La Diputación de Álava admite que cierra Sansoheta para «desestigmatizar» a los jóvenes
Emilio Sola afirma que el centro había quedado «cargado de prejuicios» desde que en 2016 se descubrió el escándalo de un número indeterminado de adultos que pagaron a menores tutelados por mantener sexo
El nombre de Sansoheta ha quedado desgraciadamente ligado al escándalo de un número indeterminado de adultos que pagaron a menores tutelados por la Diputación de Álava a cambio de sexo y que se descubrió en noviembre de 2016. Aquel caso, que a partir de septiembre sentará en el banquillo a diez de sus clientes, ha dejado marcado a este centro para jóvenes con problemas de conducta y su ubicación en Arzubiaga, municipio de Arrazua-Ubarrundia, quedó al descubierto; suponiendo esto un inconveniente 'extra' para sus usuarios. La Administración foral le cambió el nombre a CET Gasteiz, pero esto no caló, y ahora directamente se ha procedido a trasladar a los menores a otro equipamiento con el objetivo -admitió este jueves el diputado Emilio Sola- de «desestigmatizar» a este colectivo.
El titular de Políticas Sociales explicó que durante los próximos nueve meses los 17 jóvenes -quince residen allí y dos se limitan a acudir al centro de día- permanecerán en unas instalaciones provisionales con un estilo «más hogareño» que cumplen con las normas, pese a las denuncias de los sindicatos y las críticas de la oposición. Ahora, se trabaja en preparar un centro definitivo con la esperanza de que se pueda separar a los jóvenes con problemas de conducta y aquellos con una escala grave.
«Hemos decidido cerrar para siempre Sansoheta y empezar de nuevo en una ubicación discreta, sin carga de prejuicios», afirmó Sola. «Lo que necesita este colectivo es sentirse menos señalado, menos obervado y menos culpado. Es importantísimo involucrar a los colectivos que históricamente se han visto marginados y estigmatizados para que su participación pueda ser real. Se trata de que estos jóvenes expresen sus inquietudes en un marco de confianza donde se les apoye y dé el afecto que merecen. En ello estamos», subrayó en las Juntas Generales de Álava.
Cuando por fin se consiga adjudicar la obra, Sansoheta se transformará para acoger un nuevo centro: una residencia de 25 personas con discapacidad intelectual que han envejecido -algo de lo que actualmente carece Álava- y doce en servicio de centro de día.
Sobre cómo se vigila la seguridad de los jóvenes que hasta ahora residían en Sansoheta, el diputado de Políticas Sociales fue claro. «La Diputación es padre y madre de estos menores, por lo tanto, tenemos la consideración de que son como hijos y no delincuentes. Se habla mucho de seguridad y protección hacia ellos», comentó.
