Un rock and roll en la plaza del pueblo
La plaza Circular ha estrenado este año verbena con «la música de siempre» y público de todas las edades
azahara garcía
Sábado, 24 de agosto 2019, 00:13
Varias generaciones juntas moviendo el esqueleto. Todavía no ha oscurecido cuando, a las 20.00 horas, comienzan a sonar los acordes del primer pase de ... la verbena que todos los días ameniza la Aste Nagusia en la plaza Circular de Bilbao. Antes eran las txosnas las que atronaban este espacio; ahora son bandas con grandes camiones-escenario y mucha marcha las que ponen la banda sonora festiva antes de retirarse a las dos de la mañana, como manda una buena verbena en la plaza del pueblo.
Todavía es pronto y apenas se ve gente joven. Las canas predominan entre el público. «Es una hora perfecta para nosotras, porque así después de ver los fuegos nos retiramos ya para casa», confesaba el jueves Ana Mari Tellaetxea, vecina de Bilbao que, discreta con su edad, hace tiempo que dejó atrás los 60.
El grupo Akerbeltz fue el encargado anteayer de hacer vibrar el centro de la capital vizcaína. 'Nirekin', de Gozategi, y 'Txantxangorria', de Goazen, fueron los temas con los que arrancó la romería. «Empezamos suavecito porque a primera hora siempre hay gente mayor», explicaba Emilio Vázquez, guitarra y vocalista del conjunto. «La caña llega siempre al final», añadió.
La banda afirma que no varía demasiado el repertorio de un pase a otro. «Siempre intentamos adaptar la música al público que tenemos delante, pero tocamos canciones de toda la vida que gustan a todo el mundo», aclaró el músico. Entre ellas, 'Que te den', de Anparanoia, 'Txanpon baten truke', de Alaitz eta Maider, o 'Ikusi mendizaleak', de Oskorri.
«Yo en casa escucho trap o reggaetón pero me gusta venir a las verbenas porque ponen la música de siempre», señalaba Pablo, de Logroño, uno de los espectadores más jóvenes del sarao. Tiene 15 años. Ni siquiera había nacido cuando se compusieron la mitad de las canciones que bailaba con fervor.
Como cada día, a las 23.15 horas dio comienzo la segunda sesión de la romería. Poco a poco el ambiente se fue tornando más juvenil, sobre todo en la parte más cercana al escenario, aunque por la parte de atrás todavía se podían ver algunas familias. «Yo he sido y sigo siendo muy verbenera y ahora vengo con los 'peques'», declaró Irati Calvo. «Con 7, 4 y 2 años, las tres bailan las mismas canciones que bailaba yo cuando tenía 14», admitió sorprendida.
A detener el tiempo
La magia de las verbenas consiste precisamente en eso, en parar el tiempo a través de la música. «Vemos gente de todas las edades divirtiéndose en un mismo espacio», explicó Vázquez. «Eso es muy bonito», puntualizó. Akerbeltz realiza una media de 65 actuaciones anuales girando por todas las provincias del País Vasco. «Vamos allí donde nos llaman y en algunos pueblos somos ya unos habituales», declaró el músico. Tanto es así que ya forman parte de muchas cuadrillas a lo largo y ancho del territorio. «Desde el escenario se ve a la gente crecer», aclaró Vázquez. Lleva 21 años dedicándose a la música y durante ese tiempo «he sido testigo de como chavales que eran unos críos cuando yo empecé y bailaban en la verbena con sus padres ahora llevan a sus hijos a las actuaciones», explicó emocionado.
Su pasión es contagiosa. Maider Sánchez, la recién estrenada vocalista de Akerbeltz, también la siente en sus venas, aunque reconoce que «todavía me queda mucho por aprender». Hace tan solo seis meses que se subió a un escenario por primera vez. Se pone nerviosa cada vez que sale ante el público, pero lo disfruta mucho. «Me lo paso muy bien con la gente, interactuamos mucho con ella», aseguraba antes de que el telón bajara a las dos de la mañana en punto con el mítico 'Lepoan hartu ta segi aurrera', de Etsaiak.
La clave
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De generación en generación «He visto a críos que venían a bailar con sus padresa los conciertos y que ahora traen a sus hijos»
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