¿Vas a comprarle un móvil de segunda mano a un particular? Cuatro dudas que debes resolver antes
El teléfono puede haber sido robado o albergar componentes no originales, entre otros problemas poco evidentes
Con los precios de los últimos smartphones cada vez más disparados –algunos superan ya el salario medio interprofesional–, resulta lógico que muchos intenten renovar sus ... terminales recurriendo al mercado de segunda mano. De hecho, numerosas tiendas de tecnología cuentan ya con secciones especialmente dedicadas a ello, pero a la hora de la verdad preferimos comprar teléfonos usados contactando directamente con sus propietarios.
Esto último puede ser buena idea si tenemos confianza con el vendedor –a menudo se trata de un familiar o amigo que ha cuidado el dispositivo como oro en paño–, pero la cosa cambia si le hemos contactado desde una aplicación para el móvil. Aunque cerremos el trato en persona, existen comprobaciones que difícilmente podremos efectuar al momento; detalles que suelen pasar desapercibidos para la mayoría y que pueden hacernos malgastar el dinero. Descubrirlos pasa por responder a estas cuatro preguntas:
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1
¿Seguro que no es un móvil robado?
Al insertar nuestra tarjeta SIM en un móvil robado (previa denuncia), las autoridades reciben una alerta que podría meternos en problemas. Y es que, como compradores de un terminal de segunda mano, estamos obligados a comprobar la situación de su identificador o número de IMEI. Esto puede hacerse en sitios web como DoctorSIM o International Numbering Plans, que nos indicarán al momento si el dispositivo aparece en alguna de las llamadas listas negras. También debemos tener en cuenta que los teléfonos robados suelen quedar bloqueados por la operadora: no basta comprobar que el dispositivo enciende; puede que estemos llevándonos a casa una bonita linterna pisapapeles, con la que no podremos llamar ni recibir datos. Un último supuesto a considerar es que el smartphone esté bloqueado mediante la cuenta de iCloud o Google del usuario víctima de robo, por lo que servirá de poco si no tenemos la contraseña a mano.
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¿Sigue pudiendo actualizarse?
Al comprar un móvil de segunda mano muchos se fijan en el prestigio de su fabricante, pero rara vez en el modelo concreto que están llevándose a casa. Esto importa porque los aparatos más veteranos quedan desprotegidos con el tiempo: no reciben actualizaciones de seguridad ni del sistema operativo transcurrido un periodo que va desde los tres a los siete años por regla general. Además, podemos encontrarnos con que ciertas aplicaciones ya no sean compatibles, sin más opción que adquirir un teléfono nuevo si queremos seguir utilizándolas. Así, lo mejor es acudir a la página de soporte de la marca y consultar el año de lanzamiento del modelo que nos interesa. ¿Se indica un periodo mínimo de actualizaciones garantizadas? De no ser así, quizás convenga fijarse en un teléfono algo más moderno.
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3
¿Está en las últimas la batería?
La capacidad de carga de este componente se degrada con los años y según el número de ciclos de carga acumulados (algo que puede consultarse en el menú de ajustes de algunos modelos de iPhone, por ejemplo).
No creo que te haga especial ilusión llevarte el móvil a casa solo para descubrir que la batería aguanta poco más de medio día y que, por consiguiente, tendrás que volver a pasar por caja para reemplazarla (lo que supone una media de cien euros).
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4
¿Son originales sus componentes?
También puede ocurrir que el propietario original del teléfono haya cambiado ciertos componentes (pantalla, cámaras o la propia batería) recurriendo a establecimientos no autorizados, donde se emplean piezas baratas y poco fiables. Esto invalidará cualquier reparación por los cauces oficiales y, además, puede acortar considerablemente la vida útil del smartphone.
Sí, funciona a las mil maravillas cuando nos lo llevamos a casa, pero nada impide que en un par de meses esté para el arrastre. Entre otras cosas porque los teléfonos de segunda mano comprados a un particular carecen de garantía o plazo de devolución: seremos nosotros quienes hagamos frente a cualquier problema que surja después de formalizar el pago. Es algo que no ocurre cuando los adquirimos en una tienda, motivo por el que los expertos recomiendan siempre esta vía, ya que será el establecimiento quien realice todas las comprobaciones por nosotros y responda frente a cualquier imprevisto.
Si pese a todo queremos seguir adelante con la compra a un particular, un último apunte: contar con la factura original nos facilitará las cosas de cara al servicio técnico oficial, ya que a través de ésta los fabricantes pueden verificar la fecha de compra, que el dispositivo no ha sido robado y que se encuentra en garantía. También es buena idea solicitar al vendedor una declaración de cesión firmada en la que figuren el nombre y DNI de ambas partes; la marca, modelo y número de IMEI del teléfono; y la fecha de la compraventa, lo que nos ayudará a demostrar que somos los dueños legítimos del móvil en caso de que queramos interponer una denuncia por pérdida o robo.
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