Me alegra que me haga esa pregunta

No hay nada como llevar la materia bien preparada para poder ponerse ante un jurado como el que ayer esperaba a los finalistas de la novena edición de STARTInnova. Los temas clave perfectamente ordenados en el PowerPoint y en la cabeza, por un lado, y los folletos, las tarjetas de visita y hasta las chapas listas para ser repartidas en el momento justo, por otro. Pero si la preparación falla y los examinadores se desmarcan con alguna pregunta inesperada, ahí está el desparpajo y el socorrido «gracias por la pregunta» para ganar unos segundillos en los que hilar una buena improvisación. Y ayer en el aula magna de la facultad de Economía y Empresa de Sarriko se vio mucho de ambas cosas, preparación y desparpajo.

Hace unas semanas un comité evaluador de la UPV seleccionó diez de entre los proyectos presentados por los 1.673 participantes de este año dejando la decisión final a Jon Barrutia, decano de Sarriko; Eider San Antonio, directora de Negocios del Banco Sabadell; Arantza Álvarez, técnica en innovación aplicada en creación de empresas de Tknika (Gobierno vasco); Mila Gallastegi, técnico de autoempleo de Bilbao Ekintza (Ayuntamiento de Bilbao), y Alfonso Gómez, de EL CORREO. Ante ellos se situaron con todo el aplomo del mundo los finalistas de ambas categorías, empezando por la de los menores de 18 años.

En ella se escucharon propuestas que van desde la venta de sistemas de iluminación leed para carreteras y pasos de cebra de los representantes de Azkorri a una agencia de viajes especializada en recorridos históricos como la ruta americana en la que Charles Darwin elaboró la teoría de la evolución de la chavalería de El Regato. En medio, una plataforma ideada por el alumnado del Instituto Julio Caro Baroja de Leioa para ayudar a buscar clases de apoyo, una empresa que emplearía el hidrogeno para reducir la huella de carbono del transporte marítimo y otra que ofrece cursos 'online' y presenciales para ayudar a los mayores a atajar la brecha digital, estas dos últimas ideas presentadas por estudiantes del colegio Urdaneta de Loiu.

Entre los mayores, sólo hay tres centros con representación en la final. Por un lado, el integrado de FP Mendizabala de Vitoria, con dos ideas: un carrito de supermercado especialmente pensado para facilitar el trabajo de los reponedores y un proyecto que se centra en la salud mental y la gestión de las emociones. Por otra parte, también con dos proyectos, está la ikastola Ibaizabal de Durango, cuyos alumnos presentaron una empresa dedicada a ofrecer actividades extraescolares y de fomento del cuidado de la naturaleza y el uso de euskera para familias y otra centrada en la educación infantil y en la potenciación de la autoestima. Por último, el instituto Artaza Romo de Leioa cerró la presentación con una pulsera que ofrece la posibilidad de conectarse a wifi desde cualquier ubicación. En ambas categorías cuando llegó el turno de las preguntas el jurado demostró estar entusiasmado con unas presentaciones «tan completas» que en muchos casos sólo daban lugar a una pregunta: «¿Pensáis dedicaros a esto el día de mañana?».

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