El Alavés pierde fuelle sin sus futbolistas más aguerridos
El colmillo de los albiazules se reduce sin Carlos Vicente, Pablo Ibáñez y Boyé. Sus duelos ganados cayeron en un 30% ante el Girona y su reacción fue insuficiente
Eduardo Coudet lleva toda la temporada ensayando para que sus violinistas toquen rock. «Siempre he tenido la intención de que mis equipos sean físicos, pero ... también que traten de jugar bien al fútbol», confesó el entrenador argentino. Sin embargo, el Chacho asumió que es «difícil» lograr la armonía en el juego y «sostener el ritmo durante los 90 minutos». «Los futbolistas combinativos no son tan guerreros en las segundas jugadas y saltando líneas, pero me inclino más por las características que tenemos, por ir a buscar los partidos», explicó el técnico, que puso como ejemplo la primera media hora ante el Espanyol en la que el Alavés fluyó en sus triangulaciones y agobió a su rival con su alta presión.
Un plan llevado a cabo por futbolistas como Calebe, Aleñá o Denis Suárez que tienen el «buen pie», que tanto repite Coudet, como principal cualidad y no la fortaleza física para morder sin descanso. A pesar de ello, los albiazules han encontrado, en largas fases, el «equilibrio» entre «la idiosincrasia» alavesista de equipo «luchador» y la «técnica». Una fórmula que decanta bien gracias al esforzado gen «guerrero» de, entre otros, Carlos Vicente, Pablo Ibáñez y Boyé, futbolistas que añaden la pelea a sus cualidades futbolísticas.
Sin embargo, en Montilivi, ninguno de los tres estuvo en el once albiazul. El Chacho apostó por dar continuidad a su 4-4-2 y a la alineación ante el Espanyol, introduciendo sólo a Mariano por el delantero argentino. Y en los primeros 45 minutos, el Alavés naufragó sin Boyé, siendo un equipo blando en la presión y poco dinámico en ataque. «No fuimos nosotros. El aprendizaje es que en la Liga no puedes entrar dormido», avisó Coudet.
«No fuimos nosotros. El aprendizaje es que en la Liga no puedes entrar dormido», reconoció Coudet tras caer en Girona
Eduardo Coudet
Entrenador del Alavés
La derrota en Girona –tercera consecutiva lejos de Mendizorroza y sin marcar– mostró un conjunto, sobre todo en la primera mitad, menos aguerrido. Tuvieron un 30% menos de duelos exitosos (60, por choque, en las primeras 11 jornadas y 42 en Montilivi) y un 26% menos de 'triunfos' en sus envites aéreos (19 por 14). Dos rankings que los vitorianos lideran en la Liga y que ponen en valor su capacidad para presionar y ahogar al rival. Tampoco tuvieron tanto acierto en sus entradas, que bajaron del 59% al 50%.
Tres datos que ejemplifican el carácter más tierno en Girona de un equipo que fue menos batallador sin Pablo Ibáñez, Boyé y Carlos Vicente. Los tres son los jugadores que más duelos a ras de césped, por partido, completan del Alavés (14,4, 13,3 y 11,4) y, con permiso de Blanco, los que más 'tackles' –cortes– realizan (2,2, 2,5 y 2,6). Un perfil opuesto al de Calebe, Aleñá y Mariano, que brillan más en lo técnico que en lo físico.
14,4 Entradas a ras de césped
De Pablo Ibáñez por partido, el que más del Alavés
2,6 'Tackles'
Acumula por choque Carlos Vicente, sólo superado por Blanco (2,9)
Con el '9' argentino gozando de un rol principal, el papel del extremo aragonés y del centrocampista navarro ha decrecido en las últimas cuatro jornadas. Vicente sólo fue titular en Vallecas y Ibáñez ante el Valencia. Dos futbolistas claves en el arranque –el '7' es el máximo goleador del equipo con tres tantos y el '19' fue insustituible junto a Blanco en el doble pivote en los primeros nueve actos– que han visto como Calebe y Denis Suárez les han quitado el 'sitio'.
Cambio de registro
El Chacho ha apostado por un perfil más asociativo y técnico en la medular y en las bandas. También en la izquierda, donde Aleñá –mediapunta– ha vuelto a ser titular por delante de Abde –extremo– . Un plan de éxito en Vitoria y de resultado irregular fuera. En Girona, Coudet tuvo que dar entrada a Vicente, Abde y Guridi en el descanso para equilibrar la contienda física en la medular y lograr mayor profundidad. Y el Alavés, sin alardes y sin puntuar, logró mayor empaque y verticalidad. «Tenemos claro, tanto los jugadores como yo, lo que ha fallado, pero las cosas se corrigen en casa. En el primer tiempo quedó en evidencia y en el segundo no ha sucedido», sentenció Coudet, que buscará en el parón que su orquesta vuelva a afinarse.
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