«La ciencia es muy excitante, como bajar esquiando a toda velocidad»

Paul Corkum (Saint John, New Brunswick, Canadá, 1943) sonríe cuando se le pregunta qué es un attosegundo. Seguramente habrá respondido a esta pregunta cientos de veces, pero lo hace como si fuera la primera. «Es algo extremadamente pequeño, la trillonésima parte de un segundo», explica gesticulando con las manos. Este afable físico está muy acostumbrado también a las analogías para explicar su complicado trabajo. Recurrirá, como veremos, a las algas y al mar, por influencia de su padre, que trabajaba con barcos, lo que «hizo que siempre estuviera cerca de la costa».

Conversando con él, se hace evidente que es un enamorado de la ciencia. «Para el cerebro es como bajar esquiando a toda velocidad, es esa misma sensación», explica a sus 80 años. Se confiesa feliz de haber podido estar en Bilbao. Por recibir el premio Fronteras del Conocimiento en la categoría de Ciencias Básicas y también por reunirse con los dos colegas con los que ha compartido el galardón, Ferenc Krausz y Anne L'Huillier. «Nos vimos en los Premios Wolf -un prestigioso galardón científico que concede una fundación israelí-. Y ahora nos encontramos de nuevo. Me gusta que lo recibamos los tres». Esa pasión por su trabajo hizo que el café que había pedido al comienzo de la entrevista quedase intacto.

-La pregunta más repetida de su carrera, la que nunca le han hecho. ¿Qué un attosegundo?

-Esta es una pregunta interesante. Para empezar es un momento en el tiempo. Te lo puedo decir primero en números y luego te puedo hacer una analogía. Es un cero seguido de dieciocho ceros y un uno. Y la analogía: un attosegundo es a un segundo lo que este es a la edad del universo -no lo menciona, pero se calcula en unos 4.500 millones de años-. Es difícil imaginarlo incluso para mí. Me impresiona.

-Se trata de seguir el rastro de los electrones en la escala de tiempo más pequeña jamás medida por el ser humano.

-Sí. Cuando se mueven lo hacen en distancias muy cortas, de un átomo a otro. Son tan rápidos porque son muy ligeros y porque entran en juego fuerzas muy importantes. Es realmente increíble.

-¿Por qué son tan importantes?

-Toda la materia se mantiene unida por los electrones, todas las moléculas de nuestro cuerpo también. Son el pegamento que lo une todo. Los hemos observado en su escala de tiempo natural.

-Fue su colega Anne L'Huillier la autora del hallazgo. Ocurrió en 1987, cuando al someter a átomos a pulsos breves e intensos de luz láser infrarroja emitían rayos X de muy alta energía. Usted elaboró el modelo matemático que lo explicaba. Y lo suele comparar con un alga mecida por el mar

-(Se ríe). Sí, crecí cerca del mar porque mi padre trabajaba con barcos, así que es normal en mí pensar en algas y cosas así. Cada vez que llega una ola, el alga se extiende completamente para replegarse cuando la ola se retira. Por eso, las algas oscilan arriba y abajo en sintonía con las olas. De la misma forma, la llegada de un pulso de láser provoca que los electrones, que envuelven a los átomos, se alejen y posteriormente vuelvan a su posición inicial cuando cesa el pulso de láser. En ese camino de vuelta, los electrones emiten ondas de luz de altísima frecuencia altamente increíble.

-Y crearon una especie de cámara para poder verlos. Su colega Ferenc Krausz dice que es «como cuando capturas el movimiento de un coche de Fórmula 1 o el de una bala. Tomas una serie de fotografías muy seguidas para reconstruir su paso»

-Yo suelo utilizar otra analogía. Imagínate que lanzamos estos electrones sobre tu cara. Va a la nariz y vuelve a rebotar. Si hago esto repetidas veces y con precisión a diferentes partes, al final sabría cómo es tu rostro.

-¿Qué aplicaciones puede tener? Se habla de grandes avances en Electrónica y Biomedicina

-Sí, esto permite hacer más pequeños los componentes electrónicos. Y las células también tienen componentes muy pequeños como las mitocondrias -son las que dan la energía que permite funcionar las células-. No soy biólogo, pero sé cómo llegar a estos tamaños tan pequeños.

-Una pregunta inevitable para los científicos. ¿Qué piensa sobre la Inteligencia Artificial? Es el tema del año.

-No soy un experto, pero viéndolo desde la distancia creo que será útil, que podrá descubrir correlaciones que los humanos no podemos. Los ordenadores pueden hacer cosas increíbles. Las máquinas son mejores que nosotros en algunas áreas y nosotros las utilizamos como herramientas, pero no creo que nos reemplacen.

-¿Cómo convencería a los jóvenes para que estudiaran ciencia?

-Los llevaría a los laboratorios para que experimenten lo que es la ciencia de verdad. Siempre pienso que los científicos hacemos preguntas a la naturaleza que nunca han sido respondidas. Es muy excitante. Es como bajar esquiando cuesta abajo a toda velocidad. La ciencia es lo mismo para el intelecto. Es reflexionar sobre algo sobre lo que nadie lo ha hecho antes.

-¿Deja alguna vez de pensar en átomos?

-Está presente en toda tu vida, siempre estás pensando en ello Estás haciendo cualquier cosa con tus hijos pero tu mente no está al cien por cien. La mente se va a lo que piensa que es más interesante en ese momento. Si quieres tener éxito, tienes que estar siempre concentrado en ello.

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