«En clase me aburro, pero aquí me motivan»
Leixuri Martínez participa en un programa de Educación y la Universidad de Deusto para alumnos aventajados: «He aprendido un montón»
Con apenas dos años, Leixuri Martínez ya sabía leer y escribir. Eso facilitó las cosas a la hora de emitir un diagnóstico. El suyo era, ... desde el principio, un caso evidente de altas capacidades, esos niños con un coeficiente intelectual muy superior a la media. Así que no fue una sorpresa que, cuando llegó a 3º de ESO, en su instituto, el Burdinibarra de Trapagaran, le propusieran participar en un programa para estudiantes aventajados. Aceptó encantada.
El Departamento de Educación y la Universidad de Deusto llevan dos años organizando 'Zur-ekin', un proyecto para alumnos de altas capacidades en el que en esta ocasión han participado 124 estudiantes de 3º de ESO a 1º de Bachillerato. Básicamente, la idea es que los jóvenes se reúnan durante cinco sesiones con profesores universitarios y catedráticos para aprender sobre los temas que les interesen. El abanico es amplísimo. En la edición de este curso, por ejemplo, los estudiantes han podido aprender sobre derecho, lingüística, ingeniería, sociología, psicología, robótica...
Leixuri es buena estudiante, pero confiesa que, a veces, necesita más estímulos. «Tengo mucho respeto por los profesores, así que soy disciplinada. Pero es verdad que muchas veces me aburro en clase», confiesa. En algunas asignaturas, los docentes le ponen retos. Por ejemplo, en Lengua Castellana o Inglés le dan lecturas más avanzadas que al resto de sus compañeros. En otras, en cambio, «sólo me hacen más difícil el examen, pero las clases son iguales, así que tampoco me sirve», afirma.
Inquietudes
Por eso, 'Zur-ekin' le ha dado la vida. «Me motiva, damos cosas que en el instituto nunca veríamos». En concreto, ha abordado con su tutora, Marta Enciso, el desperdicio alimentario y el papel de las cooperativas. «He aprendido un montón de cosas», se congratula la joven.
Es el segundo año que participa en el programa. En la pasada edición se apuntó a unos cursos sobre Psicología. Ahora ha explorado el mundo de la economía social y el aprovechamiento de alimentos. Su tutora es profesora del Departamento de Derecho Privado y especialista en cooperativas y economía social. Además de Leixuri, ha tenido otros dos alumnos a los que ha guiado durante cinco sesiones celebradas entre febrero y mayo. Entre sesión y sesión, les mandaba algo de trabajo para que adelantasen por su cuenta.
Enciso explica que no han seguido un temario concreto, sino que los jóvenes exponían sus dudas e intereses y ella trataba de ir respondiendo a sus preguntas. «Tienen muchísimas inquietudes: el arte, la música... Tienen muchas preguntas y ganas de investigar», cuenta, sonriente. Contar con sólo tres alumnos y que muestran tanto interés es todo un lujo para cualquier docente.
El programa tiene otra derivada. El de las altas capacidades es otro de esos perfiles que evidencian la enorme diversidad de las aulas. No siempre es fácil. Iraide Robledo, madre de Leixuri, explica que a su hija la adelantaron de curso muy pequeñita, en Infantil, por lo que siempre ha arrastrado un cierto estigma. «En este programa, en cambio, ha estado con sus iguales, con gente que ha pasado por su misma situación, y ha hecho buenos amigos». La experiencia, hasta el momento, ha sido fantástica. «Repetiré», asegura la joven.
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