«El Ayuntamiento es en parte responsable, aquí debería estar prohibido el acceso»

Castro Urdiales se ha despertado este miércoles con la terrible noticia de la muerte del niño que anoche se había precipitado desde 20 metros de altura en una zona de acantilados de Cotolino. Las reacciones de pesar se han dejado notar toda la mañana, en una localidad que en verano multiplica su población debido a la afluencia de visitantes que tienen allí su segunda residencia, un colectivo compuesto principalmente por vascos. Precisamente la víctima, un crío de tan solo 12 años, era natural de Bizkaia.

La tristeza y la conmoción se ha mezclado también con cierta indignación por lo ocurrido; la sensación de que quizás se hubiera podido hacer algo para evitar la desgracia. Es el caso de Rafael Nieto, un autocaravanista vecino de Coruña, que estos días visita a su familia política en Castro.

Es incomprensible que la zona no esté señalizada, que no se prohíba el acceso. Porque es catastrófica: como te caigas aquí, no tienes nada que hacer». Indignado, arremetía contra el Ayuntamiento, al que considera «responsable en parte» de lo ocurrido. «Viendo las latas y residuos que hay ahí arriba es evidente que es un lugar de reunión donde los chavales suben habitualmente».

Nieto se había acercado «por curiosidad, para comprobar si había un precinto o algo. Y descubro para mi asombro que 12 horas más tarde de lo ocurrido, no es así. No está prohibido el acceso, ni hay ninguna nota informativa... No es normal». Insiste en el riesgo que entraña un acantilado que «ni es zona de paso, ni un mirador, ni una zona especialmente bonita para sacar fotos –está abierta al mar–, y más con la de accidentes que hay de gente que se cae haciéndose un selfie. Hay que limitar aquellas zonas cuyo acceso ponga en riesgo la vida de adultos y jóvenes por comportamientos inconscientes».

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