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Ordenador lento: trucos para mejorar su rendimiento

10 trucos para que tu viejo ordenador vaya más rápido

Es posible acelerar el rendimiento sin gastar un céntimo

sara borondo

Jueves, 6 de mayo 2021

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Los ordenadores nuevos funcionan muy rápido, pero con el tiempo se van ralentizando hasta que llega un momento en que las únicas opciones son borrar todo lo que hay en el disco duro o comprar un PC nuevo.

Es fácil desesperarse cuando el PC tarda más de diez minutos en iniciarse completamente (o se eterniza en abrir un programa). Antes de llegar a una solución drástica como es formatear el ordenador hay varios trucos para alargar su vida útil sin gastar dinero:

Actualizar Windows y los controladores: Mantener el software actualizado no es solo útil para evitar ataques informáticos; los desarrolladores trabajan para optimizar el rendimiento de sus programas. Windows avisa cuando hay una actualización al ir a apagar el ordenador, y conviene aplicarla.

Se puede comprobar que el ordenador tiene la última versión actualizada de Windows yendo al menú 'Inicio' (en la ventana de Windows de la parte inferior izquierda del escritorio), haciendo clic en 'Configuración' (la rueda dentada) y luego en 'Actualizaciones y Seguridad', eligiendo 'Windows Update'. También es recomendable actualizar los controladores de la tarjeta gráfica, que suelen tener 'software' propio.

■ Eliminar los archivos que no sean necesarios: Uno de los problemas que suelen tener los ordenadores con el paso del tiempo es la saturación del disco duro. Igual que cuando llevamos un tiempo en una casa lo más habitual es ir abarrotando los cajones y armarios de objetos, los expertos recomiendan no llenar un disco duro por encima del 90% (el 70% si se trata de un SSD).

Cada cierto tiempo -por ejemplo, cada semana- hay que hacer limpieza a fondo y eliminar los archivos y carpetas que ya no se utilicen, sobre todo aquellos que sean muy grandes. También hay que vaciar la papelera de reciclaje. Si es necesario conservar esos archivos, es mejor realizar una copia de seguridad en un disco duro externo.

Limpiar el disco: Windows tiene sus propias herramientas para eliminar archivos que ya no se utilizan. Se realiza desde el Panel de Control, al que puede accederse de varias maneras. La más sencilla es teclear en la caja de búsqueda de la barra de tareas 'Panel de Control' y seleccionar la aplicación que aparece, pero también se puede abrir desde el menú 'Inicio' de la parte inferior izquierda del escritorio: nos desplazamos con el ratón hasta 'Sistema de Windows' y hacemos clic sobre Panel de Control. Una vez esté el programa abierto hay que seleccionar 'Sistema y Seguridad' y en el apartado 'Herramientas administrativas' hacer clic en 'Liberar espacio en disco'. Si ha transcurrido mucho tiempo desde la última vez que se realizó esta operación o si no se ha llevado a cabo nunca, probablemente tarde un rato en calcular el espacio que se puede liberar. Luego solo hay que seleccionar lo que se desea borrar y pulsar sobre 'Aceptar'.

Desinstalar los programas que no se necesiten: Es otra forma de despejar el disco duro. Hay programas que ocupan mucho espacio y no se utilizan nunca o casi nunca. Entrando en el menú 'Inicio' > 'Configuración' > 'Aplicaciones y características' aparece el listado de todos los programas que hay instalados en el ordenador. Al recorrerla se puede decidir qué se desinstala. Una vez más, hay que tener cuidado con no quitar alguno que sea necesario para el buen funcionamiento de Windows. Como norma general, conviene quitar solo aquellos de los que se esté totalmente seguro. Ante la duda, también se puede buscar en internet para qué sirve ese programa.

Analizar el ordenador con un antivirus: Un malware puede ralentizar el ordenador y llegar a estropearlo, por lo que es imprescindible tener un buen antivirus. Si el PC funciona mucho más lento de repente es aconsejable revisarlo a fondo con un antivirus, eso sí, intentando que sea en las horas en las que no se utiliza el ordenador.

Deshabilitar de inicio los programas innecesarios: Si el ordenador tarda mucho en arrancar es probable que se deba a que se ejecutan demasiados programas al encenderlo. Éstos se mantienen ejecutándose mientras se utiliza el ordenador, así que conviene quitar de Inicio aquellos que no son necesarios. Para ello hay que pulsar de forma simultánea las teclas CTRL, ALT y SUPR y, cuando aparezca la pantalla azul, elegir 'Administrador de tareas' e ir a la pestaña Inicio.

Aparecerán entonces las aplicaciones que se ejecutan al encender el PC y el impacto que tienen en su rendimiento. Es un poco pesado ir revisando una por una para elegir las que se desactivan y conviene hacerlo con cuidado; las que pertenecen a Microsoft (así se indica en la columna 'Anunciante') es mejor dejarlas porque podrían formar parte de Windows. Para que no se ejecute un programa al inicio solo hay que hacer clic con el botón secundario sobre él y elegir la opción 'deshabilitar'.

Detectar qué programas consumen más recursos: Algunos programas necesitan una buena cantidad de recursos para funcionar, y quizás algunos sean demasiado para un ordenador que ya tiene cierto tiempo. Para saber qué porcentaje de la memoria y la CPU del ordenador necesita cada uno hay que pulsar en la barra de tareas (en la parte inferior del escritorio) con el botón secundario del ratón y elegir 'Administrador de tareas'. En la pestaña de 'Procesos' se puede ver si el procesador o la memoria están demasiado cargados y esto puede ralentizarlos. Sería conveniente buscar un programa que realice una función similar y no sea tan exigente con los recursos.

Ajustar el plan de energía: Windows incluye varios planes de energía predeterminados. El que está seleccionado por defecto es 'Equilibrado', que ajusta el rendimiento con el consumo de energía, pero también está la opción de 'Alto Rendimiento', que consume más energía pero mejora este último. Para elegir esta posibilidad o crear un nuevo plan hay que abrir el Panel de Control y elegir 'Hardware y sonido' > 'Opciones de energía'.

Limpiar el ordenador por dentro: No todo el mundo es consciente de que el polvo se cuela por las rendijas de ventilación del ordenador y se posa sobre los componentes, llegando a afectar a su rendimiento. Antes de limpiar el interior hay que desconectar el ordenador y desenchufarlo, a continuación se retira el panel lateral quitando sus tornillos y se utiliza un paño que no suelte pelusa (o una botella de aire comprimido) para limpiar los filtros y el polvo visible de los disipadores, la tarjeta gráfica y el ventilador. A no ser que se tengan ciertos conocimientos de cómo funciona, es mejor no tocar la pasta térmica que protege algunos componentes.

Mantener el escritorio limpio: Windows carga al iniciarse todos los elementos que hay en el escritorio, incluidos los accesos directos, por lo que no es buena idea tener la pantalla llena de iconos. Para tener a mano esos accesos se pueden crear un par de carpetas en el escritorio (una para programas y otra para documentos), nada más.

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