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Piso en el Casco Viejo (Bilbao)
El piso estiloso de 60 metros de una diseñadora y sus tres hijos en El Casco ViejoLos arquitectos de BABELstudio han reformado una vivienda en la calle María Muñoz con mobiliario multifuncional, tonos pastel y espacios completamente diáfanos
A la hora de crear hay que tener ingenio. En ocasiones, el éxito consiste en aprovechar al máximo los espacios para crear un hogar cómodo, práctico y estiloso al mismo tiempo. Los arquitectos de BABELstudio han reformado un coqueto espacio bajo cubierta en tonos pastel de 60 metros cuadrados para una familia de cuatro, ubicado en la calle María Muñoz del Casco Viejo bilbaíno. Este estudio de arquitectura, capitaneado por Andrea García, Michael Schmidt y Andrea Emmanuel, ha hecho realidad el sueño de Marta Gutiérrez, bilbaína de 51 años, que ha decidido afincarse en la parte más castiza de la villa con sus tres hijos: Peru, Mara y Leo.
Marta regenta desde 2002 la tienda de moda ÄMMÄ, en la Plaza Santiago del Casco Viejo, y a raíz de ser madre, ha decidido vivir en las Siete Calles para tener más a mano su trabajo y el instituto de sus hijos. Estudió Bellas Artes, pero siempre ha tenido una sensibilidad especial hacia la moda. «De pequeña guardaba todas las revistas. La trabajadora del quiosco me conocía porque el día 19 de cada mes iba a comprarlas y fichaba a los diseñadores que más me gustaban», recuerda esta emprendedora, que ha diseñado su propia colección en homenaje a sus clientas.
En la tienda conoció a Andrea García, clienta habitual y arquitecta de BABELstudio y, poco a poco, fueron forjando una amistad. Conectaron muy bien desde el principio y Marta no dudó en contar con ella para la reforma de su vivienda. «Cuando vi el piso por primera vez, le llamé para ver si existía alguna posibilidad. Lo que más me gustó fue la luminosidad; entré en febrero y había una luz muy bonita y un gran silencio», explica Marta.
Los colores alegres y suaves son los grandes protagonistas. «Andrea me entendió perfectamente y supo reflejar mi universo. Cuando mi hija Mara vio la reforma me dijo: 'Amatxu, es como tú pero en casa'», ríe. Los arquitectos han jugado con las diferentes zonas y han aprovechado hasta el último hueco. «Destaca la utilización del mobiliario integrado como elementos articuladores del espacio. Estos se transforman según la hora del día para ofrecer soluciones versátiles. De esta manera, hay camas que salen de los armarios, cierres textiles que abren y cierran y plataformas que delimitan espacios», cuentan desde BABELstudio.
Los tonos pastel
Además, también han incorporado niveles en algunas áreas. De hecho, las habitaciones disponen de una pequeña rampa. Andrea García, arquitecta de BABELstudio, explica que la idea era no perder metros. «Como en algunas zonas se perdía altura, hemos jugado con los niveles. Cuando el techo va bajando, esos huecos se usan para almacenaje. Así, evitamos espacios muertos y ganamos capacidad», señala.
El mobiliario es el hilo conductor de toda la vivienda y los arquitectos han introducido diferentes colores pastel; el suelo tiene un tono mantequilla, la viga un rosa empolvado, el baño un azul pastel y el mobiliario un amarillo avainillado, logrando así una casa alegre y con armonía visual. Pero no es casualidad; la estética está perfectamente pensada y analizada. Marta se ha inspirado en su propia colección, 'Uda', disponible en su tienda, a la hora de hacer su reforma y tenía claro que los tonos naturales, con una gran capacidad de ampliación, iban a ser los grandes protagonistas. «Surge de algo personal. En verano, durante el proceso de la reforma, puse la colección a la venta. La inspiración viene de la arquitectura, de un tipo de construcción que me encanta y de los colores suaves y oníricos», explica.
La vivienda se caracteriza por estancias diáfanas, eficientes y versátiles; apenas hay paredes, pero las zonas están perfectamente divididas. Consta de un baño, una cocina y un salón, que se combinan en un solo área multifuncional. Por otro lado, están las zonas de dormir de Marta y de sus hijos, ubicadas en rincones más protegidos. Andrea apunta que a pesar del espacio limitado, el diseño ha priorizado la privacidad de cada miembro de la familia con áreas especiales para que los niños puedan estudiar, jugar y dormir cómodamente.
La gran mayoría de muebles están hechos a medida con la intención de generar flujos de movimiento. «En la zona de descanso, no hay nada a la vista y está todo muy ordenado; visualmente da mucha tranquilidad. Aunque sea un lugar pequeño, todo tiene su sitio», dice Marta. Las firmas que destacan son las siguientes: las lámparas de Floss, la iluminación de Zangra, las sillas de Ondarreta y los electrodomésticos de Smeg.
Potenciar la luminosidad
La vivienda tiene un estilo nórdico e incluso algún toque japonés, pero Andrea apunta que no cree en las estéticas definidas. Ha buscado, más bien, un estilo 'Marta'. «Siempre intento que las casas sean el reflejo de las personas que las habitan, y también potenciamos al máximo los espacios y los elementos que tengan», dice.
Todas las estancias disponen de ventanas. Los arquitectos han colocado una velux en el tejado para potenciar al máximo la luz y otras dos ventanas están situadas en puntos extremos para conseguir una ventilación cruzada. «Entra el aire por un lado y se absorbe por el otro, y gracias a ello podemos ventilar de una forma natural», cuenta la propietaria. La más especial es la que está en el mirador del salón, con vistas a un pequeño espacio con naranjos, limoneros y un montón de pájaros. «Es algo que no esperas de la zona; es una especie de oasis silencioso, como si estuviéramos en un pueblo», apunta.
Con todo ello, los arquitectos han conseguido convertir un espacio de 60 metros cuadrados en un hogar amplio, luminoso y con gran capacidad. «Hay gente que entra en casa y no se cree que tenga tan pocos metros. Es mi hogar, donde mejor me siento. Me transmite mucha paz», concluye Marta.