Las 'Vision Pro' de Apple no son un juego
Opinión ·
Por qué los de Cupertino pueden conseguir que la realidad mixta abandone su nicho de mercadoEl pronóstico se cumplió y Apple introdujo al mundo su primer visor de realidad mixta (Vision Pro). También eran previsibles los enconados debates que suscitaría el dispositivo nada más ver la luz. Uno de ello en torno a su enfoque.
Mi timeline se copó de usuarios decepcionados ante un vídeo de presentación que pasó de puntillas por el segmento del ocio electrónico. Erraron quienes esperaban una revolución de Apple a dicho respecto. Y es que los de Cupertino nunca han demostrado demasiado entusiasmo con los videojuegos: disponer de un servicio de suscripción específico (Apple Arcade) les permitiría comercializar su Apple TV como una consola doméstica al uso, algo que siempre han rechazado. Sí, los juegos se dejan caer por alguna que otra keynote para demostrar la potencia de cada nuevo iPhone o Mac, pero el compromiso termina tan pronto como dichos dispositivos llegan al mercado.
Sin ir más lejos, la retransmisión inaugural de la WWDC contó con Hideo Kojima, quien relató las bondades de los nuevos chips propietarios de la manzana mordida. Se anunció al tiempo que los desarrolladores contarán con herramientas que les facilitarán el convertir sus proyectos desde otras plataformas. Un discurso que ya hemos oído en otras ocasiones y que terminó en agua de borrajas. Así que sí, Apple ha pagado por una versión de 'Death Stranding Director's Cut' y otra de 'Resident Evil Village', pero todavía queda lejos el día en que las grandes editoras consideren a macOS en sus ventanas de lanzamiento.
Por este mismo motivo, aunque Vision Pro ejecutará un centenar de juegos de Apple Arcade nada más ponerse a la venta (compatibilidad con Unity mediante), sus responsables han preferido demostrarlo como un ordenador al uso. Podremos ver películas en una pantalla plana y virtual, superpuesta a nuestro entorno, como también jugar a 'NBA 2K23 Arcade Edition' emparejando un mando de PlayStation o Xbox, pero nada se dijo sobre experiencias de juego VR como tales. Ni siquiera se demostraron títulos en realidad aumentada (una improvisada partida de ajedrez sobre la mesa del salón, por poner un ejemplo), lo que extraña considerando el peso que la propia Apple dio a esta clase de títulos allá por 2017, cuando reveló su plataformas ARKit.
Lo más curioso del asunto es que Vision Pro está técnicamente preparado para ofrecer juegos VR y AR de primer nivel: ¿los veremos más adelante, conforme se acerque el lanzamiento estadounidense del headset? Seguramente, pero a día de hoy dudo que lleguen a convertirse en la razón de ser de un aparato que llega para revolucionar la computación espacial y cambiar nuestras vidas como en su día lo hicieron el iPhone o el iPad.
3.499 dólares
La mayoría de analistas esperaban unos 3.000 dólares como precio de partida para Vision Pro, pero se quedaron cortos por 500 dólares. Semejante cuantía supone hoy otro de los puntos a debate en materia tecnológica: ¿no está Apple disparándose en el pie?
Los más críticos parecen olvidar que los Mac Studio y Mac Pro presentados en la tarde de ayer parten de los 2.429 euros y los 8.399 euros respectivamente. Vision Pro no deja de ser otro ordenador provisto de tecnologías de vanguardia (500 patentes así lo atestiguan) y en dichos términos se comercializa: una solución para que los profesionales esudriñen el nuevo sistema operativo de Apple (visionOS) y abran camino a las nuevas generaciones del producto, ya con una biblioteca de aplicaciones considerable.
La estrategia de Apple no difiere mucho, por tanto, de la seguida con los primeros modelos de iPhone, iPad o Apple Watch: lanzar unos gadgets poco refinados y a precio de escándalo, que poco a poco fueron perfeccionándose y abriéndose a todos los bolsillos. Hoy día podemos hacernos con un iPhone desde 559 euros, con un iPad desde 429 euros y por un Apple Watch desde 299 euros.
Claro, está la tentación de pensar que esto de la realidad mixta es un espejismo y que Vision Pro terminará en el mismo lugar que las Hololens de Microsoft, pero no hay que olvidar que Apple siempre va con todo al hacer una apuesta. Perseverará en su empeño por llevar la realidad aumentada al común de los mortales, sin importar la escueta penetración comercial de su primer visor. ¿Acaso no se dijo que las pantallas táctiles nunca reemplazarían a los botones? ¿O que las tabletas electrónicas no eran más que incómodos móviles 'king-size'? Sendas preguntas desaparecieron de un plumazo tras popularizarse el iPhone y el iPad.
El tiempo dirá si Apple vuelve a triunfar en su eterno propósito de derribar nichos tecnológicos.