El lehendakari, ayer, con un grupo de escolares en Etxebarri. Maika Salguero

El 42% de los alumnos vulnerables deberían cambiar de colegio para evitar la segregación

Un estudiante desfavorecido tiene casi cuatro veces más probabilidades de repetir que otro de un entorno acomodado

Martes, 9 de septiembre 2025, 00:33

El Departamento de Educación del Gobierno vasco comenzó hace tres años a implementar medidas con el objetivo de reducir la segregación escolar, el fenómeno social ... según el cual el alumnado de entornos más vulnerables queda marginado en unos pocos centros educativos que acaban convertidos en guetos. La iniciativa más conocida fue la obligación de los colegios de reservar una serie de plazas para estos estudiantes en los cursos del primer ciclo de infantil. Tres años después, ese mecanismo apenas alcanza al 43% de los centros. En el resto o no tiene efecto o éste es el contrario al esperado; es decir, que en vez de acoger más vulnerables, se alejan del objetivo (esto último sucede en el 5% de los casos).

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Son datos que se desprenden del diagnóstico que el Gobierno vasco compartió ayer con más de 50 agentes educativos y sociales en la primera reunión de la mesa de trabajo contra la segregación escolar, bautizada con el nombre 'Eskola Bikaina Denontzat' (Una escuela excelente para todos). El informe, al que ha tenido acceso EL CORREO, pone cifras al fenómeno y sirve de punto de partida para buscar un pacto que involucre a los distintos agentes en la lucha contra la marginación del alumnado más vulnerable.

La idea del Gobierno vasco es que cada colegio tenga la misma proporción de vulnerables que el municipio o barrio en el que se ubica. Pues bien, los datos indican que en el último proceso de matriculación el 43% de los centros educativos tuvieron que realizar algún ajuste para aumentar o reducir, según el caso, el número de estudiantes vulnerables que recibieron (hace dos años se actuó sobre más de la mitad de los centros). En otro 31% de los casos no hubo ningún cambio entre las solicitudes que recibieron y las que finalmente matricularon. El 5% de los colegios hicieron lo contrario de lo esperado, es decir, se alejaron del objetivo. Y el 21% restante no se tiene en cuenta porque son las únicas escuelas de su localidad y, por tanto, no tienen más opción que matricular al alumnado que lo solicita.

42% del alumnado

vasco tendría que ser 'movido' de centro educativo para llegar al escenario ideal en el que no hubiera segregación escolar. La cifra es más alta en Álava.

¿Significa eso que las medidas contra la segregación están teniendo efecto? Pues depende. La respuesta es que sí, pero de forma muy limitada, teniendo en cuenta que Euskadi parte de una situación preocupante. El País Vasco es, después de Cataluña, la comunidad autónoma que más segrega –o sea, margina– al alumnado extranjero. Para hacerse una idea, haría falta cambiar de colegio al 42% del alumnado vasco vulnerable para alcanzar un escenario ideal en el que no hubiera segregación. Toda cifra que supere el 30% refleja una segregación «alta». La situación varía en función del territorio. En Álava, por ejemplo, ese índice –que se conoce como índice de disimilitud– es del 45%; en Bizkaia, del 42%; y en Gipuzkoa, del 39%. Dentro de Bizkaia, la necesidad de redistribución es mayor en Bilbao (45%) que en el resto del territorio (39%).

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Bizkaia es la única de las tres provincias cuyo índice es peor este curso que en 2023 y 2024, aunque es cierto que la diferencia no es muy grande. Pero lo cierto es que la situación apenas ha cambiado. Entre otras cosas, porque en este tiempo en torno al 95% de las familias se escolarizan en los colegios que seleccionan como primera opción. Es decir, que apenas se 'recoloca' al 5% del alumnado, una proporción muy pequeña a la vista de la magnitud del desafío. Educación trata después de equilibrar la situación con la matrícula viva, que son los alumnos que llegan a Euskadi a lo largo del año, la mayoría de ellos extranjeros. El problema es que el 12% de las zonas en las que se divide el mapa escolar acogen al 60% de estos nuevos alumnos.

24 colegios

de 522 (el 4,6%) no sólo no han matriculado los vulnerables que les corresponden según el mecanismo, sino que caminan en la dirección contraria.

Otra razón por la que cada vez menos centros educativos se ven afectados por las medidas contra la segregación es que en el último curso Educación las ha suavizado de forma considerable. Ahora, si un colegio no recibe vulnerables, es suficiente con que reserve sólo dos plazas para ellos en vez de las que le tocaría.

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Cómo afecta la segregación

Este cambio fue introducido para aplacar las protestas de buena parte de la comunidad educativa. Los colegios bloqueaban las plazas para vulnerables a la espera de que se llenasen durante el curso, cosa que en muchos casos no sucedía. Las ikastolas fueron quienes más elevaron la voz en este asunto, aunque no fueron ni mucho menos las únicas críticas con el mecanismo. También fueron muy duras con la forma que tiene Educación de determinar si un alumno es vulnerable, que es por medio de un cuestionario sin que se cotejen los datos con otros indicadores como la renta familiar.

En cualquier caso, la lucha contra la segregación se ha convertido este curso en una prioridad para el departamento. Los motivos son tanto de justicia social –garantizar a todo el alumnado igualdad de oportunidades– como de calidad. Porque, según los datos que maneja la consejería que lidera Begoña Pedrosa, un alumno vulnerable tiene casi cuatro veces más probabilidades de repetir curso en Secundaria que otro de un entorno acomodado.

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Los efectos que tiene la segregación sobre los escolares vulnerables son, entre otros, más riesgo de fracaso escolar, peores resultados académicos, un impacto negativo en la autoestima y la salud emocional y, en definitiva, la perpetuación de las desigualdades socioeconómicas.

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