Alavés
Un Alavés bajo mínimos en defensaEl entrenador sólo tenía a cinco hombres para armar la zaga y optó por primera vez por Tenaglia y Pacheco como centrales
Nueva reconstrucción. Y otra vez centrada en la defensa, la parcela más sensible y que se ha convertido en un dolor de muelas para el ... Alavés. Tras las marchas de Abqar, Sedlar, Pica y Mouriño, Facundo Garcés afrontaba la temporada como líder de la zaga. Había ascendido de soldado raso a capitán general. Y con él ahora fuera de combate, el club deberá entregar esos galones a un nuevo hombre, con sólo seis candidatos y un central puro, Jon Pacheco. Esa figura que sea referente para frenar a los rivales. Una brújula que evite que la línea defensiva se desnivele. Un cortafuegos. En definitiva, ese que impida que se repitan acciones como la que supuso el gol del Mallorca.
Si hay una posición que exige máxima concentración es el eje defensivo. Y el Mallorca aprovechó ayer un despiste generalizado para romper la igualada. El árbitro concedió al conjunto bermellón un balón a tierra después de que la pelota le golpease en la pierna. Morlanes conectó con Muriqi y la rápida triangulación con Domenech entregó el balón en badeja a Asano, que batió a Sivera dentro del área. La acción sorprendió a los albiazules, que protestaron al árbitro al entender que había señalado una falta y la reanudación era incorrecta. «En Primera División no te puedes dar el lujo de distraerte como en la jugada del gol», reconoció Blanco, capitán del equipo.
Este error supuso la derrota. Y fue la nota negativa de una tarde en la que Eduardo Coudet tuvo que rearmar su muralla. Sólo tenía a cinco hombres, estaba bajo mínimos. Con el partido de ayer, ya son cuatro las defensas que ha empleado el entrenador argentino en estas siete jornadas. Diferentes combinaciones con un denominador común: Jonny Otto y Garcés no se movían. Eran fijos. Una lista en la que ahora sólo queda el gallego. Pachecho, que ya fue titular ante el Getafe, ocupó la baja de Garcés y actuó junto a Tenaglia, convertido desde el inicio de la temporada en defensa central. Con Diarra fuera de combate por unas molestias en su pie, el Chacho se decantó por Parada.
Los primeros minutos reflejaron que las piezas habían encajado. El Alavés se mostró superior en el juego y también a la hora de frenar a un Mallorca necesitado de dar una alegría a su gente. La presión alta del equipo buscó asfixiar a los de Jagoba Arrasate. Y cuando conseguían superar esa línea, Pacheco y Tenaglia cortaban cualquier intento. Una labor en la que tuvieron la encomiable ayuda de Blanco, el ancla albiazul.
El equipo sólo ha logrado dejar contra el Athletic la portería a cero en estas primeras siete jornadas
Falta de solidez
Sin embargo, la defensa se contagió del equipo y fue también de más a menos en la primera mitad. Jonny Otto, al que Asano le ganó la espalda en tres ocasiones, vio la amarilla en el minuto 21 después de que el extremo bermellón se librase de su marca. Diez minutos más tarde fue Parada el que manifestó esta debilidad atrás. El lateral, al igual que en el partido contra el Betis, titubeó en un balón dividido con Domenech y vio la amarilla al frenar su internada. Nuevo aviso de un Mallorca que en la siguiente no perdonó.
Pacheco evita el segundo
Ya lo avisó Coudet: «Que el Mallorca esté herido es un arma de doble filo». Porque es un «buen equipo, con jugadores de buen pie». Y su situación clasificatoria le obligaba a defender ese botín. De manera que en los primeros compases de la segunda mitad plegaron velas, también obligados ante un Alavés que volvió a ser protagonista en busca de un tanto que iniciase la remontada. Este contexto liberó la presión en la defensa.
Con el equipo más volcado al ataque, el Mallorca trató de sentenciar el partido. Es cierto que sus aproximaciones fueron limitadas, pero con la sensación de que con poco consiguieron generar mucho daño. Un centro lateral de Antonio Sánchez se paseó por el área sin encontrar rematador. Aunque la más clara la tuvo Mateu Jaume. Pacheco evitó el gol casi sobre la línea con Sivera ya vencido.
Lo cierto es que el equipo no consigue recuperar esa solidez defensiva. En estas primeras siete jornada de Liga, sólo ha conseguido dejar la portería a cero en la victoria ante el Athletic. El Sevilla fue el único que superó a Sivera por partida doble. Unos números que agravan aún la situación en la zaga tras la sanción de Garcés. Por hacer una comparativa. El año pasado, el equipo cimentó la permanencia sobre su fortaleza en una retagurdia construida por Mouriño y Garcés. En los últimos nueve partidos sólo recibieron cuatro goles. Es más, cuatro victorias fueron por la mínima (1-0) y sólo perdió dos encuentros, también por la misma diferencia.
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