Qué es y dónde está presente el eritritol, el edulcorante que puede provocar un mayor riesgo de infarto
Un estudio advierte sobre el consumo de este sustitutivo del azúcar, recomendado para combatir enfermedades metabólicas pero del que apenas se han investigado sus efectos a largo plazo
Se vendió como el enésimo aliado de las dietas saludables, de la pérdida de peso, para combatir contra las grasas no deseadas por su bajo valor calórico y endulzar nuestros alimentos sin emplear azúcar. Se puso tan de moda que ganó adeptos tanto en la industria como en nuestras cocinas. Llegó rápidamente a los supermercados y se vendió a montones porque, a diferencia de la sacarina, el aspartamo o la estevia, se empleaba eficazmente en las recetas. Incluso se ha recetado para combatir algunas enfermedades metabólicas.
Un reciente estudio de Nature Medicine ha supuesto un duro golpe a la buena reputación que tenía hasta ahora el eritritol. Un equipo de investigadores de la Clínica Cleveland (Ohio) ha asociado el consumo de este edulcorante artificial con un mayor riesgo de infarto de miocardio y de accidente cerebrovascular, también conocido como ictus.
Con una muestra de 4.000 participantes, han demostrado que aquellos con niveles más altos de eritritol en sangre tenían más posibilidades de sufrir trombos en sangre, al facilitar su ingesta la activación de plaquetas, las células encargadas de detener las hemorragias del organismo y, por tanto, la formación de coágulos.
La etiqueta E-968
Pero, ¿qué es el eritritol? Se trata de un polialcohol que funciona como un sustituto de sabores azucarados. Destaca por ser el mejor tolerado por el aparato digestivo porque el cuerpo no lo asimila a nivel intestinal. A pesar de sus facilidades para emplearlo en la cocina y que los organismos reguladores lo consideran seguro, apenas se ha investigado sobre sus efectos a largo plazo y su uso en exceso puede resultar perjudicial para la salud.
Además del mayor riesgo de sufrir trombos, infartos o ictus, el foco también se pone en aquellas personas que sufren alguna enfermedad metabólica, como puede ser la diabetes o cardiopatías. Sus graves efectos secundarios podrían hacer cambiar la hoja de ruta de muchos pacientes.
Muchos alimentos contienen de forma natural eritritol. Para saberlo, basta con mirar entre los componentes la etiqueta con la referencia E-968. Son sobre todo frutas, como la pera, el melón, la uva o la sandía; también en algunos hongos como los champiñones; y en algunos productos fermentados, como la salsa se soja, el queso, el vino o la cerveza. Otros productos como los chicles sin azúcar, dulces o aquellos alimentos clasificados como 'light' también tienen eritritol. Si se toma en exceso, advierten los expertos, puede provocar gases y náuseas.