Fomento asegura que quiere «agilizar todo lo posible» el AVE entre Burgos y Vitoria

Actualmente, el AVE Burgos-Vitoria, una pieza clave del puzle dado que el tren veloz llegará a la ciudad castellana en 2020, no cuenta con plazos de licitación ni adjudicación, ni siquiera con licencia ambiental. Desde que en 2017 se presentó el estudio informativo por parte de Fomento, entonces en manos del Gobierno del PP, no ha habido avances. En la actualidad sigue desarrollándose el procedimiento de evaluación ambiental y, al contrario de las declaraciones de los últimos días, «no queda pendiente resolver alegaciones», trasladan a este periódico desde el Ministerio de José Luis Ábalos. El otro gran escollo está en la llegada soterrada de la alta velocidad a Vitoria, la parte más «crítica» en el marco de las obras de la 'Y' vasca según recuerda la presidenta de Adif, junto con el acceso a Bilbao. En ese sentido resalta que es «crítico» acabar los estudios informativos y el desarrollo de los proyectos constructivos. Fomento presentó en julio el estudio -ahora en fase de resolver alegaciones- que eleva el coste de la obra a 872 millones, 150 más de lo previsto. En lo que respecta al trazado alavés del TAV, están ejecutados 21 de los 24 kilómetros.

Los retrasos en el AVE Burgos-Vitoria han empujado a instituciones y empresarios de Álava a exigir el desbloqueo de la infraestructura desde las páginas de este diario. El Gobierno vasco también ha mostrado su «preocupación» por la demora. Una vez que se culmine el proyecto, que no llegará antes de 2025, los viajes desde la calle Dato hasta Chamartín se reducirán a apenas 2 horas.

En la provincia vecina, en cambio, sí está cerca de culminar la llegada del AVE a Burgos, que empezará a funcionar en 2020 tras casi tres décadas de espera. Su puesta en marcha repercutirá de forma positiva a los alaveses, ya que el trayecto a de Vitoria a la capital española bajará a 3 horas, unos 45 minutos menos que ahora.