«El de 'La Manada' no fue un caso más, ni por lo que vimos ni por el clima social»

- Fue un caso muy complicado y preferiría no hablar mucho de ello. No fue un asunto más, eso está claro.

- ¿Marcó un antes y un después?

- Durante mi ejercicio profesional siempre considero que el caso que tengo en las manos es el caso de la vida de una persona. Al final intervenimos en su presente y quizá en su futuro. Aquello fue delicado, no solo por la gravedad de lo que nos tocó escuchar sino por el clima social que se creó alrededor. Solo puedo decir que mis compañeros y yo actuamos como siempre: administrando justicia de forma recta e imparcial.

- El revuelo social se debió a que juzgaron lo ocurrido en sanfermines como abuso sexual y no como agresión, lo que conllevaba una condena menor. ¿El paso del tiempo le llevaría ahora a emitir una sentencia diferente a la de 2016?

- No, sería exactamente igual. No se puede volver atrás pero no lo haría jamás, jamás, jamás, jamás.

- El Supremo acabó elevando las condenas impuestas a los integrantes de 'La manada'. ¿Se sintió reconvenido?

- Son cosas que ocurren, no te lo puedes tomar así. No, no. Nunca. Te hace reflexionar, piensas en qué te puedes haber equivocado, si es que te has equivocado, o te ratifica en el trabajo que has hecho. Nada más.

- ¿Ha vuelto a hablar con la víctima?

- No puedo hablar de eso.

- 'La Manada' de Pamplona ha tenido réplicas, por ejemplo en Castelldefels. ¿Son hechos que ya ocurrían o se ha producido un efecto contagio?

- No creo. No podemos creer en la bondad intrínseca del ser humano porque desviaciones han existido en todos los momentos. Ese tipo de modelo no creo que fuera innovador en aquel momento ni que después haya producido especiales efectos de contagio y morbosidad.