Las asociaciones más divertidas (y solidarias) del mundo las tenemos en Bilbao

Pero que no cuestionen nuestra sensibilidad, máxime ahora que la Asociación Artística Vizcaína no va a poder celebrar su 75 aniversario coincidiendo con el día de su constitución –el 9 de mayo de 1945– en el Hotel Carlton de Bilbao. ¿Que no saben de qué les hablo? Lean con detenimiento: es la primera asociación cultural de Bizkaia con sede en Bilbao y como buque insignia tiene sus legendarias 'Tertulias Poéticas de los Martes en Bilbao'. Se celebran desde hace 28 años, lo que no pasa en ningún otro lugar. Unos recitan y otros escuchan. ¿Qué? Siempre poesía de la buena. Para fascinación de una afición tan numerosa.

Pero vayamos por partes, no sea que nos atragantemos. Y empecemos por la Academia del Cerdo Txarriduna, toda una institución en la villa. No es para menos. A ella se debe la recuperación de la rifa navideña de un cochino, castiza costumbre que en su momento había impulsado la Santa y Real Casa de Misericordia de Bilbao. Como reconocimiento a la tradición, los académicos llevaban el animalito a La Misericordia y le sacaban una foto con los ancianos. Los paseos de Tiberio se acabaron, pero el espíritu pervive.

Txarriduna surgió en 1991 para defender el buen nombre del cerdo. Un grupo de carniceros, charcuteros, matarifes, cocineros, ganaderos, médicos, picapleitos y gentes de buen vivir decidieron agruparse hartos de que los cochinos soportasen tanta necedad y difamación pública. Cada miembro tiene su parte: uno es el jamón, otro el codillo, el de más allá el rabo...

Su fundador, el mencionado Marino, es... ¡Solomillo!

– ¡Qué listo!

– Me quedé con la mejor parte. Fue por sorteo, pero casi nadie se lo cree.

Nadie. Florencio Crespo es la sangre –«al repartirnos las partes, todo el mundo quería cosas que sonaran mejor, pero de la sangre... ¡vienen las morcillas! Yo soy bastante más modesto y la sangre es fundamental porque sin ella no hay vida»–, el charcutero Enrique Thate es el jamón, el cocinero Eder Montero, que arrasa en los fogones neoyorquinos, es el 'patas'... Una 'familia' porcina, en definitiva, para comérsela.

La Asociación Amigos de Tonetti irrumpió en 1995 para reconocer actitudes humanitarias y la labor de personas y grupos a favor de los más necesitados. La mejor sonrisa, en tres palabras. El cura Miguel Mendizábal, que impulsó esta entidad, siempre decía que los premios había que otorgárselos a quienes pudieran venir a recogerlos. Lo cual está muy bien, recordaba, pues nada hay más desolador que hacer una entrega de galardones y, en lugar de premiados, ver sólo a parientes, amigos o representantes de los homenajeados.

Creada en homenaje del genial payaso, entre los premiados figuraron el exdirector de la Unesco Federico Mayor Zaragoza, por su lucha por la paz y la libertad, el inolvidable Telmo Zarra y Manuel Elkin Patarroyo, descubridor de la vacuna contra la malaria cuyos derechos de explotación cedió a la OMS. José Villa del Río 'Tonetti' (el otro hermano se llamaba Manolo) se emocionaba cuando oía que los payasos eran los que más luchan por la felicidad de la gente.

La Compañía de Gargantúa es una hermandad lúdica que echó a andar en 1986 para promover la memoria del personaje literario que le da nombre y extender por donde va el buen nombre de la capital vizcaína. Coincidiendo con el 700 aniversario de la villa, los 'gargantúas' se presentaron en Madrid y le regalaron al entonces alcalde de la capital, el 'popular' Álvarez del Manzano, una botella de agua de Bilbao. Ofrecieron esta milagrosa agua a todos los que se acercaban en grandes cazos. El regidor, que estaba encantado con la celebración, tuvo que abandonar un momento el acto para acudir a unos premios que se celebraban en el adyacente Salón de Cristales y que estaban especialmente dedicados a niños.

Pero como Álvarez del Manzano echaba de menos a los bilbaínos, les invitó a unirse a la entrega de los premios. Con una condición: «No les deis agua de Bilbao a los niños». Los chavales no comprendían nada, sobre todo por el calor que hacía. Los componentes de esta compañía, que visten siempre de cocineros, pero con una pañoleta azul anudada al cuello y el emblema de la cofradía en el pecho, cumplieron la palabra.

Otro colectivo que llama la atención por su permanente disposición a dinamizar la vida social con un sinfín de actividades, principalmente de carácter lúdico, es el Centro Extremeño de Bilbao, constituido en 1971 en La Peña y desde el 7 de julio de 1979 establecido en la plazoleta de lo más alto de la calle Iturribide, en el número 118, del barrio de Santutxu. Mantiene un bar abierto al público donde se pueden adquirir genuinos alimentos de Extremadura.

Cualquier causa o pretexto les da pie para organizar una fiesta de celebración, en su gran mayoría de libre acceso para quienes quieran sumarse a las mismas, y que van desde las generales, como los días del padre y la madre o las Navidades, hasta las más específicas y propiamente extremeñas, como la Invitación a la Ensalada de Bacalao y Naranjas típica de San Blas o el Día de la Patatera Ibérica, dedicado a promocionar este singular embutido.

Actividades que culminan con la organización anual de una Semana de Extremadura en Bilbao, de la que ya se han realizado 43 ediciones, en la que, entre otros actos culturales, que siempre incluyen una charla taurina con ponentes invitados de postín, nunca falta una degustación de dulces extremeños de elaboración casera y una cata comentada de los cavas de Extremadura.

El pasado domingo 15 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma que nos mantiene confinados, había convocado un acto de conmemoración del 30 aniversario de la Feria de Olivenza, con la presencia de reconocidos taurinos y una caldereta de carne de toro de lidia, proporcionada por la carnicería Rodo del Mercado de la Ribera. Cuenta con un coro propio, 'Aromas del Pueblo', especializado en el folclore de la tierra. Al inquebrantable txistulari Mikel Bilbao hay que escucharle sus versiones del Himno de Extremadura y de la popularísima jota 'Virgen de Guadalupe'.

Y de la Asociación Artística Vizcaína, qué decir, pues que lleva una porrada de años entregando, siempre el último sábado de la Aste Nagusia, los Acrósticos de Bilbao, premios que suponen un reconocimiento para los actores y actrices que durante las fiestas de la Semana Grande convierten a Bilbao en la 'capital del teatro'. Gracias a asociaciones tan divertidas y con unas miras culturales tan altas a la capital vizcaína se la puede recitar con los mejores versos. Divertidas y solidarias por igual.