Patrullas vecinales contra los pirómanos en Bilbao: «Vigilamos por la noche porque nos sentimos abandonados»
EL CORREO acompaña a residentes de Amezola en una de sus rondas nocturnas
Entre la docena de vecinos que «patrullaron» la zona de Amezola durante la madrugada del sábado al domingo había de todo. Jubilados, comerciantes, jóvenes y ... la responsable de una pensión que ha tenido que ser desalojada dos veces en los últimos meses porque las llamas de los contenedores prácticamente llegaban a las ventanas de su vivienda. Son gente muy diversa. Pero todos tienen en común dos cosas: quieren cazar -o al menos «ahuyentar»- a los individuos que llevan meses incendiando el barrio. Y, sobre todo, lo que les une es la sensación de «desprotección» por parte de las instituciones. «Hacemos esto porque nos sentimos abandonados», subrayan.
La cita del grupo es a las doce de la noche en una de las esquinas de la calle General Salazar. Se trata de uno de los puntos más castigados por los pirómanos. En lo que llevamos de 2025 se han producido más de 20 incendios intencionados en esta zona. Cinco de ellos han sido precisamente en esta esquina.
Llueve y la noche invita a quedarse en casa. Pero la patrulla vecinal ha reunido a una docena de voluntarios. Se dividen en grupos. Algunos llevan silbatos. Todos tienen encima el móvil por si fuese necesario utilizarlo si encuentran a los que «están haciendo esto». Están convencidos de que esta noche no va a pasar nada por todo el revuelo que se ha montado, pero aún así no quieren dejar de «patrullar» la zona.
Cuando los vecinos están preparándose para salir a recorrer el barrio, aparece un coche de la Policía Municipal. Los agentes les preguntan si son los que han organizado las vigilancias en el barrio. En tono amable, los policías les informan que están allí para reforzar la seguridad por los incendios de los últimos meses. Desde el Ayuntamiento explicaron a este periódico que conocen la problemática de Amezola. Tanto el detenido en mayo como el investigado -por hechos relacionados con estos incendios- son dos conocidos por los agentes.
Los vecinos consideran que la «vigilancia especial» de la guardia urbana se debe a sus reivindicaciones. «Llevábamos meses protestando y nadie hacía nada», subrayan. Están convencidos de que desde que anunciaron su intención de organizar patrullas vecinales se les tiene más en cuenta.
Lo cierto es que la actitud de las instituciones respecto a este tipo de acciones también ha ido cambiando con el tiempo. Hoy las administraciones insisten que las guardias de residentes pueden provocar actos ilegales. Pero el tono es mucho más suave que el que se empleaba hace unos pocos años, cuando se insistía en que no se «toleraría» este tipo de patrullas. De hecho, en 2019 el Ayuntamiento de Bilbao advirtió de que exigiría «el cumplimiento de la Ley a cualquier ciudadano». Lo hizo en respuesta a la convocatoria a través de las redes sociales para formar una patrulla ciudadana en Rekalde. Es más, en los últimos meses se han producido patrullas vecinales en diversas localidades vascas.
Algún «perturbado»
Los vecinos de Amezola se sienten «desesperados» con estos ataques y denuncian que nadie les da respuestas. Han reclamado muchas medidas, pero sólo han recibido «portazos.» Muchos de los incendios se han producido en la calle Labayru. Y en la zona de General Salazar no hay un sólo contenedor que no haya sido quemado de forma intencionada. Aquí, los incendiarios han calcinado, además de una decena de vehículos, verjas de establecimientos y persianas de hogares. Las llamas incluso reventaron varias ventanas de viviendas, calcinaron cuadros eléctricos y resquebrajaron los cristales de diversos establecimientos comerciales. Muchos de esos fuegos se produjeron hace meses, pero todavía hoy las consecuencias son muy visibles. «Lo que se cambian rápido son los contenedores», explican los vecinos. «En cuanto hay un incendio al cabo de unas horas ya los han cambiado, pero para encontrar a los culpables todo son dificultades», lamentan.
Los vecinos de Amezola tienen todo tipo de teorías para explicar lo que está pasando. Hay quienes creen que todo esto es obra de algún «perturbado» que disfruta haciendo el mal y quemando contenedores. Pero también hay gente que considera que se trata de un plan «organizado» para «degradar el barrio» por intereses económicos. Lo que les une desde que a principios de mes empezaron a patrullar la zona es su intención de que todo esto termine.
En lo que todos coinciden es en que conocen la ley. Subrayan que su objetivo es observar lo que ocurre en el barrio y detectar sospechosos. Saben que pueden enfrentarse a repercusiones legales si intervienen físicamente. Incluso podrían ser acusados de delitos. Por eso, aseguran que su única intención es «ahuyentar» a los que estén haciendo esto y, si detectan algo, avisar a la Ertzaintza o a la Policía local.
La patrulla termina en torno a las seis de la madrugada, sin incidentes, sin rastro de los que están incendiando el barrio. Lo único que se ha salido de lo común es la visita de Basque Guardian, un vecino de Bilbao que se disfraza de superhéroe para «ayudar» a los que lo necesitan y que quería colaborar en su patrulla vecinal.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión