Casemiro, el sustento del Manchester United

La millonaria llegada de Casemiro fue el enésimo movimiento de una directiva que por más que gasta –más de dos mil millones de euros desde que levantara su última Premier en 2013– no termina de enderezar el rumbo de un equipo que es una trituradora de entrenadores (diez desde el adiós de Ferguson tras aquel título liguero) y donde muchos de los jugadores que llegan no terminan de adaptarse. Uno de ellos parecía ser el mediocentro brasileño, distanciado del técnico Erik Ten Hag en sus dos primeras temporadas. Hablar el mismo idioma que Rúben Amorim tampoco mejoró su situación. De hecho, la empeoró. El de São José dos Campos pasó de ser un buen recurso al ostracismo en los primeros meses del portugués en el banquillo.

Mainoo y un Bruno Fernandes reconvertido a pivote fueron las primeras opciones del ex del Sporting de Portugal hasta que el peso de la lógica se impuso. Desde febrero Casemiro lo juega todo y sus descansos en Premier han sido motivados por la Europa League, el gran objetivo de un conjunto 'red' descalabrado en la competición doméstica y el pasaporte directo hacia la Champions para salvar un curso gris, el peor en 52 años en liga. «Los jugadores pueden cambiar mi pensamiento, todo puede suceder y Casemiro es el mejor ejemplo», lanza su entrenador. El pivote brasileño ha vuelto a ser ese pulpo que se multiplica para abarcar el mayor terreno posible en la medular y además añade una llegada al área que no se veía tan a menudo cuando vestía de blanco.

Lo ha demostrado en los dos últimos partidos del United en el torneo europeo, en el que, por cierto, todavía no conoce la derrota. En la vuelta de cuartos ante el Olympique de Lyon se erigió en el héroe de un partido loco que nunca se olvidará si los de Manchester consiguen ganar la Europa League. En el minuto 70 el conjunto británico marchaba 2-0, ventaja suficiente tras el empate a dos de Francia. Dos tantos de los galos llevaron el partido a la prórroga, en la que los pupilos de Amorim estuvieron en superioridad por la expulsión de Tolisso. El Lyon logró otros dos goles más para enmudecer Old Trafford. Corría el minuto 113 y Casemiro se convirtió en el faro que iluminaría el camino hacia San Mamés. Provocó un penalti que transformó Bruno y, ya en el descuento, dio dos asistencias a Mainoo y Maguire para obrar una remontada milagrosa.

Su protagonismo tuvo continuidad la pasada semana en la ida de La Catedral. Aquella jugada en la que Maguire se vistió de Lamine Yamal para marear a Jauregizar acabó tras la prolongación de Ugarte en la cabeza de Casemiro, que ganó la espalda a De Marcos para hacer el 0-1 y abrir la goleada mancuniana. No era la primera vez que visitaba La Catedral en competición europea, ya que fue capaz de ganar con el Oporto de Lopetegui en la fase de grupos de la Champions 2014-15, la última aventura de los rojiblancos en la máxima competición europea.

Tampoco fue su estreno goleador en el campo del Athletic. En 2017 anotó el definitivo 1-2 que dio tres puntos vitales al Madrid, a la postre campeón de Liga. El idilio de Casemiro con el conjunto rojiblanco es tal que es el segundo al que ha hecho más tantos (el Sevilla, con tres, está por delante) y solo ante la Real Sociedad (12, uno más) ha celebrado más triunfos. El Athletic es el sexto equipo al que más veces se ha medido el mediocentro brasileño (16), que se ganó el aprecio de toda Bizkaia con sus palabras en zona mixta tras el duelo de ida. «Vamos a jugar el partido de vuelta con mucho respeto, porque conozco a este equipo y hay grandes jugadores. ¿Está sentenciada la eliminatoria? No, en absoluto. Tenemos que tener respeto porque ellos nunca se dan por muertos», confesó tras su exhibición. Este jueves (21 horas) el United se encomienda a su sustento para no sufrir las esperadas embestidas rojiblancas.