Zaragoza 107-88 Baskonia
El Baskonia firma un 'remake' lamentableEl equipo azulgrana rememora sus penurias domésticas y recibe una lección de baloncesto impartida por un Zaragoza superior en todo
Si se trata de abundancia, pocos en el inicio de esta temporada como el Baskonia, un equipo capaz de regalar puntos por encima de la ... centena a su rival de turno. En el choque inaugural de curso entregó 102 puntos al Olympiacos, idéntica cifra concedida días después al Asvel Villeurbanne. Sin demasiado ánimo para la rectificación, la escuadra de Paolo Galbiati regaló 107 a un Zaragoza que encontró en el visitante azulgrana al mejor invitado a las recién inauguradas festividades de El Pilar. Inofensivo y formal. De cien en cien no parece una cadencia recomendable, la misma que obliga a una inspiración ofensiva de sobresaliente. Como la carta de triples tampoco invitaba a alegrías con un triste 4 de 28, el Baskonia cayó por su propio peso para rememorar sus penurias recientes en el frente doméstico. De nuevo, un domingo de desasosiego y cabreo. Sucedió hace dos campañas con Joan Peñarroya y Dusko Ivanovic, se reprodujo con Pablo Laso y ahora, la primera en la frente con Paolo Galbiati.
Zaragoza
Bell Haynes (26), Yusta (14), DJ Stephens (8), Robinson (16) y Dubljevic (2) -cinco inicial- Spissu (5), González (6), Rodríguez (11), Stevenson y Soriano (19).
107
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88
Baskonia
Forrest (6), Spagnolo (6), Luwawu-Cabarrot (19), Diakite (4) y Samanic (21) -cinco inicial- Howard (4), Diallo (22), Villar (2), Diop (3), Frisch y Joksimovic (1).
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Parciales 23-20, 25-14 (48-34 al descanso), 24-26, 35-28
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Incidencias 6.361 espectadores en el Príncipe Felipe
Mejor confiar en que lo sucedido en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza sea un borrón, que tampoco es cuestión de ponerse agorero con la temporada recién comenzada. El caso es que el conjunto vitoriano, con su entrenador debutante y un buen puñado de jugadores recién llegados que desconocen la exigencia de la liga española, recibió una auténtica lección de baloncesto por parte de un Zaragoza que le superó en todos los apartados del juego.
Le bastó al conjunto aragonés contar con un base de referencia (Trae Bell-Haynes), un interior percutor (Joel Soriano) y un exterior con criterio (Joaquín Rodríguez) para sacar del carril a Markus Howard, el retrato de un juego de ataque azulgrana caótico y desacertado. Ninguna de estas figuras se lograron encontrar en las filas azulgranas, por mucho que Samanic o Diallo lucieran números muy por encima de su aportación real. El duelo que abría la Liga ACB dejó en la silla de descartes a Markquis Nowell, pero ni Howard ni Forrest estuvieron siquiera cerca de cumplir con sus responsabilidades. En el banquillo quedó como testigo pasivo Tadas Sedekerskis debido a molestias físicas.
Alrededor de su triángulo mágico, el equipo de Jesús Ramírez construyó una celada perfecta en la que cayó el Baskonia. Siempre eficaz a la hora de leer una defensa azulgrana de cambios automáticos que dejaba por sistema a un hombre grande en posición de ventaja debajo del aro. La falta de sintonía colectiva atrás fue de la mano con la dejación de funciones a la hora de contener un buen número de situaciones de 'uno contra uno' en los que los jugadores maños casi siempre salieron victoriosos. Al Baskonia le pudo faltar acierto, pero tampoco le acompañaron ni la intensidad ni la dureza.
Ni rastro de esa intención de morder en las líneas de pase que se vislumbró en los dos duelos continentales precedentes. Como si la primera semana de competición ya se hiciera larga y medirse al Zaragoza fuera una obra ligera. El Baskonia se mantuvo en el partido hasta el 32-32 y el mate de Hamidou Diallo que hizo temblar el aro maño. Le quedó bonito el vuelo al alero azulgrana, pero acto seguido cayó un parcial de 16-2 que premió la laboriosidad y la fluidez ofensiva del plantel aragonés (48-34 al descanso). La oleada del Zaragoza dio paso a un plantel azulgrana dominado por completo, sin recursos para frenar el planteamiento propuesto desde el banquillo rival. Un 'remake' lamentable con distintos protagonistas, pero con los mismos colores.
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