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sara borondo
Martes, 14 de abril 2020, 00:39
La videollamada es una de las herramientas más utilizadas estos días. Ya sea para teletrabajar; celebrar una merienda con amigos o que la familia conozca a un nuevo miembro. Pero con tanto uso estas tecnologías han mostrado algunas costuras y también ha quedado patente la poca costumbre que hay de utilizarlas. No hay más que recordar la primera rueda de prensa del Gobierno, cuando los periodistas preguntaron por videoconferencia: hubo fallos fallos de conexión, profesionales que no conectaban los micrófonos y otros que los dejaban abiertos cuando no correspondía.
Aplicaciones de videollamada hay muchas pero no todas son adecuadas para cada ocasión ni ofrecen las mismas prestaciones.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado estas diez aplicaciones gratuitas para realizar videollamadas en el móvil:
■ FaceTime viene preinstalada en los iPhone y solo se puede utilizar en los dispositivos de Apple (iPhone, iPad y MacOS). Es muy fácil de utilizar, solo hay que buscar el contacto y ver si se puede realizar la llamada, aunque no permite compartir pantalla ni grabar (pero sí usar emojis o animojis). Pueden participar hasta 32 personas por videollamada.
■ Google Duo es para que hablen hasta 12 personas en la misma llamada. Está preinstalada en los teléfonos Android y es muy sencilla de usar, solo hay que registrarse con el número de teléfono y dar permiso para que se conecte a todos los contactos (quien recibe la llamada no tiene que configurar nada). También se puede enviar un mensaje de vídeo a otra persona.
■ Hangouts se puede usar en móvil y ordenador. La versión gratis permite videollamadas para 10 personas y 150 audiollamadas. No se comparte pantalla, pero sí se puede grabar la llamada. Para enviar un enlace a alguien y que se una a la llamada se envía invitación por hangouts o enlace.
■ Houseparty está en PC y móvil, con opción de videollamada hasta 8 participantes. Se puede grabar la pantalla y crear salas de chats. Según la OCU, necesita muchos pasos para usarse y gasta mucha batería, por lo que hay opciones mejores.
■ Instagram sirve para videollamadas de hasta seis personas. Solo funciona en móvil y tiene filtros de imagen.
■ Jitsi Meet no tiene límite de usuarios y está en todos los sistemas operativos, además de tener versión web. No hay que darse de alta y se puede enviar un enlace a otra persona para que se una. Permite compartir documentos, presentaciones o vídeos. La OCU la considera adecuada para tareas laborales y clases online.
■ Skype es la aplicaciones más veterana para videoconferencias, propiedad de Microsoft. Hasta 10 personas pueden hablar por vídeo y 25 por llamada de audio. Hay versión para móvil, PC, MacOS y vía web. Ahora se puede unir alguien sin instalar la aplicación ni tener cuenta de usuario; permite grabar la sesión, compartir pantalla y mostrar subtítulos en conversaciones de varios idiomas.
Para llamadas más profesionales la empresa ofrece la opción Microsoft Teams.
■ Snapchat es solo para móvil y hay que registrarse. Admite hasta 16 usuarios (32 si es llamada es únicamente de voz). Permite usar los filtros y efectos propios de Snapchat.
■ Whatsapp es básica pero fácil de utilizar, ya que da la opción de videoconferencia desde la pantalla del contacto, en la parte superior derecha de la pantalla del móvil. En PC no tiene videollamada. Soporta hasta cuatro interlocutores simultáneos.
■ Zoom Cloud Meetings está en el punto de mira por cuestiones de seguridad. Su opción gratuita ofrece videollamadas de 40 minutos para un máximo de 100 personas simultáneas. Tiene versiones para todos los sistemas operativos de ordenador y móviles; no todos los interlocutores requieren de cuenta de usuario y permite compartir imágenes, enlaces y documentos. Es una aplicación adecuada para reuniones profesionales o clases online.
Una de las cuestiones surgidas a raíz del auge de las videollamadas ha sido la importancia de unas comunicaciones seguras. Aquí es donde ha flaqueado 'Zoom', tras descubrirse que permitía la recolección de datos del usuario (y el uso que éste hace de su teléfono) en la versión para iPhone. Todo ello vinculado a Facebook y sin advertencia previa en los términos y condiciones. La empresa no tardó en rectificar.
Zoom también se ha demostrado muy vulnerable a los ataques, después de varios episodios del conocido como 'zoombombing': un intruso podía entra en una reunión virtual supuestamente privada y, como ha sucedido en alguna ocasión, dedicarse a proyectar contenido pornográfico en la pantalla de todos los asistentes. La razón de esto es que la aplicación no utiliza cifrado de extremo a extremo. Los datos llegan al servidor desprotegidos, de forma que los ciberdelincuentes pueden acceder a la información, espiar las reuniones, ejecutar archivos en los dispositivo de los participantes y hackearlos (micrófonos, cámaras...).
Zoom ha creado un equipo de expertos externos para mejorar la seguridad de la aplicación. Entre las medidas inmediatas adoptadas (e implementadas en la última actualización) se encuentran dotar al administrador de más herramientas para que pueda cerrar la llamada; crear una sala de espera; eliminar participantes y restringir las acciones que estos pueden llevar a cabo durante la charla.
Hay más quejas sobre Zoom referentes a la privacidad de quienes participan en cada videollamada, como una función que avisa al organizador si un invitado está más de 30 segundos sin el programa abierto en primer plano, lo que indicaría que su atención está en otro programa; o que los participantes podían acceder a los datos de perfil de LinkedIn de otros usuarios (una opción que ya se ha eliminado) sin que la app pidiera consentimiento.
Estos son solo algunos de los problemas que han llevado al Senado de Estados Unidos a desaconsejar Zoom a los senadores. También lo han hecho con sus empleados gigantes tecnológicos como Google o la propia NASA.
Una vez elegida la aplicación más adecuada para la reunión (en función de las personas que vayan a participar y si es necesario compartir algún archivo), hay que ofrecer la mejor calidad de imagen y audio posible. Si se trata de una videollamada profesional no es aconsejable utilizar un teléfono móvil, ya que las cámaras delanteras suelen tener una calidad inferior; ni usar el Wi-Fi, ya que la conexión es menos fiable. Lo mejor es utilizar un ordenador conectado a Internet por cable y, en otro orden de cosas, estar vestido como si la charla fuera presencial.
Antes de comenzar la reunión conviene preguntar si va a ser con imagen o solo con sonido, porque da mala impresión cuando no todo el mundo tiene la cámara activada. Si hay que ausentarse, se comenta en el chat o de viva voz.
Algo que puede parecer obvio pero no siempre se hace es limpiar la cámara antes de empezar la llamada, para lo cual nos serviremos de una gamuza de microfibra. La cámara no debe estar demasiado baja porque mostraría una ángulo demasiado forzado: queda mejor que esté a la altura de los ojos y no demasiado cerca, para que no muestre una imagen de la cara distorsionada. Hay que tener en cuenta dónde está la cámara, que no es el centro de la pantalla, por lo que al hablar al interlocutor es mejor mirar hacia la cámara, para que nos vea de frente. Tampoco debe estar demasiado lejos, porque entonces se ve demasiado de la habitación y esto puede ser un elemento distractor; de forma que mejor si se ve a la persona como elemento principal de la pantalla.
La luz puede arruinar una videollamada si no es adecuada. Hay que evitar situarse de espaldas a una ventana, porque dominará y no se verá de la persona más que la silueta. Por su parte, la luz del techo crea sombras en la cara, resultando mejor una luz frontal (como una lámpara de mesa). Un truco sencillo pero efectivo es abrir un documento de texto en blanco y ponerlo a pantalla completa para que ilumine de frente con suavidad.
El sonido es también un factor importante. No suele ser buena idea utilizar los auriculares del teléfono, ya que suelen ofrecer una calidad muy baja. Con un micrófono independiente los demás interlocutores nos escucharán mucho mejor. La etiqueta marca también que hay que silenciar el micrófono cuando no se está hablando, para evitar que los demás participantes escuchen el ruido del teclado o cualquier otro ambiental.
También hay que comprobar lo que muestra la cámara antes de conectarla, para que no se vea una zona de la casa desordenada o que ofrezca demasiada información personal. Si es una videollamada relacionada con el trabajo, hacerla desde el dormitorio resta seriedad.
Una de las razones por las que Zoom se ha convertido en una herramienta tan popular es porque permite cambiar el fondo de pantalla. Incluso ofrece filtros para parecer más joven, similares a los de belleza en los teléfonos móviles. Otras apps como Skype también incluyen (en la versión de ordenador) la posibilidad de difuminar el fondo, y con FaceTime se pueden incluir efectos divertidos para conversaciones con amigos o familiares.
Igualmente existen aplicaciones dedicadas expresamente a cambiar o difuminar el fondo de nuestras conversaciones, como ManyCam, ChromaCam, YouCam o Snap Camera.
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