de campana y con encaje que lleva incorporado un culotte negro. Yo lo combino con blusones largos, ¡que me tapen! ¡que me tapen! ja, ja.

-¿Qué es lo más caro que te has comprado?

-Un vestido ceñido con detalles dorados y flecos de una firma francesa, pero no me acuerdo ni cuánto me costó ni el nombre de la marca. Quito siempre las etiquetas, ¡me pican todas! Y luego me pregunto: ¿Dónde me compré esto? (risas).

- ¿Cuál es tu mayor adicción?

-Tengo un armario lleno de bolsos, me encantan. Me compré de capricho uno de piel de leopardo que lo pagué carísimo y lo tengo muerto de risa, pero es que solo vacío ya pesa un montón y como me duelen los hombros necesito bolsos ligeros. También tengo mimadito, de recuerdo, uno de piel de cocodrilo que era de mi amama, pasó a mi ama y luego a mí, tendrá 50 años, pero es súper bonito y actual.

-Con tantos eventos y tan poco tiempo para ir de compras, ¿cómo consigues tus looks de invitada?

-Cuando tengo un rato libre, si veo algo que me gusta me lo compro, sin un motivo especial, porque siempre habrá una ocasión para ponérmelo. Si voy a por el modelito el día anterior a un evento, ahí es cuando meto la pata siempre, me ha pasado de no llegar ni a estrenarlo.

-Dicen que nos vestimos por los pies, pero ¿puede un peinado estropear un estilismo?

-Totalmente, el pelo es una continuación de la cara, lo que más la adorna, es primordial... puede darnos imagen o quitárnosla. Ya puedes ir monísima, vestida a la última, que si el pelo no te favorece, todo lo que te has puesto no te vale de nada. Y, al revés, si te sientes favorecida con el peinado, con una camiseta y un pantalón sencillo te verás ideal.

-¿Qué no te pondrías nunca?

-Pantalones de pinzas o bombachos, en mí me horrorizan, me veo redonda.

-Muchas famosas han confiado en tus manos, pero ¿hay alguna que te inspire a la hora de vestir?

-Paula Echevarría, por ejemplo, hay días que me encanta como va y otras veces no tanto. Ahora me gusta muchísimo la 'influencer' Madame de Rosa, viste diferente y varía mucho de estilo.

- ¿Hay que ir de marca para tener estilo?

-No es necesario. Lo importante es tener prendas básicas buenas y luego complementarlas con otras más sencillas. Reconozco que yo en calzado me gasto dinero, tengo un armario lleno de zapatos, le doy muchísima importancia, lo primero por mis pies, porque paso mucho tiempo trabajando y los tengo delicados. Ahí invierto dinero, bastante, siempre tengo calzado de firma y bueno.