Más ciencia para entender lo que ocurre
José carlos báez barrionuevo
Viernes, 11 de noviembre 2022, 00:26
Comienza una nueva cumbre climática bajo la sombra del incumplimiento de los anteriores Acuerdos de París (COP21, en 2015). Ni los más escépticos niegan el ... origen antropogénico del incremento global de las temperaturas, y del inusual comportamiento que está manifestando el clima en los últimos años, cómo la intensificación de los huracanes, las recientes inundaciones en China, o el veraniego mes de octubre que hemos vivido en la Península. Sin embargo, la opinión pública, y por tanto los políticos, aún no perciben el cambio climático como una alarma social acuciante, a la que se deba atacar de inmediato. Y en general se desconoce los efectos de los fenómenos de retroalimentación positiva, que pueden jugar un papel en un incremento descontrolado, y no lineal, de las temperaturas, pudiendo alcanzarse un punto de no retorno.
Se ha defendido como un mantra el mantener la temperatura global como máximo a 2 °C por encima de los niveles preindustriales, como si fuese un límite seguro, pero actualmente los modelos no se ajustan a lo observado: los casquetes polares se derriten a una mayor velocidad, el metano del lecho marino ha empezado a liberarse a unos niveles peligrosos, y las corrientes superficiales de los océanos han incrementado su velocidad.
Todo esto ha desconcertado a los especialistas, pero no más que el fenómeno de la Niña persistente desde el verano de 2020, y se prevé persista al menos hasta marzo 2023, y la ralentización del cinturón de transporte oceánico, que en última instancia homogeniza las temperaturas globales, repartiendo tanto el frío como el calor de los océanos. Todo esto sumado a la acidificación de los océanos, y la reducción de los niveles de oxígeno en grandes áreas oceánicas debido al incremento de la temperatura superficial y los altos niveles de CO2.
Estamos por tanto en terreno desconocido, y necesitamos más ciencia para entender lo que está sucediendo en nuestro planeta, y paralelamente reducir el incremento de la temperatura, o al menos mantenernos igual. Frente a estas evidencias, no es necesario ser un gran estadista para tomar conciencia de la necesidad de abandonar nuestro actual sistema de producción de energía, basada en los combustibles fósiles, y buscar nuevas alternativas.
Soy optimista, y espero que de esta nueva COP la sociedad en su conjunto tome verdadera conciencia de la necesidad de actuar con urgencia, y se prepare para un modelo de vida más sostenible.
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