La racha se rompió en el descuento

Pero los rojiblancos no se descompusieron en ningún momento y supieron minimizar los daños, sobre todo ante las internadas por la izquierda de un Vinicius desatado por momentos ante un Gorosabal que cumplió con nota con la inestimable ayuda de Unai Nuñez y Prados en las coberturas.

Desde que los rojiblancos sucumbieron en Montilivi ante el Girona el pasado 6 de octubre en aquel encuentro de infausto recuerdo –hicieron méritos para ganar y fallaron tres penaltis– solo habían caído en una ocasión, en la visita al Metropolitano ante el Atlético (1-0) en un encuentro en el que los bilbaínos también hicieron méritos para sacar un mejor resultado después de estrellar varios balones en la madera.

En el Bernabéu, un campo maldito para el Athletic –no gana en feudo blanco desde hace dos décadas– estuvo muy cerca de estirar el chicle un poco más. Y mucha culpa de que fuera así, además de la gran labor defensiva, fue de un Unai Simón que dejó claro que es el número uno por mucho que solo sea titular en la competición doméstica, ya que Ernesto Valverde ha decidido apostar por Julen Agirrezabala como portero de la Europa League.

El meta de Murgia estuvo infranqueable durante 93 minutos con dos paradas que sobresalieron por encima del resto. Ambas en la segunda mitad, después de un primer periodo en el que apenas tuvo trabajo. Nada más reanudarse el encuentro, un taconazo de Vinicius en el centro del campo dejó a Camavinga con el balón en los pies y mucho terreno por delante como le gusta al francés para explotar su punta de velocidad. El galo llegó al área y su remate duro lo desvió con la punta de los dedos a córner un Unai Simón que se hizo gigante.

Pero la intervención de la noche llegó a la hora de partido. Vinicius, en una muestra más de la gran calidad que atesora, centró con el exterior desde la izquierda para que Bellingham cabeceara a placer. El remate del inglés se topó de nuevo con una excelente respuesta del Zamora de la pasada Liga, quien tocó lo suficiente el balón para enviarlo a saque de esquina cuando la grada cantaba ya el gol.

El Madrid, consciente de que se le iba la Liga, siguió percutiendo con todo y la salida de los Endrik, Brahim y Güler fue toda una declaración de intenciones de un Ancelotti que se temía lo peor después de haber quedado fuera de La Champions el martes y con la final de Copa a la vuelta de la esquina en La Cartuja ante el eterno rival, el Barcelona.

El Athletic se relamía ante la posibilidad de cosechar el que hubiera sido su cuarto empate liguero en las últimas 20 visitas al Bernabéu –17 derrotas–, lo que le hubiera permitido seguir mejorando su racha histórica de una derrota en 22 partidos. Pero Fede Valverde se encargó de echar por tierra ese objetivo y a la vez convertir las visitas a feudo blanco en un auténtico dolor de muelas para los rojiblancos.

Fue la quinta derrota de los hombres de Ernesto Valverde en lo que va de campeonato. Los rojiblancos cayeron ante el Barcelona fuera y en los dos encuentros contra el Atlético, así como en Montilivi frente al Girona y ayer ante un Madrid que tumbó sobre la bocina a uno de los equipos que menos goles encaja de Europa.