Betis 1-0 Alavés
El Alavés se diluye hasta desaparecerUn Betis superior que pudo sentenciar en varias ocasiones acaba con un equipo albiazul tan esforzado como blando e inofensivo
El Alavés amagó con un buen inicio y una clamorosa ocasión de Guridi en el minuto dos, pero acabó diluyéndose hasta desaparecer. Tan esforzado como ... inofensivo y blando el conjunto albiazul, el duelo cayó simplemente del lado del mejor. De un Betis que se impuso en casi todas las parcelas y rozó un marcador más amplio. Sobre todo en una segunda mitad de llegadas muy claras y un descuento de oportunidades sucesivas. Al cuadro vitoriano le quedó hasta el final la esperanza del resultado ajustado y poco más. Acciones aisladas, como un posible penalti sobre Garcés. Parece que es en serio que el VAR se inhibirá salvo en casos flagrantes. Habrá que verlo con el paso de las semanas.
Coudet había decidido repetir alineación después del convincente triunfo ante el Levante. Parada y Jonny Otto repetían en la zaga mientras Ibáñez volvía a ocupar un lugar en el eje. Los tres futbolistas albiazules que son novedad en este inicio de campaña. Para hacer frente a un Betis que llegaba tras su igualada en Elche y donde Pellegrini sólo introdujo el cambio de Junior Firpo por la banda izquierda. Ante la obligada baja de Isco, tanto Fornals como Lo Celso representaban a priori las bazas creativas de un rival que se estrenaba en La Cartuja. Al segundo no le costó demostrarlo. Iba a marcar el primer gol y dejar detalles de mucha calidad cerca del área alavesista. Suyo fue el partido. Indetectable y decisivo. Aunque el Betis se manejó con muchos recursos. Como una banda derecha donde Bellerín y Ruibal dieron la noche a los albiazules.
Jon Guridi no acertó con una ocasión muy clara en el minuto 2, casi la única del partido
La capacidad de encadenar partidos competitivos en serie es lo que distingue en ocasiones una campaña desahogada de otra sufrida. Es decir, esa fortaleza para obligar a los adversarios a llegar al límite. Que las concesiones, en definitiva, resulten puntuales y se tomen como algo excepcional. No se atuvo la primera mitad a estos parámetros. Más bien resultó un ida y vuelta casi constante donde pesaron los quilates. A Guridi se le escapó un balón claro de gol en el minuto dos. Ya se sabe que lo suyo no es el remate. Tampoco acertaría en un cabezazo posterior dentro del área.
El Alavés arrancó intenso y con una ordenada presión que le permitió dominar el juego. Al menos con el control territorial. Otra cuestión era frenar a un Betis incisivo y vertical con el balón. Con recuperaciones o a base de calidad enseñaba los dientes el conjunto local. Eran afilados y con esa sensación de peligro y profundidad de la que carecían los vitorianos. Amasaba la pelota el Alavés y la circulaba con sentido, pero las ocasiones eran casi siempre béticas. Un titubeante Sivera, que después salvaría varias, tampoco ayudaba, aunque el 1-0 llegó en un error de Parada. Firpo y Fornals amenazaron con aumentar la diferencia, mientras el cuadro albiazul no encontraba a Carlos Vicente y menos aún a un aislado Toni Martínez. Iba a ser una constante.
Si ante el Levante el Alavés controló el juego desde el centro del campo, frente al Betis padecieron los vitorianos algo similar. Altimira, Fornals y Lo Celso conectaban entre ellos y encontraban las bandas. Parada y Aleñá se veían desbordados. Cada aparición cerca de la meta de Sivera era un problema grave. Un intenso y móvil Cucho Hernández daba también mala noche a los centrales.
El triple cambio con la entrada de Abde, Guevara y Mariano trató de agitar el árbol bético, pero tampoco resultó. Sólo los instantes iniciales del primero prometieron remover el duelo. Nada de nada, en realidad. Más bien un rival asentado ante las combinaciones albiazules en zonas intrascendentes y presto a las contras. A Cucho y a Pablo García les negó Sivera el tanto de la tranquilidad.
El equipo vitoriano careció de recursos para tratar de equilibrar el encuentro tras encajar el gol
Con todo tiró Coudet con la entrada de Calebe, la reconstrucción con Carlos Vicente en el lateral diestro e incluso la oportunidad final para Pinillos. Pero nunca apareció el mapa del tesoro que llevaba a la meta de un Pau López demasiado tranquilo. El sudor frío del remate inicial de Guridi que le fue a las manos resultó casi el único susto verdadero.
El tiempo añadido, lejos de inquietar al equipo que ganaba, se convirtió en un ejercicio de acoso y derribo sobre Sivera. Pablo García topó de nuevo con el portero, Bakanbu con el larguero, Jonny rozó el penalti… Poco en el área contraria más allá de pases y pases y algún balón colgado. Nada de magia, de primer toque, de esa imaginación y calidad que marca diferencias.
Así que primera decepción de la temporada y solo un duelo más antes del cierre del mercado. Es evidente que el Alavés necesita algo diferente en el capítulo ofensivo si quiere manejarse con soltura en la categoría. Sólo se trata del balbuceante inicio de la campaña, pero se antoja claro por dónde saltan las costuras.
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