CIC BioGune revoluciona sus laboratorios para convertirse en líder mundial en el estudio del metabolismo del cáncer
El laboratorio vasco recibe dos millones de euros de la Asociación Española contra el cáncer para centrar su investigación en el conocimiento de los procesos biológicos que generan los tumores
El laboratorio vasco CiC BioGune ha reacondicionado sus líneas de investigación para focalizar a partir de ahora su trabajo en el conocimiento del metabolismo del ... cáncer. El centro aspira a convertirse en solo unos años en una referencia internacional en un campo de conocimiento aún naciente, pero muy prometedor: el que explora los procesos químicos que provocan la degradación celular y el nacimiento de las enfermedades tumorales. No parten de cero. En los últimos años, la institución ha logrado identificar nada menos que 200 moléculas que participan en distintos procesos metabólicos del organismo. El reto consiste ahora en verificar de qué manera condiciona cada una de ellas el surgimiento de una patología oncológica.
El nuevo rumbo adoptado por el centro es consecuencia de su integración en la potente red nacional de investigación promovida por la Asociación Española contra el Cáncer. La organización ha premiado al laboratorio vasco al reconocerle como 'centro de excelencia en investigación' de las enfermedades tumorales y dotarlo con un fondo de dos millones de euros en cuatro años. Ese dinero permitirá a CiC Biogune focalizar su esfuerzo hacia este nuevo objetivo, según explicaron a EL CORREO los responsables del proyecto, Jesús Jiménez Barbero, director científico de la institución; y Arkaitz Carracedo, jefe del laboratorio de Señalización y Metabolismo de Células Cancerosas.
Objetivo: posicionarse
No dejarán de lado las investigaciones en marcha. Con los fondos recibidos, reforzarán por una parte los equipos humanos y la tecnología disponible; y por otra, pondrán a disposición del nuevo proyecto el personal y el conocimiento de sus distintos grupos investigadores.
El centro de Zamudio se ha hecho fuerte a nivel internacional por sus investigaciones con resonancia magnética nuclear, una tecnología que permite determinar qué tipo de moléculas intervienen en los diferentes procesos metabólicos, como el colesterol, la glucosa u otras. Cuenta además con dos equipos de espectrometría de masas, que sirven para concretar la forma y cantidad en que se distribuyen las distintas moléculas en un organismo. Los fondos recibidos permitirán adquirir un tercer equipo de estos últimos y contratar «cuatro o seis» nuevos jóvenes científicos para reforzar los actuales grupos investigadores. «No nos piden resultados a corto plazo, sino que nos posicionemos. El objetivo es avanzar en el conocimiento; pero siendo referentes», detalla Jiménez Barbero.

El metabolismo explica por qué determinados procesos orgánicos acaban produciendo un tumor: «Queremos saber por qué una célula que debería producir galletas acaba haciendo pan»
Arkaitz Carracedo
Investigador en metabolismo del cáncer
El grupo no empezará de cero. Aunque sea un campo incipiente, se conocen muchos aspectos sobre el impacto del metabolismo en el cáncer. Se sabe, por ejemplo, que mutaciones en determinadas enzimas favorecen en algunas familias alteraciones genéticas concretas. «Queremos saber por qué una célula que debería producir galletas acaba haciendo pan», detalla Carracedo de forma didáctica. Conociendo este tipo de peculiaridades sería posible no cambiar el metabolismo, pero sí modificar su acción mediante fármacos o controlar sus síntomas a través de la dieta.
El tesoro biológico vasco
Un análisis de sangre convencional puede determinar unas 20 moléculas diferentes. Un trabajo que CIC Biogune viene realizado en colaboración con el laboratorio de análisis clínicos Osarten, de Mondragón, ha permitido obtener más de 20.000 muestras de trabajadores de 18 a 65 años, que ahora se han convertido en un joya para la investigación contra el cáncer. Gracias a ellas, el centro vasco identificó unas 200 moléculas, que servirán para dar los primeros pasos en la identificación del metabolismo de las células tumorales.
El centro vasco contará en sus investigaciones con el apoyo de los más destacados jefes de servicio de Oncología de los hospitales de España con el fin de poder comparar las muestras de sus pacientes con las que ya tienen catalogadas. Las diferencias entre unas y otras podrían convertirse en marcadores del cáncer, señales, por ejemplo, de que la enfermedad está naciendo, se expande o remite. «Con el Athletic estamos haciendo un trabajo parecido.Mirando estas 200 moléculas podemos saber si una persona se está ejercitando bien o necesita determinada gimnasia», explican.
Además, los diez investigadores más prestigiosos del mundo relacionados con el metabolismo y los procesos biológicos que inciden en él visitarán el laboratorio de Zamudio para aportar su conocimiento a la investigación. «Comenzaremos por estudiar la obesidad, un proceso biológico muy relacionado con el cáncer, y los tumores en los que ya estábamos trabajando como pulmón, próstata, mama, hígado, incluso el melanoma. A partir de ahí, iremos extendiéndonos a otros», cuentan. Veintitrés años después de su fundación, 2025 marca la frontera de un nuevo camino en la historia de CIC BioGune.
El objetivo, convertirse en una referencia internacional

Convertirse en referencia internacional en un área concreta no es algo que se consiga con sólo proponérselo. Además de trabajo y equipo requiere centrar el esfuerzo en un campo de estudio inexplorado, que puede resultar inhóspito y estéril. Por eso, rodearse de los mejores profesionales de hospitales y laboratorios, ciencia clínica y básica, permitirá a CIC BioGune y la Asociación Española contra el Cáncer caminar sobre seguro para conocer los secretos del metabolismo tumoral.
«Nuestro primer objetivo es posicionarnos a nivel internacional. El mundo entero sabe que el IRB de Barcelona es una autoridad en el campo de las metástasis. Nosotros queremos ese mismo reconocimiento en el campo del metabolismo», se conjura Jesús Jiménez Barbero.
En ese camino, uno de los objetivos que se ha marcado el laboratorio vasco para los próximos años es resolver una encrucijada que, en mayor o menor medida, afecta a todos los centros de investigación del mundo occidental. El reto es triple. Los científicos operativos son muy mayores; los jóvenes buscan su futuro fuera de España y los grupos de trabajo existentes, además de envejecidos, están mayoritariamente dirigidos por hombres.
El recambio generacional es básico para que la ciencia no se pare de golpe. El 49% de los hombres que trabaja en la red de centros de investigación biomédica en cáncer de España (Ciber) tiene más de 65 años. «¿Impresionante, verdad?». Cuando comienzan la carrera profesional, la mitad de los científicos son varones y la mitad mujeres, pero en los puestos de dirección ellas sólo ocupan el 20% de las plazas. «Los planes estratégicos de CiC Biogune miran en esta dirección», comenta Arkaitz Carracedo. «No podemos olvidar que el talento, si no hay hueco, se va en otra dirección».
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