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Varias campañas denuncian esta tendencia de los jóvenes en Instagram y TikTok.
Postureo en Instagram y TikTok: por qué es perjudicial para los más jóvenes

Qué es el postureo en las redes y por qué es perjudicial para los más jóvenes

Muestran una visión ficticia de la realidad

sara borondo

Viernes, 5 de abril 2019, 00:20

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Con la incorporación de las redes sociales a la vida cotidiana ha llegado un nuevo vocabulario lleno de palabras. Como 'influencers', que son aquellas personas que cuentan con un gran número de 'followers' (seguidores); 'hasthtags' (palabras clave que agrupan todas las opiniones sobre un tema) o el 'postureo', que sería el equivalente al tradicional 'mantener las apariencias', cuando alguien muestra siempre una cara pública que da a entender que su vida es mejor de lo que es realmente. No es que aparentar sea algo nuevo, pero con las redes sociales está tan presente que se ha convertido en un fenómeno social. Este postureo tiene como objetivo conseguir más 'me gusta' para las fotos que se han subido y aumentar el número de seguidores. Vivimos unos tiempos de exaltación del ego y la personalización en la que los selfies (foto que uno se toma a sí mismo) y los retratos son los principales protagonistas de las redes sociales.

El postureo no se da en todas las redes sociales, pero sí en aquellas en las que las imágenes tienen un protagonismo especial: Youtube, Instagram y TikTok son los principales centros de postureo actuales, aunque también llega a Twitter, Tumblr y Pinterest. Otras redes como Flickr son menos propicias, ya que no hay 'me gusta'.

Los famosos e influencers (en su mayor parte mujeres) ofrecen una imagen siempre impoluta, con la que desean transmitir calma, equilibrio, felicidad o belleza. Las fotos que suben se han tomado en restaurantes caros o durante viajes a destinos de lujo, pero lo cierto es que esas fotografías idílicas son fruto de un cuidadoso estudio: sus protagonistas tienen asistentes profesionales que refuerzan su imagen con estilismos, maquillaje y peluquería, tomándose múltiples fotografías para elegir la mejor y someterla a postprocesado.

Eliminar los aspectos más negativos para mostrar solo los positivos

Desde hace décadas se están denunciando los efectos perjudiciales que la visión que proyecta la publicidad -sobre todo los anuncios que tienen como elemento clave el cuerpo femenino- tienen sobre las chicas jóvenes. Especialmente las adolescentes, quienes se autoimponen esos cánones de belleza.

Las redes sociales son en muchos casos un anuncio constante, lo que puede afectar más a las jóvenes que intenten reproducir esa imagen y el estilo de vida que muestran en sus redes sociales, eliminando los aspectos más negativos para mostrar solo los positivos o incluso llegar a inventarse una vida ficticia. Además, surge la necesidad de contar en público esa vida feliz y maravillosa; de conseguir el 'me gusta' de la mayor cantidad de gente posible.

Para la psicóloga Maribí Pereira, psicóloga y docente del Máster en Psicoterapia del Bienestar Emocional de ISEP, «cuando hay un abismo entre lo que se muestra y lo que se es, se genera una incongruencia importante en la propia persona y en los otros, quienes suelen acabar detectando estas diferencias y, por tanto, desconfiando de la imagen social del individuo en cuestión».

Cuándo puede ser un problema

La experta explica que la autoestima y motivación deben provenir del fuero interno, pero se refuerzan por el exterior. Desde la infancia el niño siente la necesidad de agradar a los adultos, pero a veces el deseo de agradar «va demasiado lejos y el individuo pierde de vista quién es y qué desea hacer con su vida. Es aquí donde la situación se considera 'grave' y debe atenderse». Si la persona se vé desbordada por la necesidad de obtener el reforzamiento «puede desarrollar síntomas de ansiedad, depresión, obsesión y experimentar sentimientos de culpa, enfado o frustración». Si esta dependencia de la aprobación ajena se desarrolla a una edad temprana pueden generarse incluso trastornos de la personalidad.

Los síntomas que pueden llevar a pensar que una persona está demasiado pendiente de mostrar una vida ilusoria son, según Pereira, que la persona pierda su autoestima y se compare negativamente con los demás; que presente cambios radicales en su conducta, costumbres y apariencia o que desarrolle 'fomo' (fear of missing out), que es el miedo a perderse algo, a quedar excluido si no se está conectado siempre.

No obstante, la psicóloga afirma que no se puede generalizar ni a las redes sociales ni a los influencers como un mal ejemplo para los jóvenes ya que, aunque hay algunos que «proyectan imágenes de perfección altamente retocadas, cuerpos extremadamente delgados, modas poco accesible (por el elevado costo de los productos), estilos de vida 'excesivamente saludables'… otros promueven el contrarrestar el modelo estético de belleza actual y ser uno mismo, el ser diferente e, incluso, el aceptar la diversidad. La clave es saber a quién seguimos y por qué le seguimos», dice.

Para prevenir esos posibles efectos perjudiciales de ese tipo de influencers y famosos que parecen vivir constantemente en un cuento de hadas, Pereira recomienda que haya una comunicación con los más jóvenes de la casa, estar activo en las redes para conocer la actualidad de internet, reforzar las cualidades y aptitudes de los más jóvenes y fomentar que protejan su intimidad, limitar el uso de las pantallas, fomentar la relación con otras personas y de aficiones como la lectura o el cine, el deporte o las actividades en equipo.

Reacciones dentro de las redes sociales

Cada vez se alzan más voces contra esta tendencia a mostrar una imagen siempre positiva y lo más cercana posible a la perfección visual. Se ha acuñado incluso un termino nuevo, «selfitis» para referirse a esa necesidad constante de estar todo el día realizándose autofotos y que sugiere un trastorno de la autoestima.

La escritora canaria Amalia M. Fajardo ha empezado hace unos días un proyecto llamado «Postureo Cero. Tú sí eres real» para llamar la atención sobre la dependencia que los más jóvenes -y los no tan jóvenes- han desarrollado de los 'me gusta' y la necesidad de tener seguidores y alertar sobre la influencia negativa de la presión que ejerce esa visión idílica de la realidad.

No solo los profesionales son quienes han alzado su voz contra el creciente postureo, la reacción ha surgido también desde dentro de las propias redes sociales. En Youtube Victoria Martín de la Cova y Nacho Pérez-Pardo realizan en el canal Living Postureoparodias de otros youtubers y la cuenta de instagram 0postureoremeda las poses de instagramers conocidas pero cogiendo imágenes en las que salen poco favorecidas o con elementos mucho menos glamurosos.

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