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Un día después del anuncio del cierre de Guardian, el lehendakari ha dado un paso al frente y ha hablado por primera vez de la ... clausura. En sus primeras declaraciones sobre la clausura de la factoría de Llodio, Pradales ha asegurado que Lakua ya está «con el buzo de trabajo» sobre el caso de la histórica vidriera del valle de Ayala.
El presidente autonómico ha afirmado que el Ejecutivo está «trabajando intensamente» para dar con soluciones a un anuncio que ha tildado de «sorprendente», en línea con la primera impresión que trasladó ayer Mikel Jauregi. «Queremos que la empresa nos explique las razones detrás de esa decisión tan drástica», ha apuntado. A renglón seguido, ha insistido en que el Gobierno está «absolutamente volcado en la defensa de la industria». «Vamos a defender que haya una solución industrial y vamos a defender los empleos industriales en Ayala, en Araba y en el conjunto del país», ha prometido.
En la hoja de ruta de su Gabinete, Pradales ha dibujado una ronda de contactos, aparte de la empresa, con los sindicatos «para ver cómo podemos abordar una solución con los propietarios actuales o con otros propietarios». Antes, a primera hora de la mañana, el consejero de Industria se había ofrecido a apoyar inversiones de Guardian para evitar el cierre, del que tuvo conocimiento el mismo martes, al igual que el resto de la plantilla.
En fechas previas a Navidad, Jauregi mantuvo una reunión con la empresa en la que sí que se abordó la problemática de los precios de la energía -especialmente el gas- en la Unión Europea, pero los directivos de Guardian no les dijeron «nada de que la planta se iba a cerrar» durante ese encuentro. Fuentes sindicales denuncian una situación similar durante las últimas semanas, con conversaciones sobre las condiciones en las que se iba a poder negociar el convenio hasta el anuncio del desmantelamiento de la factoría.
Jauregi sostiene que preguntaron a la empresa por sus proyectos y les trasladaron que era «complicado» hacer nuevas inversiones en la planta, pero «no dieron a entender» el desmantelamiento de la planta. El Gobierno incluso estaría abierto a apoyar inversiones para renovar el horno si fuese necesario.
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Lakua, no obstante, trabaja ya en buscar un socio industrial para mantener la actividad que hacía Guardian hasta ahora, pero al igual que en operaciones como la de Talgo, la predisposición del Ejecutivo es para acompañar la inversión de quien pueda interesarse en la iniciativa, no para liderarla. «Dinamizar», sí, pero no encabezar una inversión para mantener la factoría de Llodio.
El consejero de Hacienda, por su parte, no ha aclarado si Lakua estaría dispuesto a activar el fondo público Finkatuz para armar la alternativa al cierre de Guardian. A su juicio no resulta prudente «contemplar esas posibilidades» en estos momentos.
La diputada alavesa de Desarrollo Económico, Saray Zárate, también ha ofrecido más detalles sobre el cierre. Según ha expresado en Juntas Generales, la Diputación se enteró del cierre «por los medios de comunicación», sin que la firma se dirigiese antes al Ejecutivo alavés. «No es la forma habitual de proceder de las empresas alavesas», ha afeado Zárate, que ha señalado que la comunicación con Guardian se está haciendo a través del Gobierno vasco.
«Estamos trabajando de manera coordinada y la empresa es parte de todo esto para que continúe adelante el proyecto empresarial», ha afirmado Zárate. «El anuncio del cierre nos exige a todos explorar todas las vías para que esos empleos puedan mantenerse», ha subrayado. Pese a ello, ha negado un declive industrial en el valle de Ayala y ha replicado que en la comarca «hay proyectos muy sólidos y muy consolidados».
Tras una primera valoración en la red social X, LAB ha hecho este miércoles un análisis más detallado de la situación mediante un comunicado. Según la central abertzale, el desmantelamiento de Guardian era una decisión tomada «hace tiempo» y que responde a un «falso relato». A sus ojos, todo está reflejado en «una hoja de ruta marcada que empezó con deslocalizar las actividades más rentables y luego vender la parte de Glavista a un fondo buitre».
«Una vez más, queda claro que esta multinacional prioriza sus intereses económicos por encima de las vidas humanas», ha criticado la central, que insiste en que «ambas empresas son viables» y promete usar «todas las herramientas a nuestro alcance para paralizar este cierre y garantizar un futuro para la clase trabajadora de Aiaraldea». «Hacemos un llamamiento a todas las personas trabajadoras y a la sociedad en general a unirse a esta lucha para defender un presente y un futuro para nuestra comarca», concluye LAB.
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