Pisos en Bilbao (Bilbao La Vieja)

El piso de una pareja en Bilbao que parece del Soho neoyorquino

Si hay un barrio que destaque por bohemio en el Botxo ese es Bilbao La Vieja. Situado en pleno corazón de la villa, elevado sobre la ría, también recibe una luz muy especial. Sus callejuelas estrechas y sus edificios con miradores de madera multicolor que la hacen especial. Y por ello fue el que eligió una pareja joven de bilbaínos para hacerse con su primera vivienda, animados también por los precios.

El piso, de madera, necesitó una reforma integral que lo ha convertido en un templo del diseño y la decoración. Si no supiéramos dónde está, pensaríamos que pertenece al Soho neoyorquino. Pero no, es de Bilbao de toda la vida. La reforma corrió a cargo del estudio de arquitectura I-architecture, con base en Trapagaran, cuyo objetivo era adaptar la casa, de 100 metros cuadrados, a las necesidades actuales pero sin «descontextualizarla».

Lo primero que se hizo fue tirar los muros interiores para crear una vivienda amplia, espaciosa y abierta. «Antes faltaba luz natural en el centro del apartamento», destacan los arquitectos. Al echar abajo las paredes, el giro fue radical, llega a todos los puntos de forma tamizada, lo que le da mayor calidez.

Otra cosa que se hizo fue abrir todos los espacios entre sí. «Solo hay dos puertas en toda la casa». Con ello se ha conseguido un interior versátil. Todos los huecos se conectan entre sí y mezclan sus funciones, algo fundamental para los encargados de la reforma. «Queríamos desterrar las fronteras y las etiquetas en favor de trabajar en la cocina, comer en el salón o descansar en el comedor». Esto también hace que la decoración fluya sin obstáculos y dote a la casa de una armonía total.

Lo que no se tocó fueron los travesaños y columnas de madera de castaño originales, que se integraron en el proyecto e, incluso, se convirtieron en protagonistas de algunos espacios, como el salón. Junto a este material, también destaca el sofá y sus cojines de terciopelo azul, que está «empotrado» de obra y su base es de la misma madera que el suelo. La idea es que sea el espacio más social de la casa, «al estilo de la serie 'Friends'».

El corazón de la casa lo ocupa la zona de la cocina, donde el protagonista es el acero inoxidable que se usa tanto en los muebles (con aspecto envejecido) como en la encimera y en el protector contra salpicaduras (de acabado pulido). Destaca la ausencia de tiradores y de electrodomésticos a la vista. Se ha eliminado cualquier detalle superfluo. La isla se abre al comedor, que tiene una llamativa mesa de yeso hecha a mano alrededor de la que se hace la vida. Los taburetes, de madera, son de Zara Home. Y se ha usado la cerámica que hace la propia dueña de manera «funcional».

Toda la casa está hecha utilizando una paleta de colores cálida y limpia, donde destacan los blancos, ocres y grises. Para ello, se combinaron fundamentalmente tres materiales: la madera, el yeso de cal y el acero. Los acabados de las paredes no son perfectos. Los arquitectos reforzaron las imperfecciones para darle más personalidad, pese a que los albañiles lo veían «como un sacrilegio». El baño también sigue el mismo concepto del resto de la casa. Todas las tuberías están escondidas y el original lavabo está hecho en acero inoxidable. Las paredes están pintadas en gris.

Por último, están los dormitorios. Uno de ellos, el más grande, se cierra con un puerta, el otro, más pequeño, tiene una corredera de espejo a modo de pared móvil que se extiende o se pliega en función de las necesidades de los dueños. Los armarios están hechos del mismo acero que los muebles de la cocina y los suelos son de la misma madera que el resto de la casa. El resultado es una vivienda amplia, luminosa y abierta, donde se ha apostado por la simplicidad más estética y funcional.

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