Joyas de la gastronomía playera
Ideas de algunos platos para llevar este verano a la playa. La tradicional tortilla de patata da paso a bocadillos variados y fritos y horneados que no pierdan sabor ni salubridad si han se soportar una cierta temperatura ambiente
Javier Reino
Sábado, 28 de junio 2014, 01:41
¿Qué tal si comemos en la playa? Pues depende de la tolerancia que tengamos a lo de masticar arena. Claro que eso puede evitarse y que no todas las playas son de arena. Por lo general, a la playa llevamos esos platos que son ya clásicos en un 'menú de excursión', empezando por la tortilla de patata y la carne empanada o albardada (rebozada) y pimientos verdes. El recuerdo de aquellas fiambreras multicolor empaña mis ojos... Pero la modernidad exige una dieta más ligera.
Se imponen las ensaladas. Eso sí, con todo. Lo más 'ilustradas' que sea posible: con huevo, con pollo, con palitos de 'cangrejo'... todo en el mismo 'tupper', mezclando sabores. Lo importante es que tenga una buena cantidad de vegetales (lechuga, tomate, cebolla, zanahoria...) para que sea un plato ligero e hidratante, lo que resulta muy conveniente en días de calor intenso.
Pero en la playa la ensalada no deja de ser un plato engorroso. ¿Hay que componerla y aliñarla in situ? Insufrible. Pero si lo hacemos en casa y pasan varias horas hasta que la consumimos, en el recipiente plástico puede calentarse hasta hacerla incomestible. Para hidratarse es mejor el consumo frecuente de líquido y fruta.
Mi propuesta, especialmente si se va con niños, es recurrir a platos que, en primer lugar, puedan prepararse en casa y, si conviene, con horas de antelación. Que puedan comerse con la mano, y evitar así el manejo de cubiertos en un escenario inapropiado; que sean pequeños o troceables, para 'minimizar las pérdidas' si, como pasa con frecuencia, se caen a la arena; y, por último, que sean fritos u horneados y no pierdan sabor ni salubridad si han se soportar una cierta temperatura ambiente.
Bocadillos y 'wraps'
¿Cuáles son esas joyas de la gastronomía playera? Desde luego, los bocadillos, con su variedad infinita. Otra variante son los 'wraps', comidas envueltas en tortas de harina -de trigo o maíz- y de las que son ejemplos las fajitas y burritos mexicanos (o tex-mex) y hasta nuestro talo.
Otras sabrosas alternativas son las croquetas, buñuelos, empanada, empanadillas, rebozados de pollo o pescado (unas rabas, por ejemplo)... Tiene la pega de que con las horas dejan de estar crujientes y -a qué negarlo- algunas de ellas aportan cierto exceso de calorías. Pero todo está en medirse en cuanto a las cantidades. Por lo demás, mucha fruta (por favor, tirando los desperdicios a los contenedores de basura) y agua abundante.
Prescindo en esta entrega de cualquier consideración sobre las horas de digestión que deben guardarse antes de un nuevo baño. Fue siempre un calvario para mí aguantar con calor antes de volver al agua. Esa cuestión la dejo para los médicos, cuyos consejos, por cierto, suelen resultar muy contradictorios. Pero no estará de más cierta prudencia.
Nada de eso cuenta, por supuesto, para aquellos que convierten la excursión en un banquete aprovechando la disponibilidad en el monte (a veces muy cerca de una playa) de zonas habilitadas para fuegos y barbacoas. Y entonces hay que verlos, cargados con un saco de carbón y kilos y kilos de jugosas carnes, por lo general costillares de cerdo o cordero. Lo digo de verdad: si yo fuera ellos, la playa ni la pisaba.