La vivienda se convierte en el principal problema para los vizcaínos

Una de las principales conclusiones que se extrae del estudio es que por primera vez en los últimos años la vivienda ha adelantado a la actividad económica, la seguridad ciudadana o la sanidad entre las principales inquietudes de los vizcaínos. Estos aspectos ocupan el segundo, tercer y cuarto puesto de la lista, respectivamente. A ellos les sigue el malestar por la inmigración, la movilidad, las carreteras o la educación, entre otros tantos.

Lo que evidencian los datos es que la crisis de acceso a la vivienda que sacude el territorio ya se percibe como un problema grave en Bizkaia, al igual que detectó el Deustobarómetro en el conjunto de Euskadi el pasado mes de junio. De hecho, el 21% de los encuestados pide a la Diputación que durante los próximos dos años centre sus políticas en facilitar el derecho a un piso. Dos puntos por delante (23%) se encuentra la lucha contra el paro.

Que la vivienda traiga de cabeza a la mitad de los vizcaínos no sorprende demasiado si tenemos en cuenta cómo ha evolucionado el mercado inmobiliario este último año. El precio de los alquileres se ha disparado un 7% en un territorio en el que más de 53.000 personas están a la espera de optar por un piso público. Los expertos sostienen que lo más sangrante no es que los precios suban –que también– sino que lo hacen a un ritmo mucho mayor que los salarios, lo que que aflora situaciones de mayor vulnerabilidad y pobreza. Solo en Bilbao, el arrendamiento se ha encarecido un 30% desde 2016 hasta alcanzar los 912 euros. Esta situación ha obligado a miles de jóvenes a seguir en casa de sus progenitores o a mudarse a otros municipios en busca de una oferta más acorde a sus bolsillos.

El estudio foral demuestra que la preocupación por la vivienda se agrava más si cabe entre los más jóvenes. El 62% de los vecinos entre 25 y 34 años, aquellos que por lo general cuentan con una estabilidad laboral para poder emanciparse, considera la vivienda el mayor problema de Bizkaia. Pero pese al hecho de tener trabajo, muchos no disponen de ingresos suficientes para independizarse. Un informe del Gobierno vasco detecta que el 82% de los vascos carece de ingresos para emanciparse, lo que ha elevado la edad de emancipación a los 30,1 años en el conjunto de Euskadi.

Se incrementa la preocupación por el mercado inmobiliario, pero desciende el malestar por la sanidad vasca, que pasa a ocupar la cuarta oposición. Un 23% de los vizcaínos la considera el mayor problema del territorio, mientras que el año pasado el porcentaje ascendía hasta el 36%, lo que situaba Osakidetza como la segunda mayor preocupación de los vecinos. Ahora, por delante de la gestión sanitaria se sitúa el recelo por la seguridad ciudadana y la delincuencia. Pese a haber escalado una posición, el porcentaje de personas que lo consideran un aspecto a mejorar se sitúa similar. Pasa del 31% al 32%.