Frente a frente con la competencia

Cuando se participa en un concurso de ideas empresariales, la competencia siempre es doble. Por un lado está la que hay que plasmar en el papel, la que hipotéticamente tendría nuestro negocio, esa por la que seguro pregunta el jurado. Pero, por otra parte, está la real, la de los proyectos que presentan los rivales. A esta segunda es a la que ayer en Sarriko hicieron frente los grupos finalistas de la décima edición de STARTInnova. Tras meses de preparación, por fin veían qué otras ideas habían seducido al comité evaluador de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) encargado de seleccionar sólo diez propuestas entre las presentadas por los 1.820 grupos de 58 centros educativos de Bizkaia y Álava.

Tras esa criba, la designación de los ganadores quedaba en manos de Katalin Legorburu, directora de Pymes de BBVA; Elena Catalán, vicedecana de Calidad, Innovación Educativa y Emprendimiento de la facultad de Economía y Empresa de la UPV/EHU; Mila Gallastegi, técnica de autoempleo de Bilbao Ekintza (Ayuntamiento de Bilbao); Arantza Álvarez, técnica en innovación aplicada en creación de empresas de Tknika (Gobierno vasco) y Antonio Barrena, director de eventos y patrocinios de EL CORREO.

Los primeros en realizar sus presentaciones fueron los representantes del instituto de educación secundaria José Miguel Barandiaran de Leioa, que proponen la creación de un restaurante que agilizaría al máximo la atención al cliente gracias a la automatización del servicio. Tras ellos, los estudiantes de la cooperativa de enseñanza Colegio Basauri enseñaron un prototipo de dispensador electrónico de pastillas que funcionaría gracias a miniplacas solares. Mientras, el equipo del colegio Esclavas del Sagrado Corazón Fátima Bilbao explicaron cómo diseñarían y construirían gimnasios sostenibles gracias al aprovechamiento de la energía cinética generada por máquinas de ejercicio y baldosas piezoeléctricas. Los dos equipos restantes pertenecen al colegio Urdaneta de Loiu, que mostraron sus propuestas para crear una 'app' que ayude a moverse por la calle con total autonomía a las personas con problemas de visión y un parche dotado de sensores que enviarían un aviso al móvil al detectar un posible fallo cardiaco.

En la categoría de mayores de 18 años tres centros han copado los cinco puestos finalistas, todos ellos vitorianos. El instituto de educación secundaria Francisco de Vitoria participa con dos ideas: una empresa que ofrece terapia asistida con perros abandonados a reclusos que disfruten del tercer grado penitenciario y una ONG dedicada a enseñar programación a menores en riesgo de exclusión de social.

Sus rivales del instituto de Formación Profesional Mendizabala participan con una empresa que fabricaría candados electrónicos para bicicletas que avisarían al móvil en caso de ser manipulados y necesitarían el reconocimiento facial o digital a través de una 'app' para abrirse, y una hidrolinera verde para facilitar el acceso de los conductores a hidrógeno generado por energías renovables bajas en emisiones. Finalmente, el grupo integrado por alumnos del Instituto Agrario Arkaute cerró las presentaciones con un proyecto que aceleraría el proceso de compostaje de desperdicios generados en comedores escolares y restaurantes para regenerar las tierras de cultivo.

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