
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Tomás del Hierro se jubila. Uno de los nombres más relevantes de la Policía Municipal de Bilbao, que llegó a ser concejal de Seguridad y ... que se ha despedido como director de Espacio Público, se va después de más de tres intensas décadas en el Ayuntamiento.
- ¿Con qué sentimiento se despide después de 30 años?
- 33. Con el sentimiento de haber dado todo por el Ayuntamiento, con tal pasión que sufrí un infarto en el 95. La Policía Municipal era un toro muy grande. Había que controlar las cuestiones internas y externas, como ETA, que nos acompañaron hasta 2011. Cayeron amigos, conocidos como Joseba Goikoetxea o Montxo Doral, hubo gente amenazada muy cercana (prefiere no dar nombres para no remover el dolor). Al final, el infarto me hizo cambiar de forma de pensar y vivir. Fue un 20 de agosto, al día siguiente del txupinazo de Aste Nagusia. Aquella noche tuvimos que cargar porque querían entrar en el Ayuntamiento. La tensión de estar toda la noche atendiendo al teléfono sin dormir... A las tres de la tarde, mientras leía el periódico, me dio el infarto. Me llevaron al hospital. Si no, me hubiera muerto. Tuve la sensación de que me moría, no me ha vuelto a pasar. Dejé de fumar, adelgacé 20 kilos, me hice semivegetariano... He dado todo, más de lo exigible, siempre a pie de calle. He ayudado a mi gente cuando han tenido problemas. He hecho lo que tenía que hacer y tomado decisiones que podían gustar a unos y no a otros, pero siempre para servir a los ciudadanos.
- Desapareció de las listas electorales después de ser concejal de Seguridad en una época muy complicada, según confesó, para su sorpresa. ¿Se ha sentido bien tratado?
- Sí. Tú vienes, haces tu trabajo y te vas y no pasa nada. Al fin y al cabo, he sido funcionario de carrera del Ayuntamiento de Bilbao.
- Ertzaina, licenciado en Químicas y en Teología, director de Policía Municipal, concejal. ¿Qué se siente más, policía o político?
- Político no me siento. Me llamó Azkuna para ser concejal. Luego, Ibon (Areso), y estuve muy a gusto con ellos. ¿Policía? No sé. Me siento una persona que siempre busca la verdad en mayúsculas, en el mundo de la seguridad durante una época muy importante de mi vida y en el Ayuntamiento. Ahora tengo nuevas expectativas. Me gusta saber cosas, tengo formación científica y teológico-filosófica, he hecho un máster en estudios bíblicos...
- Andoni Oleagordia, Adolfo Aluztiza y usted se acaban de jubilar. ¿Queda alguien de la vieja guardia de Azkuna?
- Pues creo que no, aunque no lo sé exactamente. Begoña Ibargüen, que estaba desde Gorordo, también se jubila.
- Aburto mantiene la mayoría en el Ayuntamiento, pero ha bajado en dos concejales. A nivel general, el PNV, también ha perdido peso. Ortuzar dijo que había que «hacer autocrítica y ser humildes para conectar con la gente». ¿Por qué cree que han perdido votos?
- No lo sé. Mi partido tiene grandes analistas, que mirarán cuántos votos se han perdido, cuántos han sido en blanco, nulos... Ellos harán un buen análisis, yo no soy nadie, pero pienso que es preocupante a nivel de toda la comunidad.
Noticia Relacionada
- Fue durante 16 años director de la guardia urbana de Bilbao. Ideó el cambio hacia la Policía de proximidad, lo que le costó eliminar las prestigiosas unidades especiales (drogas e investigación de delitos) que usted mismo había creado. ¿Se arrepiente de algo?
- Pues mira, te voy a decir una cosa. Queríamos hacer un cambio en toda la estructura para acercarla más al ciudadano. Quizá ha habido decisiones acertadas y otras no. Y hay que reconocer que no fue la más acertada de mi carrera. Teníamos que haber seguido con las unidades especiales. Fue un error, no me duelen prendas en reconocerlo.
- Las unidades de Criminalística y Víctimas creadas a posteriori para llenar ese vacío están teniendo serios problemas para arrancar. No hay agentes dispuestos a entrar. ¿A qué cree que se debe?
- No lo sé porque no estoy metido en el asunto desde 2019, y dejé de ocuparme porque ya no era mi tema. En mi opinión, hacer una unidad donde todo el mundo hace de todo no tiene futuro. Habrá cuestiones económicas o de organización. Yo sí volvería a las unidades de investigación otra vez. Es una opinión personal, ni tan siquiera profesional.
- La criminalidad crece y aumenta el nivel de violencia que emplean los delincuentes. ¿Es algo cíclico o debemos estar preocupados?
- La percepción de inseguridad en Bilbao es el doble que en las otras dos capitales, de más de un 40%. El aumento de la violencia en robos con intimidación tiene que ver con la edad de los delincuentes. Cuando son más jóvenes, debido a su inseguridad, despliegan más agresividad que un mayor. No sé si es cíclico o ha venido para quedarse, pero habría que ser más contundentes con ese tipo de delitos. Crean un clima de inseguridad y a la persona que le toca, una sensación de vulnerabilidad que se queda en tu psique. Aunque son delitos menores tenemos que mostramos más contundentes. Si tienen 20 detenciones y vienen de fuera, lo procedente es que se le expulse. No es de recibo que un mismo chaval haya sido arrestado tres veces en una misma noche en Aste Nagusia.
- ¿Y qué es ponerse las pilas?
- Un Código Penal más restrictivo, un acuerdo con jueces y fiscales... Se tiene que aplicar la Ley de Extranjería, en caso de que sean de fuera y reincidan una y otra vez. El delincuente no puede percibir impunidad.
- ¿Qué va a hacer a partir de ahora?
- Me voy a dedicar a escribir y a investigar sobre espiritualidad y conciencia. Y a vivir la vida y hacer cosas que no podía cuando trabajaba, como trekking, viajes, un blog, cuidarme...
«Cerramos (la Policía Municipal) el gaztetxe del Carmelo, en Santutxu, antes de Navidad, en 2004, estando de concejal (Eduardo) Maiz y Azkuna de alcalde. Llamamos a los Bomberos para poner chapas de metal. Días después, el 5 de enero, cuando iba con mi hijo a la cabalgata de Reyes, me avisaron de que un grupo había vuelto a entrar en el local, así que me fui para allá. Los Bomberos empezaron a picar y cuando había ya hueco, entré el primero. Era la sacristía, nos habíamos equivocado de sitio (risas). Tuve que pedir disculpas al cura. Luego, sacamos a las seis chavalas, menores de edad, que se habían metido en el gaztetxe clausurado».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.