«De los bares de Bilbao a Tinder y Meetic: así está el percal en las apps de citas...»

Nahia empieza con un prometedor «tengo novedades» que nos pone a todas en alerta. Ha roto con Iker, el aspirante a bombero doce años menor. La historia no daba más de sí. No está triste ni decepcionada, solo cansada de otro intento fallido. Así que ha decidido probar suerte en Meetic, aprovechando el mes gratis que le ofrecían. «Está entre Tinder y eDarling», explica, medio en serio, medio en broma. Quiere conocer a alguien fuera del circuito habitual del Bilbao nocturno, harta de cruzarse siempre con las mismas caras. Coincidimos todas en que lo ideal sería encontrar a alguien de día, cara a cara, en un entorno amable… pero sabemos que eso es casi ciencia ficción. De noche, la cosa se parece más a un capítulo de The Walking Dead, y nos echamos a reír. «Depende de lo que busques cuando sales -apunta Maite-. Yo, desde luego, no busco pareja». Ane, en cambio, lo tiene clarísimo: prefiere estar sola antes que exponerse en una app de citas. Yo tampoco me veo en ellas, ni a corto ni a medio plazo, aunque entiendo que, según las circunstancias, haya quien sí lo haga.

Izaskun estuvo en Tinder una temporada y conoció a un par de chicos que merecieron la pena, pero pasado un tiempo llegó a la conclusión de que aquella no era forma de ligar, al menos para ella. De la ilusión inicial pasó al escepticismo en pocos meses y, seguido, a darse de baja definitivamente. Lidia pregunta a Nahia cómo le está yendo en la aplicación, que lo comparta para que, quizá, también ella dé el paso si su idilio en la sombra con el compañero del despacho de abogados termina pronto… Callamos, pero auguramos todas que su amor clandestino tiene las horas contadas si ya está pensando en aventurarse a probar suerte en Meetic…

Nahia desbloquea su móvil para mostrarnos los perfiles que le ha filtrado la aplicación en base a sus preferencias: franja de edad, kilómetros de distancia y aficiones, entre otros indicadores. Nos apiñamos a su alrededor con curiosidad mientras pasa de uno a otro con rapidez sin que ninguno se libre de nuestros comentarios: guapo, demasiado guapo, de poco fiar, casado, miente en la edad, picaflor, desesperado, Peter pan, parece majo, narcisista, buena gente, feo, parece normal… Y así nos dan las doce… No sé si Nahia encontrará el amor en Meetic, pero sin duda nos ha dado juego para pasar un buen rato y abrir la mente a posibilidades que siendo adolescentes nos habrían parecido cosa de ciencia ficción…

Nhoa, el Zurekin es perfecto para quedar. También me encanta el Globo, siempre a rebosar, alegre y con uno de mis pintxos favoritos, el de txangurro. El problema es que los jueves no siempre puedo salir por imprevistos o compromisos varios. Viernes o sábado lo tengo mucho más fácil.