
Alavés 0-0 Atlético de Madrid
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Alavés 0-0 Atlético de Madrid
El Alavés suma otro punto de apoyoTodo cuenta en la carrera hacia la salvación y el Alavés sumó otro punto de apoyo. Tras un duelo serio, con más orden y sacrificio ... que fútbol, el empate supone alcanzar un cuatro de seis en la doble comparecencia albiazul en Mendizorroza frente a Real Sociedad y Atlético de Madrid. Es decir, enseñar los codos a los rivales directos en un momento crítico y hacerlo además en partidos frente a adversarios europeos; demostrar que el equipo sigue más que vivo ante las cuatro jornadas finales de la temporada.
Sin alardes, pero con esa sensación de que fragua poco a poco un cuadro vitoriano competitivo en todas las situaciones. Algo que se echó de menos en otras fases del campeonato y que ahora se purga con el ya habitual epílogo agónico. Claro que casi nadie se asusta ya en el paseo de Cervantes.
Alavés
Sivera; Tenaglia, Garcés, Mouriño, Manu Sánchez; Blanco, Guevara (Jordán, min.72); Carlos Vicente, Guridi (Protesoni, min.72), Aleñá (Conechny, min.90); y Kike García.
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Atlético
Oblak; Llorente, Lenglet, Le Normand, Galán; Giuliano (Lino, min.60), De Paul (Koke, min.67), Barrios (Correa, min.72), Gallagher (Molina, min.72); Griezmann (Sorloth, min.59) y Julián Álvarez.
Árbitro: Martínez Munuera (C.Valenciano). Amonestó a Guevara (min.28), a Mouriño (min.56) y a Blanco (min.63) por parte del Deportivo Alavés y a Azpilicueta (min.41) y a Julián Álvarez (min.42) por parte del Atlético de Madrid.
Incidencias: 18.117 espectadores en Mendizorroza.
El Alavés se plantó con un once donde la gran novedad fue la presencia de Guevara y la suplencia de un tocado Jordán, que sólo disputó el tramo final del choque. Para alumbrar un conjunto albiazul rocoso, de pico y pala con el objetivo de minimizar el rendimiento de la exuberante nómina futbolística de los Le Normand, De Paul, Griezmann, Julián Álvarez... No hay otra solución que contener a este tipo de adversarios, por más que la relajación clasificatoria de los madrileños rebajase levemente su habitual filo.
Cumplieron los alavesistas con la tarea fundamental, evitar errores y apretar en cada línea y disputa, pero sin claridad más allá. Nerviosos e imprecisos con el balón tras cada recuperación, sin encontrar a Carlos Vicente en las contras y fiado casi todo al multitarea Kike García.
No se alteraba el guion de un duelo pleno de bostezos, aunque raro es que nada de nada sea el producto de 45 minutos de fútbol. Así que llegó la entrada de Julián Álvarez cuando Garcés despejaba en largo. Roja en primera instancia para Martínez Munuera, rebajada después a amarilla tras el aviso de Figueroa Vázquez desde el VAR. Acierto del videoarbitraje después de una acción más aparatosa que dañina del delantero visitante. Hace ya semanas que no se producen grandes polémicas arbitrales en los duelos albiazules y se agradece. Cuando se sucedieron, en el primer tramo del campeonato, los errores se acumularon para castigar a los vitorianos.
Todo se aceleró en la segunda mitad. Y es que un frenazo no era posible cuando se partía casi de parado. Apareció un Alavés que quería soltarse el corsé defensivo y amagó con un remate de Kike García en un contragolpe y también en un cabezazo claro que desperdició Guridi. Tal vez esa 'desfachatez' albiazul despertó a un adversario que había vivido hasta entonces a bajas revoluciones.
También, cómo no, que Simeone colocó en el campo a Sorloth y Lino. Casi nada. El brasileño complicó la vida a Carlos Vicente y Tenaglia desde su salida, y el noruego amenazó con su corpulencia. Para cambiar la tendencia del duelo y mirar de frente la portería de Sivera.
Llegaron los sudores fríos, aunque la entrada de Protesoni y Jordán ayudó a recuperar cierto aliento. Otra cuestión es debido a qué solo iba a producirse ya un tercer cambio albiazul (Conechny) y en el minuto noventa. No parece normal que Coudet pida un Alavés físico y no aproveche después en su totalidad la opción de las piernas frescas. El Atlético manejaba ya el partido, con más balón y más llegadas, aunque el peligro de verdad apareció en realidad en ambas áreas. En tres minutos, Oblak negó el tanto a Kike García con una intervención notable y de la misma manera respondió después Sivera ante Lenglet.
Esas balas cruzadas rozaron los oídos de los jugadores y el duelo regresó a un tramo final donde el Alavés veía cada vez más apetitoso el punto que iba a subir a su casillero. Con riesgo ante un oponente que todavía metió en el campo a Koke, Correa y Molina, pero también con un esfuerzo defensivo generalizado. Al mando en el área, Garcés y Mouriño, la pareja que se consolida y a la que no es sencillo sorprender.
Aún iba a probar suerte de nuevo Kike García ante Oblak, aunque casi sin ángulo. Poco le importa a un delantero albiazul que genera incluso cuando no llega la electricidad desde las bandas. El Atlético, siempre sólido, concedió poco y la energía de Carlos Vicente, por ejemplo, fue casi siempre dedicada a las tareas defensivas. Así que buen punto de apoyo para el refuerzo anímico y motivos para seguir braceando con fuerza. Con 35 puntos en 34 jornadas el cuadro vitoriano es consciente de que la orilla se encuentra a la vista, pero también de que el oleaje puede arrastrar a cualquiera.
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