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Bilbao se ilumina como Times Square
Pendientes de la gran (y pequeña) pantalla en plena calle. Enormes y espectaculares luminosos se levantan en la capital para ponernos al día con las últimas tendencias
No contentos con los móviles, tabletas, portátiles y demás tecnología al alcance de la mano, los ciudadanos que campamos a diario por Bilbao no podemos ... sustraernos a la fascinación de las grandes pantallas, a riesgo de acabar con la vista destrozada. Nos las encontramos de sopetón, casi sin querer, y, claro, acabamos rendidas a ellas. Como si no tuviésemos suficiente con los ordenadores de nuestros respectivos lugares de trabajo, los televisores de nuestras casas o las grandes pantallas de cine.
Las calles de la capital vizcaína nos dirigen la mirada hacia espectaculares infraestructuras que hace que nos quedemos como vacas, con los ojos abiertos como platos. Bilbao, evidentemente, no es (todavía) Times Square, pero todo se andará. Cada vez más luminosos se instalan en grandes calles para ponernos al día con todo tipo de tendencias: culturales, artísticas, de las pasarelas... ¿El objetivo? Captar a toda clase de público en tiempos en los que los negocios entran fundamentalmente por la vista.
Minifilms
Druni, la cadena de perfumerías que desembarcó hace año y medio en el corazón de El Ensanche, subyuga los sentidos. No solo el olfativo, también el visual, gracias a una espectacular pantalla que reproduce 'minifilms', tan en boga en el mundo de la moda. Los expertos se han dado cuenta de que la venta de una prenda o fragancia debe ir acompañada de una historia y que el envoltorio, todo hay que decirlo, es tan importante como el contenido. Que nada se vende solo, por bueno y apetecible que sea, y que cada vez cobran mayor importancia la producción de grandes montajes.
Por eso muchas personas –vecinos y turistas– se detienen a diario en Astarloa, una de las calles más pequeñas de la ciudad. Los cortometrajes ilustran con imágenes de gran calidad el primer perfume de la diseñadora parisina Isabel Marant para L'Oréal, el último lanzamiento femenino de Givenchy –L,Iinterdit– o el sugerente labial y rímel que promociona la sensual Rita Ora, la última sensación de la música neoyorquina. Bastantes de estas cortometrajes, de varios minutos de duración, son realizados por estrellas de Hollywood. De ahí el enorme tirón que despiertan. «Nos gusta más, no obstante, el anuncio que protagoniza Cara Delevingne», coincide un grupo de adolescentes cargadas de bolsas, contentas como si asistiesen a una 'premiére' de riguroso estreno.
El pasado lunes, con los termómetros a reventar del calor que hacía al mediodía, numerosas jóvenes aguantaban a duras penas las sesiones de maquillaje que se ofrecían de forma gratuita. Algunas hasta tomaban apuntes. No había que pagar entrada. Si acaso, la única incomodidad era que había que aguantar toda la proyección de pie, también para seguir uno de los últimos spots de Loewe. Todo vale en tiempos de 'low cost'.
Si se dispone de tiempo, las esperas son más amenas. La BBK lo ha entendido perfectamente. La sala de la Gran Vía, que se ha convertido en uno de los grandes referentes culturales de la villa con todo tipo de actuaciones, se ha apuntado al estilo 'Times Square'. Numerosas personas se detienen en plena calzada para ver lo que echan. A veces, lo que se ve da lo mismo. Hay mucha peña que se traga todo lo que le ofrezcan. Pasan un buen rato sin pagar un euro. La pantalla del local de la entidad financiera da cuenta de las próximas actuaciones de Flamenco Jam.
No muy lejos –basta enfilar hacia la Plaza Moyua, justo en la esquina con Elcano– se levanta otro gran luminoso. Este, más que nada, sirve de soporte publicitario. Lo mismo promociona las técnicas de reproducción de una clínica que presenta el último vehículo de Tiguan, promociona cursos de una academia de inglés, anuncia el concierto del próximo 1 de junio en el Bizkaia Arena de cantantes de Operación Triunfo 2018, una nueva edición del BBK Music Legends Fest, invita a zambullirse en aguas turquesas o meterse un buen chuletón en uno de los templos de Indautxu. «Si de día es posible que pases sin darte cuenta, de noche es sencillamente imposible no reparar en ellos», advierte un transeúnte. «Aparte de la sensación de seguridad que ofrecen al iluminar la zona».
La pantera rosa, en blanco y negro
Barbería La Bilbaína, una de las más cool de la ciudad –que ya es decir visto el nivel que estos establecimientos han adquirido en los últimos años–, es una atracción continua. Por los cortes de pelo y arreglo de las barbas que practica la dueña, Jessica Martín, pero también por las colas que se montan enfrente del local. Tanto el escaparate como el interior del establecimiento despiden un inconfundible aroma a vintage. A cualquier hora del día, cualquiera que pase por el número 48 de Alameda Recalde puede partirse la caja si se para a ver la cartelera programada por Martín. No son unos títulos cualquiera. Suelen ser, sobre todo, de los Hermanos Marx. Y, claro, la gente se troncha. Especialmente los más pequeños. Jessica tiene un amplio catálogo. Los paseantes descubren joyas como 'Sopa de ganso', 'Una noche en la ópera', 'Un día en las carreras', 'El hotel de los líos'... Muchos vecinos le regalan viejas películas. Obras maestras reproducidas a través de una pequeña y coqueta televisión de los años setenta. También proyectan episodios de 'La Pantera Rosa', que aquí pierde el color, se destiñe y solo se la ve en blanco y negro, o de 'Star Wars'.
«Todo clásicos», subraya Jessica. La idea se le ocurrió tras un viaje a Londres y caer, por casualidad, en un popular mercado, donde se encontró un escaparate de moda con una tele antigua. «La reacción ha sido brutal, tanto entre los pequeños, que flipan y no comprenden cómo la pantera rosa se ve en blanco y negro y preguntan a sus padres si está 'rota', como entre los 'espectadores' más veteranos. Ver las sonrisas de la gente mayor... ¡Es una pasada! Los transeúntes se descolocan un poquito cuando pasan y ven esto».
Se paran, se tiran un buen rato y hasta se sacan fotos. «Casi podría cobrar», expresa la barbera. Suena a broma, pero al paso que va y con el verano a la vuelta de la esquina no descarten verles un día de estos aposentados en sillas plegables y disfrutando como en las viejas sesiones al aire libre. Mejor eso que acabar con las narices pegadas a la cristalera del entusiasmo, como les pasa a muchos pequeños.
Advertencia: estas películas solo tienen un riesgo. Al ser tan antiguas, estas televisiones se estropean «enseguida» y las funciones se suspenden. Nada que ver con los potentes luminosos que nos recuerdan que Nueva York no queda tan lejos.
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