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La comunidad educativa de la escuela Maestro García Rivero, en el bilbaíno barrio de Atxuri, ha exigido este viernes a las instituciones una «rehabilitación integral» ... del edificio y mejoras en el entorno para conseguir «una escuela segura y digna». Ataviados con trajes y cascos de obra para visibilizar su situación, docentes, familias y estudiantes han denunciado la «desidia y ninguneo» del Ayuntamiento y del Gobierno vasco «ante el mal estado» del centro educativo.
El edificio está rodeado de andamios desde el pasado mes de diciembre, que se mantendrán al menos hasta septiembre. Se trata de una «actuación de urgencia», denuncian las familias, después de que se desprendiese parte de la cornisa. La intervención «se limita a que a las criaturas no les caiga una pieza de la cornisa en la cabeza», censura la comunidad escolar en un comunicado. «La situación es insostenible, los cascotes se desprenden y la propia fachada muestra un estado lamentable», añade. Pide, por ello, una «rehabilitación integral» y «una solución a largo plazo».
Gorka Urrutia, miembro del ampa, explica que esa solución pasaría por arreglar fachadas y ventanas y también por lograr un entorno más amable. La acera es estrecha y se producen aglomeraciones tanto a la entrada como a la salida de clase. Han planteado al Ayuntamiento ampliar la acera y ganar un carril al tráfico, lo que reduciría el peligro para los menores y también disminuiría el ruido y la contaminación. «En otras escuelas del centro de Bilbao ya se ha hecho, ¿por qué aquí no?», se cuestiona.
Este padre también se muestra muy crítico con la gestión de los recursos económicos del Gobierno vasco. Se refiere a Hezkoop, la convocatoria de 23 millones de euros en subvenciones a lo largo de los próximos cuatro años para centros concertados que sean cooperativas o fundaciones. «Se van a reformar campos de fútbol y pistas de atletismo, y nosotros no tenemos ni un patio cubierto para cuando llueve», lamenta.
La concejala de Educación, Eider Bilbao, asegura, en conversación con este periódico, que el Ayuntamiento «es muy consciente de que la obra genera incomodidades, pero es necesaria». Señala que el Consistorio va a invertir un millón de euros este año para reformar no sólo la cornisa, sino también el lucernario del centro educativo. También subraya, frente a las críticas, que se ha creado una comisión para el seguimiento de las obras en el que están representados la dirección del centro, las familias, el área municipal de Educación y la contrata. «Nos reunimos todos los lunes, estamos en constante comunicación», defiende.
La escuela cuenta con unos 450 alumnos de Infantil y Primaria. Mientras duren las obras, los estudiantes de las siete aulas más afectadas por el ruido se han trasladado al centro Emilio Campuzano, que acoge estudios de FP y está ubicado enfrente de García Rivero, aprovechando que sus estudiantes se encuentran realizando prácticas y han quedado vacías algunas clases.
El Departamento de Educación se encuentra inmerso en un proceso de reorganización de la oferta educativa en la zona de Casco Viejo y Txurdinaga, como adelantó este periódico. Eso implicaría a Maestro García Rivero. «Pero por el momento no hemos tenido ninguna información oficial», explica Urrutia. En este contexto, esta comunidad escolar pide a la consejería que le permita utilizar las instalaciones de Campuzano, que cuenta con un amplio patio trasero.
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