«Sin el baloncesto no hubiera podido estudiar nada»

– ¿Cuándo empezó a jugar al baloncesto?

– Desde muy joven bailaba con el balón y experimentaba, pero empecé en serio cuando cumplí 14 años.

– ¿Probó otros deportes?

– Soccer, fútbol americano, beisbol… de todo.

– ¿Su lugar favorito de Vitoria?

– Varios restaurantes. Don Producto tiene unos filetes, solomillos muy buenos, y su cocina es fascinante. También me gusta mucho el Tandoori.

– ¿Qué hace en su tiempo libre?

– Cuando hace bueno me gusta pasar tiempo en el centro porque creo que es único con respecto al resto de lugares en los que he estado. Hago planes con mis compañeros porque eso nos ayuda a construir la buena química de la que te hablaba antes.

– ¿Hay algo que no puede soportar sobre la cancha?

– No, algunas veces alguna decisión de los árbitros o alguna actitud de algún jugador pero así es el baloncesto.

– ¿El más bromista en la actual plantilla del Baskonia?

– Creo que Vanja Marinkovic.

– ¿Quién pone la música este año en el vestuario?

– Se nos ha ido DJ Granger, así que creo que voy a ser yo este año. Llevaré mi altavoz a los viajes y al vestuario.

– ¿Qué hubiera sido Steven Enoch si no se hubiera dedicado al baloncesto?

– No lo sé. He estudiado periodismo y puede que de esa manera siga vinculado al baloncesto. Me siento más cómodo preguntando que contestando. Pero el baloncesto es una institución para mí. Si no hubiera sido jugador no hubiera podido estudiar nada porque no hubiera sido gratis.

– Tiene dos amigos llamativos; Tanaya Atkinson, jugadora del Araski, y Andre Drummond, gran reboteador de la NBA.

– Tanaya y yo somos de la misma ciudad y nos conocíamos de hace tiempo, es increíble que ella esté en el Araski. Voy mucho a verla, es una persona muy cercana y gran jugadora. Hacemos muchos planes sobre la marcha. Y Andre es un amigo distinguido pese a que estamos en momentos diferentes de la vida. Me apoyó cuando estaba en la universidad y me enseñó mucho. Fue como mi mentor. Era esa persona a la que podía acercarme y preguntarle cualquier cosa.

– Dice mucho que antes era muy tímido. ¿Le costó hacer amigos en el instituto?

– Al principio, sí. Porque era un nuevo paso en mi vida y me costó desplegar las alas. Me era más fácil hacer mates y relacionarme en la pista que hablar fuera de ella. El baloncesto y la universidad me ayudaron a madurar.

– ¿Cómo va a celebrar su cumpleaños el domingo?

– No tengo plan aún pero algo haré. No será una fiesta con alcohol, porque tenemos partidos y estoy centrado en ello.