De las aulas de 'Sanvi' a referente de la investigación mundial contra el cáncer
El vitoriano Álvaro Curiel García es reconocido como uno de los líderes científicos emergentes en Estados Unidos por sus estudios
El vitoriano Álvaro Curiel García acaba de ser distinguido con el premio '40 Under 40 in Cancer Award', un galardón que reconoce las contribuciones que ... realizan en el campo del cáncer los líderes científicos emergentes menores de 40 años y que lo identifica como uno de los jóvenes profesionales en oncología más prometedores.
«Siempre es bonito que se reconozca el esfuerzo y el trabajo, así que estoy muy contento. De todas formas, lo importante de nuestra labor es tratar de ayudar y mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer y sus familias. Por supuesto, la ciencia es colaboración, y este reconocimiento es también gracias al equipo del que formo parte», destaca el experto en conversación tefónica con ELCORREO desde Nueva York.
Ha sido premiado con el '40 Under 40 in Cancer Award' por sus estudios del tumor de páncreas
Los últimos avances en su laboratorio se focalizan en la búsqueda de tratamientos que modifiquen las características de las células cancerígenas, que tienden a 'escapar' de la quimioterapia o radioterapia. «Trabajamos en comprender mejor cómo surge el tumor, por qué es tan agresivo, cómo se adapta y resiste al entorno y cómo podemos utilizar toda esa información para desarrollar nuevos tratamientos porque el de páncreas es uno de los cánceres con mayor tasa de mortalidad. Es como si leyésemos su manual de instrucciones para tratar de encontrar sus puntos débiles para atacar la enfermedad», detalla.
Y por el momento el trabajo va por buen camino. «Vamos haciendo avances pero es verdad que la ciencia no es a corto plazo. En los últimos años se está avanzando mucho con nuevos ensayos clínicos que son bastante prometedores pero aún queda camino por recorrer».
Llegó a Vitoria con 4 años desde Palencia y toda su etapa escolar fue en la capital alavesa
Álvaro se ha asentado en Nueva York después de una vida «de trotamundos». Pero su etapa de estabilidad más larga la vivió en Vitoria, donde estuvo desde los 4 años hasta que se fue a la universidad: «Como tantas familias, de Palencia llegué por trabajo de mis padres y estuve desde 1991 hasta que acabé el Bachillerato en 2006».
Cromos y pintxos de tortilla
Alumno «de 'Sanvi'», sus recuerdos de infancia y juventud son un compendio de los lugares comunes que todo chaval vitoriano guarda en su memoria.«El equipo de fútbol, el grupo scout, los amigos, las fiestas de San Prudencio o las campas de Olárizu, los veranos en las piscinas de Mendizorroza, los partidos del Baskonia… También recuerdo ir con mi padre todos los domingos a la plaza España a cambiar cromos y comernos un pintxo de tortilla; era como una tradición», rememora.
Lejos ya de Vitoria, en 2017, la final de la Copa del Rey del Alavés le pilló en Madrid y le sirvió para reunirse con muchos de sus amigos del colegio: «El sentimiento albiazul de mi juventud volvió a florecer. Me reuní con muchos viejos conocidos y fue un momento muy bonito».
'Curi', que es como le llaman todos sus conocidos en nuestra ciudad, no ha perdido su vínculo con Álava, pues tiene familia en Agurain a la que intenta visitar cuando regresa a España. Su última visita a Vitoria, justo antes de mudarse a Nueva York, fue un reencuentro de antiguos alumnos de San Viator. «Fue muy divertido poder recordar esas etapas. Este año se repite, y ojalá pueda estar otra vez».
«Es una ciudad que me gusta mucho, y veo que ha crecido bastante desde que me marché porque por aquel entonces se estaba haciendo el tranvía. Aunque esa sensación familiar la sigo teniendo cada vez que vuelvo. Creo que Vitoria tiene una calidad de vida maravillosa, una gastronomía inmejorable y quién sabe si nuestros caminos no se vuelven a cruzar en un futuro», destaca.
De momento, su vida está asentada en Nueva York, donde forma parte de un equipo científico centrado en el estudio del cáncer de páncreas en la Universidad de Columbia dentro del laboratorio del doctor Ken Olive. Allí conoció a la que hoy es su mujer y ha conseguido labrarse una trayectoria profesional de éxito. Pero tiene claro que en el caso de la investigación del cáncer la fuga de talento debería ser una excepcionalidad en un país puntero en ese sentido.
«España tiene mucho potencial. De hecho, es líder mundial en ensayos clínicos y cuenta con gente muy preparada, con ganas de ayudar. Solo falta que se crea en la ciencia como un pilar más dentro del motor de desarrollo del país, con una apuesta firme y decidida. Si a eso le sumamos la multiculturalidad, los paisajes, la gastronomía y el clima que ofrece, sería uno de los destinos más solicitados por investigadores de todo el mundo», asegura este vitoriano cuyo trabajo en la Universidad de Columbia acaba de ser destacado por sus avances investigadores.
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