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El problema parece estar en un altar. No uno cualquiera, sino el más fotografiado de Vitoria. El veto del Obispado a grabar una escena ... de la película 'Sacamantecas' junto al altar de la Catedral Santa María ha molestado a la alcaldesa hasta el punto de que ayer calificó está decisión como «absolutamente lamentable» y «contraria» a la «estrategia de atraer rodajes» que el Ayuntamiento y la Diputación de Álava llevan meses desarrollando a base de incentivos fiscales, la puesta en marcha de las 'film office' y las visitas a puntos como Madrid para tratar de ganarse a productoras y directores de cine.
Este choque entre la Iglesia y el Ayuntamiento no tiene precedentes recientes. Tradicionalmente, políticos y Obispado han tratado de limar asperezas con discreción y remar juntos en proyectos clave. El máximo exponente de esta colaboración es precisamente la restauración de la Catedral Vieja y su 'abierto por obras', talismán turístico de Vitoria. Pero en las últimas 48 horas, han coincidido dos cuestiones que han terminado por quebrar esa discreción con la que unos y otros acostumbran a capear asuntos delicados como el naufragio de una unidad de cuidados paliativos o el relevo de la dirección de Egibide.
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Por una parte, el equipo del obispo Juan Carlos Elizalde se enteraba por este periódico del tijeretazo que la diputada de Cultura, la socialista Ana del Val, pretende meter a la partida presupuestaria destinada a mantener el patrimonio de la Iglesia. Lo quiere reducir a la mitad sin excesivas explicaciones. Horas después ha trascendido el «enfado» de Maider Etxebarria al enterarse de que el director de cine David Pérez Sañudo no ha podido meter las cámaras en el templo para rodar 'Sacamantecas', un thriller donde Antonio de La Torre se pone en la piel del temido asesino en serie alavés.
La Diócesis ha dicho que 'no' a la superproducción por ser un rodaje en un lugar de culto y porque pretende «garantizar un uso digno» del espacio, además de «proteger la identidad de estos lugares y la sensibilidad de la comunidad cristiana», defendía ayer el vicario general, Carlos García Llata, en respuesta al profundo descontento expresado minutos antes por la alcaldesa socialista en rueda de prensa. Desde la Diócesis aseguran, además, que el planteamiento de la productora pasaba por rodar durante «cinco días», un tiempo «excesivo» para tener cerrado al culto el principal templo de Vitoria. Si bien, fuentes consultadas por este periódico deslizan que los de David Pérez Sañudo trabajaban con un calendario de solo dos días de grabación antes de volver a filmar a Vitoria en febrero. Estas mismas fuentes sostienen que lo que se pretendía documentar para la película cerca de ese altar era una secuencia «de transición» e «inocua».
El vicario rechazó, en cualquier caso, que el Obispado «haya vetado» dicha producción. Alega que han ofrecido, sin éxito, el propio pórtico de la catedral y la iglesia de San Juan de Agurain, donde ya no se celebran misas.
Dos horas y media después de que Etxebarria exigiera al equipo de Elizalde que «explique qué está pasando», comparecía en la Catedral Nueva el vicario general de la Diócesis para insistir en que no habido «ni veto ni censura», aunque admitió que el Obispado pide el guión de las películas antes de decidir sobre los rodajes en los templos.
Lo que no se termina de entender en el Ayuntamiento es por qué se autorizó en su día el rodaje de 'El silencio de la Ciudad Blanca' y, en cambio, no se ha dado luz verde a 'Sacamantecas'. Para el vicario no son situaciones análogas porque en el primer caso «se utilizaron las excavaciones de la Catedral de Santa María», una cripta que no es de culto. Mientras que Pérez Sañudo pretendía rodar «junto al altar. La diferencia es notable», aseveró su responsable de Patrimonio Histórico, Susana Arechaga.
Desde la productora del largometraje sus portavoces evitan hacer declaraciones y se limitan a confirmar que el permiso solicitado «no se contestó». Según el vicario general, está previsto que el equipo del filme y la Diócesis se reúnan el miércoles 4 para buscar soluciones.
Respecto al desencuentro con la Diputación por el severo recorte de la inversión foral en el mantenimiento del patrimonio de la Iglesia, García Llata reveló que el jueves mantuvo una conversación «aclaratoria» con la diputada de Cultura. «Todos tenemos también nuestros días. Puede haber alguna afirmación mía o de ella poco afortunada, pero creo que estamos siempre dispuestos a solventar y a aclarar las cosas», ha referido. No obstante, ha admitido «preocupación» por el recorte pese a que «tenemos un margen de mucho diálogo».
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