Liberan a 18 mujeres explotadas sexualmente en un club de alterne de Gipuzkoa
Varias prostitutas denunciaron que el dueño del club las obligaba a mantener relaciones sexuales con él
Iñigo Villamía
Lunes, 5 de agosto 2024, 07:41
La Policía Nacional ha detenido al dueño de un club de alterne de Aduna (Gipuzkoa) acusado de explotar sexualmente a 18 mujeres. Además investiga a su pareja sentimental por su presunta participación en delitos contra los derechos de los trabajadores y otros de prostitución coactiva en el interior del local, donde también era habitual el consumo de estupefacientes y se traficaba con drogas.
La operación, llevada a cabo por investigadores de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de San Sebastián, se inició a mediados de junio cuando, a raíz de una inspección policial enmarcada dentro del Plan Estratégico de la Policía Nacional y del Plan Policial contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual, y permitió detectar que en este club guipuzcoano se podrían estar cometiendo delitos relativos a la prostitución y la explotación sexual sobre las trabajadoras que se encontraban en él.
En la inspección, los agentes hallaron a 15 personas, 11 de las cuales eran mujeres ejerciendo la prostitución, dos trabajadores que realizaban tareas de camarero y encargado y dos clientes. Durante el desarrollo de la misma, los policías hallaron una carpeta con anotaciones sobre los servicios de las mujeres, figurando todas con un alias, situación que indujo a sospechar que estas trabajadoras pudieran estar explotadas sexualmente. En consecuencia, los encargados de llevar a cabo las pesquisas se entrevistaron en privado con cada una de ellas, manifestándoles estas, de forma coincidente en sus relatos, que el club abría las 24 horas del día y que para poder trabajar allí debían contratar una 'plaza' en el local por un periodo mínimo de 21 días, tiempo durante el que debían abonar 20 euros por jornada.
Tocamientos y violación
Según la versión de estas mujeres, además, debían pagar 10 euros por cada servicio de media hora por el que cobraban 60 euros, teniendo que desembolsar el doble (20 euros) por los servicios de una hora por los que facturaban 120 euros. En cuanto a las copas a las que los clientes les invitaban, el club también se llevaba el 50%. Por otro lado, tal y como ha podido saber este periódico, algunas de las mujeres ampliaron estos relatos y denunciaron hechos constitutivos de más posibles delitos. A dos de ellas se las declaró testigos protegidos ante el temor a posibles represalias del investigado. En comisaría una de ellas indicó que había tenido que mantener relaciones sexuales con el dueño del club ante el miedo a ser expulsada, mientras que la otra contó que el investigado le había realizado tocamientos. También indicaron que en el club se vendían y consumían drogas.