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EFE

Jaime y Abel, los dos amigos que murieron luchando contra el fuego en León

Al menos 20 personas han resultado heridas en la ola de incendios que asola España, cuatro de ellas permanecen en estado crítico

Jueves, 14 de agosto 2025

El ola de incendios que arrasa España se ha cobrado este jueves su tercera víctima mortal: Jaime Aparicio, un joven de 37 años que había ... resultado herido el miércoles mientras participaba en las labores de extinción del incendio originado el Molezuelas de la Carballeda (Zamora). Con el 85% del cuerpo quemado, según ha confirmado la Junta de Castilla y León, ha fallecido esta madrugada en la Unidad de Quemados de Valladolid, a donde fue trasladado por la gravedad de las lesiones. Jaime Aparicio ingresó en estado crítico en el Hospital de León el martes 12 de agosto, pero fue trasladado a la Unidad de Quemados del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid.

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Jaime era amigo y acompañaba en las labores de extinción a Abel Ramos que murió el miércoles. Ambos se presentaron como voluntarios para luchar contra el incedio que, procedente de Zamora, entraba en tierras leonesas por la comarca del Valdería. Su misión era desbrozar y arar una zona de campos para evitar que las llamas avanzan. Estaban en la zona de recibieron órdenes de trabajar en unos campos para levantar y arar el terreno para que el fuego no avanzara. Estaban el la zona de Nogarellas cuando el viento viró rápida y violentamente generando dos lenguas de fuego que les atraparon.

Jaime Aparicio, tercera víctima mortal de la ola de incendios que sufre la península.

Las quemaduras sufridas acabaron con la vida de Jaime la madrugada del miércoles en el mismo hospital de León al que llegó con su amigo. A sus 35 años era una persona muy conocida en la comarca de La Bañeza, donde era el alma del Motoclub. La víctima, cuyo funeral ha congregado a centenares de personas este jueves, había sido «integrado en el operativo, porque había aportado medios de interés para la extinción del fuego -una desbrozadora-», según contó el consejero de Medio Ambiente de la Junta castellanoleonesa, Juan Carlos Suárez Quiñones. Horas después, el presidente de la comunidad, Alfonso Fernández Mañueco, desmintió este extremo que sigue sin estar claro.

Abel Ramos (izquierda), en el Gran Premio de Velocidad de La Bañeza, celebrado este pasado fin de semana. L. N.

El afán de ayudar también está detrás de la muerte de Mircea Spiridon, la primera víctima mortal de la oleada de incendios que asola España. Murió el lunes en el de la localidad madrileña de Tres Cantos, cuando intentaba evitar que las llamas devorasen el centro hípico de unos amigos. Mircea, que había celebrado por todo lo alto con un nutrido grupo de amigos sus 50 cumpleaños el pasado 1 de abril, era mecánico de profesión. Había pasado su jornada laboral en el taller en el que trabajaba arreglando uno de los tractores del rancho de sus amigos, que sumaba una veintena de caballos. Viendo lo que sucedía, subió en su coche y se dirigió a la granja, ubicada cerca de la casa donde vivía junto a su esposa Elena.

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Junto al dueño de la hípica, Miercea se puso manos a la obra pero en un momento dado una bola de fuego les engulló. No hubo escapatoria ni tiempo de reaccionar. Ambos fueron trasladados al Hospital de La Paz, donde no se pudo hacer nada por la vida del mecánico, que sufría quemaduras en el 98% de su cuerpo. El responsable de la finca, de 84 años y con heridas leves, recibió al alta poco después. Su negocio quedó arrasado y sus 20 caballos abrasados por el fuego.

Mircea Spiridon, fallecido en el incendio de Tres Cantos. GOFUNDME.COM

Spiron que había llegado a Madrid hace casi tres décadas, deja dos hijos, de 18 y 15 años, y una comunidad de amigos y familiares. Consternados recuerdan que «hace unos años» montó su propio taller mecánico, que había logrado poner en marcha tras trabajar una década en negocios ajenos. Pero la suerte no le sonrió entonces. La cocina del restaurante que se ubicaba al lado de su negocio ardió una noche y las llamas se llevaron la nave de Mircea. Ahora, sus allegados han puesto en marcha una recolecta de dinero para costear el traslado de su cuerpo a Tulcea, la localidad rumana de la que era natural y en la que vive su madre.

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Hasta este jueves, se contabiliza una veintena heridas en distintos puntos de Zamora, León, Galicia o Cáceres. Cuatro de ellas se encuentran en estado crítico con quemaduras muy graves en entre el 35 y el 50% de su cuerpo. Según la Junta de Castilla y León, uno de ellos, un joven de 36 años que la mitad de la superficie corporal quemada, presenta «muy mal pronóstico».

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