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Dos años de duro trabajo para cinco días de una competición que, más allá de la velocidad, valora la calidad técnica a la hora de construir una moto. Este es el reto al que se enfrenta VG eMotorSport, la escudería formada por trece estudiantes de la Facultad de Ingeniería de Vitoria que se prepara para participar en MotoStudent, la competición de motos que reúne a universitarios de todo el mundo, en el circuito de Alcañiz el próximo mes de marzo.
«Hace dos años llevé la anterior moto, la de combustión, a competir a Alcañiz. Nunca me había llamado la atención el mundo de las motos, pero cuando estuve allí reparándola en el box sentí una gran felicidad al terminar la carrera. Competir contra otras universidades es una experiencia impresionante, un subidón de adrenalina», explica Danel Arizmendiarrieta, líder del equipo que, por primera vez en esta competición bianual, encara el desafío de diseñar una moto de carreras eléctrica.
Estos trece estudiantes se encuentran en distintos puntos de sus carreras. La mayoría tiene entre 22 y 24 años y construir una moto de carreras supone un gran esfuerzo para ellos, este año todavía más. «Aprendemos cuestiones como la geometría de un vehículo que de otra manera no estudiaríamos en la carrera y, este año, no tenemos referentes en los que basarnos. Hay toda clase de información disponible sobre motos de combustión, pero las eléctricas son algo más nuevo», señala Arizmendiarreta. El proyecto puede llegar a ser peligroso debido a la gran potencia que necesitan estos vehículos de carreras. Si un patinete eléctrico tiene 250 vatios de potencia, su moto eléctrica alcanza los 43.000 W. Continúan las pruebas para garantizar que tendrá autonomía suficiente para terminar el circuito. «Tenemos el diseño terminado y estamos empezando a montarla», precisa el equipo.
gran potencia
APRENDIZAJE
Empresas de la zona están adaptando las piezas a las necesidades de VG eMotorSport. «Los tubos han venido de Inglaterra y están siendo recortados, otra está preparando los utillajes para poder soldar el chasis... queremos que el dinero de los patrocinadores revierta en el territorio», explica Arizmendiarrieta. La Diputación de Álava y empresas como Aernnova se encuentran entre sus patrocinadores, imprescindibles para completar un proyecto valorado en 52.000 euros.
Toda moto necesita un piloto y este equipo cuenta con uno de confianza. Aritz Durán, piloto semiprofesional, conducirá la creación de los alumnos alaveses por tercera vez en Alcañiz. «Es valiente, hay pilotos que dejan a los equipos en la estacada en el último momento porque, al fin y al cabo, estas motos no están homologadas», agradecen estos jóvenes. Además de competir para ver qué moto es más rápida, durante los cinco días de MotoStudent, un tribunal evalúa la construcción y calidad del vehículo. ¿Y cuál es el premio a tanto esfuerzo? «Más que una gran cuantía económica los premios son bastante simbólicos. Nos interesan más la aventura y el aprendizaje, sumar experiencias a nuestro currículum y a nuestras vidas», confiesa Arizmendiarrieta.
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