El último y sorprendente negocio de las monjas de Belorado: abrirán un «restaurante de clausura»

«Durante los últimos meses han sido objeto de todo tipo de campañas negativas, difusión de bulos y rumores, campañas de denigración y ataques reputacionales. También se les ha prohibido ampliar sus actividades. No se les ha dejado facturar ni vender, boicoteando su capacidad para seguir elaborando sus chocolates», comenta el portavoz, Francisco Canals. Por ello, han comprado en Asturias un terreno de siete mil metros cuadrados, que ya cuenta con el preceptivo permiso para criar allí animales, y han alquilado por 1.600 euros mensuales Ribera del Chicu, un hotelito de nueve habitaciones al que se trasladarán tres de las hermanas. En la parcela planean impulsar actividades como «la cría y el entrenamiento de perros para mujeres maltratadas o la formación de perros guía para colectivos desfavorecidos», mientras que sus previsiones para el alojamiento son todavía más singulares.

Además de trasladar allí la elaboración de sus famosos chocolates, dedicarán la planta baja a un restaurante en el que prepararán «platos tradicionales asturianos junto con recetas propias de las clarisas». Las tres monjas desplazadas a Asturias se ocuparán de la cocina y se instalarán en las habitaciones del establecimiento, en el piso superior, manteniendo así su régimen de clausura, mientras que el comedor estará atendido por personal contratado. «No se va a juntar la vida de las hermanas ni con el restaurante ni con nada. Vamos a separarlo totalmente», ha puntualizado la exabadesa de la comunidad. En la carta «se otorgará un papel especial a la repostería, magdalenas y chocolates de las monjas».

El jefe de prensa ha recalcado que esto no significa en ningún caso que las religiosas hayan «renunciado a Belorado», con una demanda de desahucio pendiente, sino que simplemente se trata de una solución «creativa» para su situación actual de «facturas urgentes que pagar y recursos muy limitados».