«¡Pero cuánto habéis crecido!». La llegada de los Reyes Magos a Vitoria
Melchor, Gaspar y Baltasar han vuelto a coger el tren para completar este 5 de enero un largo viaje desde Oriente y reencontrarse con los niños vitorianos
Los Reyes Magos ya están en Vitoria. Melchor, Gaspar y Baltasar han vuelto a coger el tren para completar en ferrocarril el largo viaje desde Oriente. Y puntuales, a las once de esta mañana, han llegado a la estación de Renfe de la calle Dato, su parada más mágica. Lo primero que han hecho tras poner pie en la ciudad ha sido bajar de los vagones acompañados por parte de su séquito. Acto seguido, han saludado a todos los niños que han rebosado el andén para darles una calurosa bienvenida, pese a la frío y la niebla que cubre la capital alavesa. No era más que un aperitivo de lo que les esperaba en el exterior del recinto.
La ilusión ha tomado de inmediato las calles de la ciudad. No cabía un alfiler en ese pasillo que se ha formado en ambos costados de la calle Dato y que ha acompañado a Sus Majestades hasta la plaza de España. Los 'peques', con una imborrable sonrisa en la cara, han saludado efusivamente a los tres protagonistas. Y en las manos muchos de ellos ya llevaban las cartas con los regalos que les han pedido.
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Melchor, Gaspar y Baltasar no han estado solos. En su trayecto les han acompañado los carteros reales, un tractor cargado de regalos, una fanfarre y el espectáculo 'El jardín del viento', de la compañía Cal y Canto. Junto a esta comitiva se han dirigido subidos en varios automóviles clásicos hasta el Ayuntamiento de Vitoria, donde se les ha recibido y ha tenido lugar el saludo desde el balcón principal de la Casa Consistorial.
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«Eskerrik asko por este mágico recibimiento», agradecían los tres Reyes, frente a esos miles pequeños pero hoy grandes protagonistas que han conquistado la plaza. «¡Qué alegría volver a veros! Esas sonrisas son para nosotros el mejor regalo», confesaba Gaspar, en el centro de la balconada. A su derecha ha tomado la palabra Melchor, con mucha sorna. «Empiezo a ver cómo me voy poco a poco convirtiendo en el favorito de algunos ja, ja, ja».
«¡Pero cuánto habéis crecido!»
A cada frase que lanzaban le seguía una ovación de los 'peques', que no pestañeaban ni un segundo. «¡Pero cuánto habéis crecido desde la última vez!», se ha sorprendido Baltasar. Este breve desfile de los Reyes Magos hasta el Ayuntamiento -no es más que un aperitivo de lo que vivirán a la tarde- lo ha cerrado un vehículo cargado de regalos. «Sabemos que habéis sido muy responsables y como todos los años os traemos muchíiiisimos regalos. Por el camino ya nos habéis dado algunas cartas y estamos preparando esos regalos de última hora para tenerlo todo a punto para esta noche».
También para los adultos, que durante unas horas vuelven a ser niños. «Un aita nos ha pedido una olla de cocina. Y una ama una guitarra eléctrica. Luego también un aitite nos ha escrito pidiendo una bici eléctrica para recorrer el Anillo Verde», comentaban los tres protagonsitas. No obstante, han incidido en la importancia de compartir y no llenar en exceso la lista de deseos. «Sois muchos niños, hay que repartir entre todos. Como también hay que jugar con los demás. Debemos aprender a cuidar y respetar a los demás, aunque piensen distinto», han lanzado desde la balconada para poner punto y final, arropada por los aplausos, a una de las paradas de la frenética jornada.
Cabalgata por la tarde
Lo siguiente ha sido recibirles, uno a uno, a todos los pequeños que querían saludarles. Y, claro, entregarles en mano la carta que les han escrito con todos los regalos y deseos. Así, a las 12.15 horas, el Palacio Villa Suso, en pleno Casco Medieval, se ha transformado en el lugar más mágico de Vitoria. Sus Majestades de Oriente han recuperado el encuentro con los niños. La entrada a la recepción ha sido por la calle Fray Zacarías Martínez que presentaba una interminable fila.
Al cabo de unas horas, Melchor, Gaspar y Baltasar harán un alto para comer y reponer fuerzas, porque la jornada que les espera será maratoniana. Las visitas de los más pequeños se sucederán hasta las seis de la tarde. Una hora después llegará el plato fuerte de la jornada con la Cabalgata, que recupera su recorrido tradicional, y que una vez más inundará de ilusión la ciudad.
