Los 20 errores que podemos cometer al decorar la casa
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«Virginia, tu casa no tiene ningún sentido», me dijo este martes mi amigo Eneko, el decorador, que vino a cenar. En el teletrabajo ya fui consciente de que tengo demasiadas cosas y de que la jirafa de madera que compré en un mercadillo de Málaga no pega ni con cola con la obra de César Manrique del salón. Al ser de alquiler no pongo todo mi empeño, lo reconozco. Pero este año me pienso comprar mi primer piso (cruzo los dedos, porque vaya precios) y no quiero caer en el batiburrillo decorativo de 'La Casa de las Flores'. Mis amigos llaman así a mi ático porque mi madre se encarga de llenármelo de los ramos que hace con todo lo que encuentra por el monte. Palos incluidos.
He pedido a los interioristas Begoña Susaeta, Andoni Diaz y Erika Suberviola que nos cuenten cuáles son los errores que cometemos al decorar y cómo evitarlos para que, al menos a ti, no te digan en la cuadrilla que tu piso no hay por dónde cogerlo:
- Falta de orden y limpieza. «Antes de decorar cada espacio, es fundamental que tengamos todo limpio y en su sitio, ya que el orden y la organización dan estabilidad emocional. Una casa en armonía ayuda a la relajación, porque las cosas están dónde está previsto y no hay sobresaltos que nos alteran», asegura la interiorista Erika Suberviola.
- Creer que tenemos más espacio. «Muchas veces pensamos que nuestra casa es más grande y tendemos a recargarla, pero al ser un lugar donde pasamos muchas horas y queremos relajarnos, menos es más», asegura el interiorista Andoni Diaz. El batiburrillo invade, sobre todo, el baño. «Solemos tener las cosas en estanterías o en cestos, que obligan a ser una persona muy ordenada. Mi consejo es guardar todo en una cajonera o en un aparador con puertas para esconder ese desorden. También podemos cambiar los botes del champú y el gel, con diferentes colores y formas, por dispensadores para que todo siga una misma estética».
- Maldito souvenir. «Si nos regalaron una figura que preside el salón, pero la odiamos, o conservamos algún artículo e incluso mobiliario que ya no nos gusta, hay que retirarlo. No estamos acostumbrados a ver huecos vacíos y tendemos a saturarlos con todo tipo de objetos, pero aquello que no nos suma, nos resta. Y, además, no deja espacio a lo nuevo», apunta Suberviola, que también es consultora e instructora de 'feng shui'.
- Objetos rotos, ¿en serio? «Si algo está roto lo tiramos o arreglamos, pero dejarlo así nos quita paz mental. Y tener el reloj parado o a deshora también resulta agobiante», asegura Suberviola.
- Mezclar estilos. «Conviene saber lo que nos gusta y trasladarlo a nuestra casa, para que sea una extensión de nosotros mismos. Si nos va el estilo étnico, minimalista o pop art, lo aplicamos en su conjunto, pero la mezcla de estilos es arriesgar demasiado, porque nuestra vivienda acaba pareciendo un bazar chino. Cuando veo la cabeza de Buda en algún piso, pregunto a los propietarios si practican el budismo, pero suelen responder que la compraron porque se llevaba», apunta el Presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Decoradores y Diseñadores de Interior de España.
- Descuidar la iluminación. «En un 80% es clave la iluminación, que debe estar muy pensada. Mucha gente tiende a colocar focos por todas partes. Y deben situarse donde se necesitan: encima de los armarios, junto a las camas, delante de la biblioteca, no encima, y orientables; en el vestidor y, por supuesto, en la cocina. Y lo más importante es que tengan una temperatura de color agradable para generar una casa cálida. A mí la que más me gusta es 2700k», precisa la interiorista Begoña Susaeta.
- Cuidado con el arte. «Si integramos obras de arte en casa, deberíamos pasar por alto las modas y fijarnos en la estética y en el significado. Por ejemplo, el Guernica, de Picasso, es una obra maravillosa, pero simboliza la agonía, el dolor y la pérdida durante la guerra civil. Y contemplarlo a diario puede afectar a nuestro estado de ánimo. En cambio, una lámina sobre un lugar con el que conectamos o queremos visitar nos aportará bienestar», precisa Suberviola.
- Muchas fotos con marcos distintos. «Me parece genial que queramos poner la foto de la comunión del sobrino o de nuestras vacaciones de 2005 en La Pineda, pero al menos que tengan el mismo marco. Chirría mucho cuando los ponemos de distintos materiales, como la madera y diferentes tipos de metal, porque se entremezclan estilos para una misma funcionalidad», opina Diaz.
- Librerías sin un hueco libre. El principal foco de ruido visual en un salón son las librerías. «Las solemos llenar con demasiadas cosas, desde libros hasta artículos que nos regalan o compramos en los viajes y, al final, parece que la librería se nos va a caer de la pared del peso visual que tiene», apunta el Presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Decoradores y Diseñadores de Interior de España.
- No tener armarios suficientes. «Mucha gente joven compra casa y la pone de revista, pero se olvida de los armarios. El salón parece una pista de baile, grande y diáfano, pero no tienen espacio de almacenaje para guardar las maletas, las sábanas o la vajilla que les han regalado los amigos. Las camas con arcón, por ejemplo, son una gran opción para guardar nuestras cosas», señala Susaeta.
- ¿Quién vive ahí? «El mayor error es tener una casa de diseño que sigue las tendencias pero no dice nada de nosotros. Tu casa tiene que ser un hogar y hablar de ti, de tus recuerdos, tus pasiones, tus anhelos...», asegura Erika Suberviola.
- No cambiar la decoración. «Muchas veces las casas de nuestros padres parecen museos históricos de la familia. Aunque ya seas adulta, ahí siguen teniendo tu foto de la comunión. Estas viviendas se quedan estancadas en el pasado, no progresan. Siempre hay que actualizar nuestro hogar, aunque sea con pequeños detalles, para que siga evolucionando, porque resistirse al cambio produce estancamiento», precisa la experta en 'feng shui'.
- Cuidado con las cocinas abiertas o semiabiertas. «Las cocinas abiertas o semiabiertas están muy de moda, pero en estos casos resulta imprescindible invertir en una campana extractora buena, que seguramente no bajará de 1.500 euros. Si elegimos una que no cumple su función, nos olerá toda la casa a comida. También es fundamental la salida de humos, que no puede estar a dos kilómetros», explica Susaeta. Y no sirve de nada tener una cocina de diseño si descuidamos la vajilla y no renovamos los trapos. «El vaso de la Nutella no sirve como vaso. Hoy en día hay vajillas económicas muy sencillas y armónicas. Y los trapos con el bodegón o el nombre de la semana bordado ya cumplieron su función, mejor opciones más neutras que se adapten a la estética», aconseja Diaz.
- Pasillos que parecen salas de museo. «Los pasillos son una zona de paso, así que mejor no adornarlos, solo blancos y con puertas, porque a veces se usan como exposiciones de arte. Y tampoco tenemos que llenarlos de focos, basta con la luz justa para caminar y no chocarnos», precisa Andoni Diaz.
- Mezclar maderas. «En cuanto al mobiliario, soy partidario de la madera, porque nos conecta con la naturaleza. Y es bonito incluir algún mueble con algún color o estampado especial, pero hay que tener mucho cuidado con meter diferentes maderas. No podemos tener la mesa de comedor de un tono, la de centro de otro, el mueble de la televisión distinto... porque nuestra casa acaba pareciendo un 'showroom' de muebles. Conviene que sigan una tonalidad armónica, porque cada madera tiene vetas y colores diferentes», explica Andoni Diaz.
- Poner plantas artificiales. «Siempre hay que tener plantas, porque dan vida al hogar. Naturales, por favor. Prefiero ver una natural un poco mustia que una de plástico, que encima coge polvo y se nos olvida limpiar las hojas. Además, algunas son muy fáciles de cuidar, como la drácena», afirma Diaz. Decorar el baño con plantas también es una gran idea. «Los cáctus en esta zona de la casa funcionan muy bien, porque se nutren de la propia humedad».
- Usar colores sin sentido. «Mi consejo es poner el sofá en un color neutro. Los tonos claros se llevan mucho, pero también podemos escoger un gris o un color más oscuro. Y después darle una chispa de color con los cojines. A mí me gusta jugar con la regla del 60-30-10. En el 60% de nuestra casa aplicamos tonos más claros, como los blancos, beiges y grises; en el 30% un color más arriesgado, que puede ser apagado, incluso una madera de nogal que vaya en el suelo y un aparador. Y ese 10% restante lo reservamos para una tonalidad más vibrante con la que aportamos personalidad», precisa Diaz.
- Olvidar las cortinas. «Tendemos a poner estores enrollables o venecianas y nuestra casa acaba pareciendo una entidad bancaria o una oficina de los años noventa. Las cortinas son muy importantes, porque visten mucho. Tienen que sobresalir 15 centímetros por cada lado, es decir, tapar el marco de la ventana y la caja de la persiana. Los cortinones hasta el suelo, los estores tipo paqueto y los visillos son buenas opciones. Y conviene que sean de tejido 50% natural 50% sintético, que así al lavarlo no encoge», aconseja Diaz.
- Miedo a los cojines y las alfombras. «Los cojines dan mucho toque. En la cama, pondría mínimo cuatro y en el sofá, también. Y cada vez metemos menos alfombras, pero visten mucho. Me gustan las de fibras naturales», opina Diaz.
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Hasta el próximo domingo. Sé feliz.