'Super Mario 3D World + Bowser's Fury': El perfecto cumpleaños del fontanero
La exclusiva de Wii U retorna en plena forma junto a un añadido que consigue robarle protagonismo
Ha costado, pero 'Super Mario 3D World' por fin se une al catálogo de Nintendo Switch. Hablamos de la mejor exclusiva para la consola asimétrica de la multinacional japonesa, lanzada durante los últimos compases de 2013. Pocos la descubrieron entonces, a raíz del error garrafal de marketing aparejado a Wii U, pero será algo a lo que se ponga remedio este mismo viernes.
Acostumbrados como estamos a conversiones poco inspiradas, con algún retoque gráfico y adiciones anodinas, 'Super Mario 3D World + Bowser's Fury' se antoja uno de los trabajos más refinados de Nintendo. Tanto así que le perdonamos la pereza impresa en 'Super Mario 3D All-Stars', el recopilatorio conmemorativo por los 35 años del fontanero. Aquí nos aguardan dos juegos por el precio de uno, a cada cual más brillante.
Hemos rescatado nuestra crítica original de Super Mario 3D World para quien necesite entrar en detalles, pero aún así desgranaremos sus claves y novedades. De éstas últimas, la principal viene dada por las partidas online para un máximo de cuatro jugadores, que también pueden acometerse en modo local. Contamos con cuatro personajes seleccionables de inicio, cada cual con su particularidad: Mario sigue resultando el más equilibrado, Luigi salta más alto, Peach flota brevemente y Toad es el más rápido (si bien la velocidad general del juego se ha incrementado de forma notoria).
Al contrario que otros títulos, jugar en compañía no resulta un añadido más: los niveles se han diseñado de forma que se disfruten tanto en solitario como en multijugador, debiendo coordinar habilidades para descubrir todos los secretos que encierran. Igualmente se ofrece una brizna de competición, al intentar alcanzar el banderín de meta con el mayor número de puntos.
Otro factor diferencial de 3D World (entre las dos y las tres dimensiones, siguiendo la estela del 'Super Mario 3D Land' para Nintendo 3DS) viene dado por su repertorio de ítems. La seña de identidad del título es la supercampana, que nos transforma en felinos capaces de repartir zarpazos y trepar por las paredes (más alto en esta versión), lo que añade nuevas capas al gameplay clásico. Luego están las cajas cañón, con que repartir proyectiles a diestro y siniestro; los megachampiñones, que incrementan nuestro tamaño para aplastar a los enemigos; la superhoja, para asestar coletazos y planear; o las duplicerezas, que duplican progresivamente a los protagonistas. Configuran éstas algunas de las secciones más inspiradas: suertes de rompecabezas en los que guiar a un buen número de personajes, considerando los obstáculos en el camino de cada cual. Hasta las clásicas flores de fuego se reinventan, ya que los recorridos están plagados de tuberías translúcidas por las que colar sus bolas de fuego.
El software destaca también por la variedad de situaciones que propone, introduciendo perspectivas nunca vistas, travesías acuáticas a lomos de la simpática Plessie, sorprendentes jefes finales y retos como los del Jefe de Cuadrilla Toad (ahora también en multijugador), cuyo éxito dio paso al formidable 'Captain Toad: Treasure Tracker'. Decenas de horas de diversión que se alargan a poco que intentemos conseguir las tres estrellas por nivel o completar el álbum de pegatinas, a utilizar en el editor fotográfico incluido.
Como último apunte, Nintendo permite usar los controles por movimiento allí donde se requería el panel táctil del GamePad, lo que casa con las múltiples opciones de juego de Switch (portátil, tabletop o de sobremesa). Sea como sea, 3D World sigue mostrando un apartado gráfico soberbio: redondeces coloridas y texturas de tremenda nitidez que invitan a perderse por los escenarios al compás de una banda sonora con tintes de Bossa Nova. Todo un deleite para los sentidos a 60 frames por segundo y con una resolución máxima de 1080p (720p en modo portátil).
Bowser's Fury: una agradable sorpresa
Al saber de 'Bowser's Fury' pensamos en niveles adicionales para 3D World. Craso error. Lo que propone Nintendo es un juego completo e independiente de aquel al que acompaña; accesible desde el propio menú de inicio. Se trata además de un Mario tridimensional con todas las de la ley, donde controlar la cámara a placer.
Por razones que desconocemos, el Rey Koopa se ha transformado en una versión gigantesca y furibunda de sí mismo, lo que atormenta incluso al pequeño Bowsy. Éste nos pide ayuda para revertir la metamorfosis, momento en que aparecemos en el Mar de los Zarpazos, un archipiélago que escudriñaremos hasta el último rincón.
Bowser parece recular al brillo de unos ítems referidos como 'soles felinos', así que ahí estará el quid de la cuestión: cada isla está presidida por un faro que activaremos al agenciarnos sus respectivos cinco soles, supeditados a completar misiones como alcanzar un punto concreto del entorno, perseguir a la 'sombra furiosa' de Luigi, recolectar fragmentos escondidos a conciencia o recolectar monedas azules bajo crono (por mentar algunos ejemplos).
Las reminiscencias al formidable 'Super Mario Sunshine' también son evidentes al surcar el océano a lomos de Plessie, quien protagoniza secciones al más puro estilo 'Wave Race'. De hecho, existe un buen número de soles repartidos aleatoriamente por el mapa, sin que se nos indique en modo alguno cómo obtenerlos. El resultado es un caladero de horas como hacía tiempo no veíamos: iniciar partida es no saber cuándo apagarás la consola (duración de la batería a un lado), alcanzándote la noche sin que la hayas visto venir.
Y aún no hemos hablado de la gran particularidad del spin-off: la gigacampana aparece al iluminar los mentados faros y nos permite enfrentarnos a los sucesivos envites de Bowser, quien resurge cada equis minutos (cuando conviene dejar lo que estemos haciendo para esquivarle o aprovechar su aliento de fuego para destruir determinados bloques). Convertidos ya en Giga Mario Felino, nos pondremos a la altura del rival para hacerle morder el polvo en los combates más espectaculares de la franquicia.
En este ciclo de exploración y combate participará el propio Bowsy, a quien puede controlar un segundo jugador. Se trata de una opción cooperativa algo tibia, al estilo de lo visto en 'Super Mario Galaxy', pero agradable para quien guste de jugar con los más pequeños de la casa. Bowsy también nos echará un cable en modo solitario, atacando a enemigos u otorgándonos ítems ocultos, algo que hemos encontrado bastante testimonial (sin importar el grado de ayuda que seleccionemos en el menú de opciones).
Finalmente, la posibilidad de reservar ítems (hasta cinco de cada tipología) se antoja de lo más conveniente para adaptarnos a la misión en curso. Puede que un sol felino requiera el uso de la supercampana y con otro se imponga el boomerang; un interesante componente estratégico imprescindible para lograr el 100% de la aventura. Cierto que si nos conformamos con alcanzar los títulos de crédito (cuando no se requiere conseguir todos los soles) la experiencia puede antojarse algo breve, en torno a las 6 horas, pero dudamos mucho que alguien abandone ahí.
Visualmente tan sólo podemos achacarle una variedad de entornos inferior a lo que estamos acostumbrados, pero el acabado general no tiene nada que envidiar al sobresaliente 'Super Mario Odyssey'. Se trata además de un juego plagado de detalles hilarantes, como el hecho de que los gatos repartidos por el mapa se restrieguen contra Mario (o huyan despavoridos) según su indumentaria. Momentos que también podemos capturar mediante el editor de fotos, por cierto.
Nuestra valoración
Por diseño de niveles, 'Super Mario 3D World' sigue siendo una de las mejores aventuras protagonizadas por el fontanero, repleta de guiños a su trayectoria y diseñada para jugarse a cuatro bandas. Ésto con el añadido del modo online y pequeños retoques que perfeccionan la exclusiva de Wii U.
Bowser's Fury, por su parte, nos trae una experiencia 3D al uso en la que perderse durante horas. Un entrante que acaba robando protagonismo al plato principal gracias a la nueva e ingeniosa dinámica que atesora.
El combo, a fin de cuentas, se convierte en la mejor celebración posible por los 35 años de Super Mario Bros.